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«Ya es oficial la compra de Ribera Salud. En breve comenzarán a venir por el hospital. Así que es una muy buena noticia la salida de una empresa que lleva diez años negándonos ninguna negociación». Este escueto mensaje empezó ayer a circular por los teléfonos móviles de trabajadores del hospital de Manises y pone sobre la pista de que se están materializando las intenciones de Ribera Salud, pionera en la gestión de hospitales concertados e impulsora del bautizado como modelo Alzira, de hacerse con este centro sanitario público gestionado por Sanitas. Al respecto, desde el sindicato CSIF han precisado a LAS PROVINCIAS que, en estos momentos, el sindicato, mayoritario en el comité de empresa, está a la espera de que la dirección del hospital se reúna con los representantes de los trabajadores y les explique la situación. Al parecer, desde la dirección del centro ya han trasladado a algunos empleados que está muy próxima la formalización de la compraventa.
Al respecto, el sindicato médico CESMCV-SAE ha solicitado ya a la gerencia del hospìtal de Manises que comunique a este sindicato la situación en la que van a quedar los trabajadores que actualmente están en la empresa. Tanto el sindicato CESMCV-SAE como el Comité de Empresa de Manises (cuya presidencia la ostenta este sindicato),«llevan tiempo detrás de negociar con la empresa un convenio colectivo que cambie las condiciones de los trabajadores que en lugar de mejorar progresivamente, han empeorado a lo largo de los años», han explicado.
El comité de empresa junto con la junta de personal ya ha solicitado una reunión con la gerencia y con el comisionado «para que se den las explicaciones oportunas ya que es inconcebible que ni los sindicatos, ni el comité de empresa ni la junta de personal estuvieran al tanto de este acuerdo de compra venta del hospital de Manises».
El sindicato CESMCV SAE, han asegurado, «va a presionar para que se valore y se revisen las condiciones de los trabajadores del hospital de Manises, así como la situación asistencial en la que quedará el departamento tanto en Atención Primaria como en Atención Especializada».
Sobre esta información, tanto Ribera Salud como el hospital de Manises han declinado hacer valoraciones al respecto. La Conselleria de Sanidad, requerida por este diario, ha indicado que todavía no ha recibido comunicación alguna por parte de Sanitas.
No es la primera vez que esta operación sale a la luz. De hecho, como recogió este periódico el pasado 1 de marzo, ha llegado incluso a vincularse la compra de Manises con un hipotética reversión anticipada de la gestión del hospital de Dénia, en la actualidad en manos de Marina Salud, UTE en la que Ribera Salud cuenta con el 35% de las acciones. De hecho, será difícil que el adelanto de la reversión a la gestión pública del departamento de salud de Dénia prospere si en la negociación la Generalitat no incluye contraprestaciones distintas a una simple compra de acciones (de cuyo precio también es necesario ponerse de acuerdo). Así, prolongar otras de sus concesiones, no poner trabas a una hipotética compra del hospital de Manises o permitir la entrada de las compañías en otros servicios concertados como la diálisis o el transporte sanitario son algunos de los aspectos que pueden incluir para que el acuerdo llegue a buen puerto.
Sobre el caso concreto de Manises, en una reunión que mantuvieron el pasado 2 de agosto de 2016 la anterior consellera de Sanidad, Carmen Montón, el conseller de Hacienda, Vicent Soler, el director general del Instituto Valenciano de Finanzas, Manuel Illueca, y directivos de la concesionaria, ya se puso encima de la mesa la necesidad de que existan contraprestaciones -entre ellas, no dinamitar una posible compraventa de Manises- para que las negociaciones lleguen a buen puerto.
Ribera Salud, por su parte, no quiere negociar la concesión de Dénia como un producto aislado, por lo que si acceden a vender su parte sería incluyendo en el trato aspectos como alargar las prórrogas en otras concesiones en vigor, como Elche o Torrevieja, renegociarlos con otras condiciones o que la Administración autonómica no obstaculizara con burocracia ni vetara la compra de otras concesiones (por ejemplo, el hospital de Manises). La compañía, incluso, podría llegar a renunciar al montante económico que le correspondería al vender sus acciones si recibe alguna de estas contraprestaciones.
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