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R. González
Lunes, 12 de diciembre 2022, 18:48
Escenas de nervios, tensión y cabreo son las que se han vivido este lunes en el aeropuerto de Manises por el retraso en el vuelo que debía partir a las 9.25 horas hacia Milán-Bérgamo. La demora de seis horas y media, parte de ese tiempo cuando ya estaban acomodados en sus asientos, ha provocado la desesperación de algunos de los pasajeros, que no han dudado en asegurar que «somos rehenes en el avión».
Y es que la paciencia tiene un límite, uno que ha sobrepasado lo que algunos podían aguantar. Eso se ha traducido en que varias personas se han dado por vencidas y han optado por bajarse del avión y no esperar a la salida de un vuelo que a todos se les ha hecho eterna.
Todo comenzó a primera hora de la mañana. La caprichosa niebla se acomodó sobre el aeropuerto de Manises y trastocó la rutina de cuatro aviones que debían aterrizar procedentes del territorio español y de dos ciudades italianas, que fueron desviados a Alicante.
El primer afectado fue uno de Ryanair que debía aterrizar a las 7.35 horas procedente de Palma de Mallorca. Sin embargo, tuvo que cambiar de destino. La misma suerte corrieron los vuelos de Bari y Milán-Bérgamo, operados por la misma compañía. El primero debía llegar a las 8.30 horas y el otro, 25 minutos después. El cuarto desvío afectó a la ruta de Bilbao, de Volotea. Tendría que haber tomado tierra entre los dos procedentes de tierras italianas. En todos los casos, los pasajeros acabaron en el aeropuerto de Alicante-Elche.
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Fueron ambas compañías las que decidieron o bien esperar a obtener permiso para despegar hacia el aeropuerto valenciano una vez escampó la niebla o trasladar a los viajeros por carretera hasta su destino. Entre los pasajeros a los que les tocó la primera opción, ya comenzaron a despuntar las quejas de que estaban “secuestrados” porque no les dejaban salir del avión “y no nos dan ni agua”. También protestaron algunos a los que les tocó ir en autocar porque no entendían la razón de que no les llevaran en avión cuando ya había visibilidad en su destino y operaban con normalidad desde antes de las 10.30 horas.
Pero las personas que iban en esos cuatro vuelos no han acabado siendo las únicas perjudicadas. Este incidente ha tenido un efecto dominó que ha hecho que se produjeran varios retrasos en Manises. Llamativo ha sido el caso del avión de Milán -Bérgamo que después, a las 9.25 horas, debía regresar a su lugar de origen. Evidentemente, no se ha cumplido el horario porque en ese momento se encontraba en el aire, en dirección a Alicante.
Todos los que estaban esperando para embarcar y marcharse al norte de Italia se enteraban de que se iba a experimentar una demora al no haber aterrizado en el ese aeropuerto y estar a la espera de que regresara. Lo no sabían entonces era lo eterna que se le iba a hacer la espera.
El tiempo pasaba y las explicaciones que recibían era que dependía de que llegara el avión. Les comentaron que sobre el mediodía ya podrían despegar desde Manises. Su gozo en un pozo. Llegó el momento y seguían en tierra. Después les llegaron noticias desde la web que a las dos de la tarde por fin partirían.
Tampoco fue así. Al menos para ese momento ya les habían embarcado. El atisbo de esperanza se fue tornando en desesperación. Las auxiliares de vuelo primero les comunicaron que despegarían de forma inmediata. Pero nada.
Después les avisaron que sería en pocos minutos, ya que estaban a la espera de que “eurocontrol autorizara el viaje”, según han comentado los testimonios que han vivido esta situación. Todo siguió igual. El avión, en tierra y los pasajeros, cada vez más enfadados.
Cerca de las 16 horas ya les habían dicho que quien quisiera se podía bajar. Algunos pasajeros, muy molestos, empezaron a descender del avión y marcharse. El resto permaneció en sus asientos hasta que, unas seis horas más tarde de lo inicialmente previsto, por fin despegaron rumbo a Milán-Bérgamo, con muchos planes truncados por culpa de la demora.
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