Los retos del año de la esperanza en la Comunitat

El 2021 arranca con la esperanza de la vacuna que ya ha empezado a administrarse a las personas que más vulnerables se han mostrado frente al Covid, los mayores de las residencias, sus cuidadores y los sanitarios.

El coronavirus lo abarca todo en este inicio de año. Desde la salud de los valencianos hasta las Fallas que no se sabe siquiera si se podrán festejar. Marca la situación de las familias que viene dada directamente en lo económico por la salud de las empresas. El Covid dirige el gasto de la administración autonómica, tanto en el sanitario como en el social porque a mayor incidencia del virus más dinero debe desviarse al gasto asistencial y cuantas más personas se queden sin trabajo y sin sostén más ayudas debe conceder la Generalitat.

Lo que más preocupa ahora a los valencianos de Castellón, Alicante y Valencia es la salud y esto está íntimamente relacionado con los retos que tiene planteados la Conselleria de Sanidad para 2021. El primero es alcanzar la vacunación de un 70% de valencianos en verano. El mismo que el del Ministerio de Sanidad, a tenor de lo que hasta ahora ha declarado el casi exministro Salvador Illa.

Atención Primaria ha llevado el peso de la pandemia desde el verano y eso ha motivado el descontento de los denominados enfermos no Covid porque no se les ha atendido en las consultas presenciales como era habitual. Pese a ello Sanidad pretende dotar de recursos la telemedicina para ampliar este modelo. Reducir las listas de espera quirúrgicas y de medicina especializada, que acabó de destrozar el coronavirus, es otro de los objetivos.

La relación de los responsables de Sanidad con los sindicatos tampoco pasa por sus mejores momentos. Los principales reclaman con urgencia el aumento de plantillas, muy cansadas después de un año de pandemia.

Otro departamento que necesita normalizar la situación con sus interlocutores, en este caso con los empresarios de las residencias, es Igualdad y Políticas Sociales. Aunque su gran objetivo es incrementar la cobertura de la renta valenciana de inclusión que se ha presupuestado con 21 millones menos del que empleó el año pasado. Pretende crear un millar de plazas más en residencias públicas e incrementar la atención a dependientes en sus casas entre sus objetivos.

El mayor reto que se presenta en materia de seguridad y justicia es reducir las violaciones y agresiones machistas. La pandemia pone al límite los juzgados, mientras la nueva cárcel de Siete Aguas sigue inacabada.

El gran reto en Educación pasa por la aplicación de la ley Celaá. La red concertada seguirá muy de cerca cómo influye en su peso en la enseñanza y el ejercicio comienza con el precedente de protestas en las calles contra la normativa, mientras que la pública fijará su mirada en la planificación del nuevo curso. Que el Covid permita que sigan las clases presenciales es otro gran reto.

En materia de Infraestructuras el nuevo año debe despejar incógnitas en el corredor mediterráneo, la liberalización de los trenes y obras en la N-220. Lo que sí parece claro es que las obras de la línea 10 del metro de Valencia encaran su recta final para acercar la Ciudad de las Artes y las Ciencias al centro de Valencia.

Por lo que a Medio Ambiente se refiere, la Albufera sigue sin ser una prioridad para la Administración autonómica pese a todo tip ode anuncios, mientras las medidas impulsadas para frenar la despoblación no han causado efecto en el año de la pandemia. Los problemas internos de la Conselleria de Emergencia Climática entre cargos de Compromís y del PSOE no ayudan a que funcionen los departamentos como toca.

Y con las Fallas de 2021 en el aire por la pandemia, el Ayuntamiento de Valencia mantendrá la subida de impuestos vigente desde el pasado año y está por ver si ayudará más al pequeño comercio a salir de la crisis.

El Parque Central apenas avanza y parece que el ministro Ábalos está dispuesto a desbloquear la segunda fase. El gobierno municipal debe afrontar cómo mejorar la ejecución de las inversiones , además de conseguir que la EMT funcione con normalidad pese a los problemas evidentes en la dirección política.