Son pacientes de la sanidad pública valenciana, que no tienen un seguro privado, pero que aún así van a realizarse una prueba médica en un hospital o clínica privada de la Comunitat. Y tampoco les va a costar dinero, porque el gasto corre a cuenta ... de la Conselleria de Sanidad. El motivo es porque los departamentos de salud públicos derivan muchas pruebas y operaciones a otros centros ante la falta de profesionales que tienen y para rebajar las listas de espera. Los procedimientos radiológicos son los que más se derivan, y en especial los dos más habituales son resonancias magnéticas y colonoscopias.
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Aunque no son los únicos, ya que también destaca la cantidad de ecografías, endoscopias y mamografías que se trasladan a los centros privados ante la demora que tienen en los públicos. Se trata de esperar tres meses para hacerse la prueba diagnóstica en el hospital o bien que le den cita en una semana en la clínica, sufragado por Sanidad. En muchos hospitales al propio paciente le dan siempre la opción de escoger si quiere que lo deriven a un centro privado directamente.
Una circunstancia que supone un gran gasto anual para la conselleria pero que permite una asistencia más rápida y eficaz para los pacientes. Todas ellas se tratan de pruebas que permiten, mediante imágenes, ver multitud de tipo de lesiones o incluso tumores, por lo que la demanda para hacérselas es muy alta actualmente.
Precisamente la especialidad que más plazas tiene sin cubrir en los departamentos públicos es la de radiólogos, con 62 libres, a mucha distancia de otras en las que también faltan médicos. Por un lado hay una notable carencia de profesionales que puedan hacer estas pruebas diagnósticas, y por otro, en los últimos meses los departamentos están alertando de que no se están autorizando los módulos de refuerzo. Esto significa que no se establecen turnos de tardes para hacer estos procedimientos, que se pagan como horas extras y permiten reducir listas de espera. Y con el horario ordinario de mañanas, hasta las 15 horas, no resulta suficiente para atender la demanda.
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La solución mas recurrente, por tanto, son las derivaciones a los centros privados, donde sí hay personal suficiente. Precisamente esta proliferación de pruebas como resonancias, mamografías, TAC, ecografías, endoscopias o colonoscopias, que ahora son tan frecuentes y necesarias, ha provocado a su vez el crecimiento de clínicas y centros privados en la Comunitat que las realizan y se han especializado en ellas. Y además, ofrecen sueldos a los radiólogos muy superiores a los del sector público, por lo que los facultativos prefieren marcharse allí.
En 2025 abrirán dos nuevos hospitales privados en Valencia ciudad, el Vithas Turia en enero y Ascires a mitad de año, que aumentarán la oferta a nueve hospitales privados en la capital, más todas las clínicas que hay y que tienen como uno de sus puntos fuertes la realización de todas estas pruebas, así como otras también muy habituales que se suelen derivar desde la sanidad pública al no poderlas asumir. Se trata de biopsias, ya que algunas de ellas requieren técnicas especiales, pruebas dermatológicas y operaciones de traumatología y de oftalmología, en especial cataratas, la más demandada actualmente.
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Pero esta forma de actuar por parte de Sanidad con las derivaciones también provoca críticas desde los sindicatos. Es el caso de CCOO, cuya secretaria general de Sanidad, Rosa Atiénzar, asegura: «Hay informes de la Sindicatura de Comptes que demuestran la rentabilidad y eficacia de realizar las pruebas, como las resonancias, con recursos propios. Consideramos que después de revertir las resonancias magnéticas, Sanidad no está apostando por medidas organizativas para optimizar el rendimiento de nuestros recursos, es decir, poder usar un equipamiento durante todo el horario y no sólo de mañanas. CCOO apuesta por el uso de recursos públicos y no por las derivaciones a la privada».
También a la demora y falta de profesionales en el sector público hay que añadir el estado de muchos artículos, como informó LAS PROVINCIAS, ya que siete de cada diez aparatos de radiología y más de la mitad de los mamógrafos llevan funcionando más de una década en la Comunitat y se consideran obsoletos. Por lo que no cuentan con las últimas tecnologías ni son igual de eficaces que los nuevos modelos, y esto supone una menor calidad asistencial a los valencianos. Y casi la mitad de los endoscopios y uno de cada cuatro TAC y ecógrafos de los centros públicos son antiguos, pese a que se siguen utilizando.
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