Los militares que estuvieron limpiando la peluquería de Pilar. LP

Renacer con unas tijeras

La riada arrasó con la peluquería de Pilar Romero en Paiporta. La mujer de 59 años no pensaba que pudiera reabrir después de todos los daños que había sufrido su negocio hasta que los militares del Ejército del Aire y del Espacio llegaron y le entregaron un obsequio para que recordara que podía empezar de cero después de ser víctima de la dana

Domingo, 29 de diciembre 2024, 00:17

Pilar Romero pensaba que su carrera profesional había terminado cuando la riada arrasó por completo con su peluquería de la calle Constitución de Paiporta. Un negocio que llevaba construyendo desde los 16 años y que parecía que se había disipado de un plumazo. «Llevo 42 ... años aquí. Estaba hundida. No pensaba que pudiera empezar de cero con 59 años. Soy joven para jubilarme y mayor para que me contraten en otro sitio», confiesa.

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Pero entonces llegaron los efectivos del Ejército del Aire y del Espacio. Siguiendo las órdenes del teniente Ricardo Coello, le preguntaron a Pilar y a su marido si necesitaban ayuda para limpiar. «Nosotros íbamos con muchas ganas de ayudar. Es mucho más gratificante poder trabajar directamente con las personas de a pie», comenta el teniente. Pala en mano, los militares lograron levantar el doble suelo de la peluquería y quitar los escombros.

 

Para aliviar la tensión, las soldados Yuridia Herrera Campos y Sara Mateos Rosado les pidieron a Pilar que les cortara el pelo. «Nos dijo que ni siquiera le habían quedado unas tijeras después de la riada», cuentan emocionadas las militares. Decidieron tener un gesto con la peluquera, que lo había perdido todo. «Fuimos a buscar unas tijeras por todas partes», recuerda la soldado Campos. Al final, en otra peluquería de la zona les cedieron unas al conocer la historia. Las militares se las dieron diciéndole: «Estas son unas tijeras para un nuevo comienzo».

Pilar sonríe cada vez que recuerda aquella tarde. Aquel gesto le dio la fuerza suficiente para plantearse pedir un préstamo para poder reabrir las puertas de su salón. «Estaba hundida. En la miseria. Ahora tengo otra vez ilusión», revela con una sonrisa la mujer. La soldado Mateos confiesa que la historia de Pilar le tocó a nivel personal. «Mi padre tenía una tienda de decoración y también le fue mal cuando llegó el Covid. Ella me contó su historia y yo la mía para que supiera que también había pasado por una situación similar y que había esperanza», detalla.

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Las militares llevan a Pilar en el corazón. «Me acuerdo todos los días de ella. Hemos seguido hablando y le he prometido que volvería a Valencia para hacerle una visita», revela la soldado Campos. Esperan que, la próxima vez que vuelvan a poner un pie en Paiporta, la «peluquería Maypi» haya reabierto sus puertas y Pilar les corte el pelo con aquellas tijeras que fueron todo un símbolo de que la vida continúa después de la tragedia.

Los militares del Ejército del Aire y del Espacio quisieron hacerse una fotografía con la dueña de la peluquería. Una fotografía que coronará el local cuando vuelva a abrir sus puertas al público. «En un principio tenemos pensado abrir a mitad de enero. Desde que vinieron los militares mi perspectiva ha cambiado totalmente, pensé que ya no tenía nada que hacer pero me han dado fuerzas para volver a luchar», dice completamente ilusionada la peluquera. Ya se ha librado de la rabia y la impotencia que sentía cuando la riada arrasó con su negocio de toda la vida. Gracias a las soldados, ha recordado que puede salir adelante y llevar hacia delante su establecimiento como lo hizo hace 42 años cuando comenzó a ponerlo en marcha.

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