Un helicóptero, en las labores de extinción del incendio este viernes. Jesús Signes

«Hemos tenido que salir corriendo y con lo puesto»

Los más de 1.500 evacuados por el incendio de Villanueva de Viver han sido realojados en Barracas, Segorbe, Onda y Navajas

José Molins

Valencia

Viernes, 24 de marzo 2023, 11:51

El incendio de Villanueva de Viver sigue mostrando su ferocidad, con más de tres mil hectáreas quemadas. Más de 1.500 vecinos de ocho localidades cercanas en esta zona de la provincia de Castellón, en el límite con Teruel, han tenido que ser evacuados por ... la Guardia Civil. Desde las 8 de la mañana de este viernes 18 medios aéreos están trabajando en las labores de extinción del fuego.

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«Hemos tenido que salir con lo puesto, no nos ha dado tiempo ni a coger ropa», han señalado Sandra y Montserrat, dos vecinas y trabajadoras del ayuntamiento de Fuente la Reina. Han pasado la noche en casas rurales que la Guardia Civil les ha facilitado en Barracas. No tienen noticias de cómo están sus viviendas, aunque confían en que no hayan sufrido daños. Junto a ellas, unos 30 vecinos de la localidad también han tenido que ser evacuados.

Fueron ellas las que se encargaron de dar la voz de alarma a los vecinos del pueblo. «Fuimos casa por casa a donde sabemos que vive gente, porque hay muchas viviendas que ahora no están ocupadas», señala Sandra. «Fue un estrés, pasé muchos nervios, porque en un primer momento nos dijeron que teníamos 15 minutos para coger algo, pero enseguida vinieron otra vez para decirnos que teníamos que irnos de inmediato», explica Montserrat. «Hay mucha gente que se ha dejado animales, medicación o ropa al salir corriendo», dice Sandra. «Estaba muy cerca del fuego, pero esperemos que no haya llegado a las casas», relata Montserrat, que como su compañera son administrativas auxiliares del Ayuntamiento.

Desde Barracas, donde están algunos de los evacuados, el humo es bien visible. También los numerosos aviones y helicópteros que sobrevuelan la zona en las labores de extinción del incendio y que se van a prolongar durante todo este viernes y continuarán también el sábado. En el municipio de San Agustín ven la inmensa columna de humo muy cerca y también los medios aéreos trabajando. Incluso anoche divisaban muy cerca las llamas. Por eso no han podido pegar ojo en toda la noche. «No he dormido, me he pasado todo el rato mirando por la ventana porque el humo está ahí delante. Creía que nos iban a desalojar pero ha cambiado el viento y el humo va hacia la otra parte, hacia Villanueva de Viver. Espero que no se de la vuelta y venga hacia aquí», señala Mónica, vecina del pueblo, que como todos contiene la respiración mientras ve el humo tan cerca. «Entre guardias, bomberos, camiones, esto es una feria, estamos todo el pueblo pendiente, rezando para que no cambie el viento y venga hacia aquí», cuenta.

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Personas evacuadas en Segorbe por el incendio. Jesús Signes

Otra de las vecinas de esta localidad no pierde detalle de la gran columna de humo. «Estamos un poco más tranquilos porque el viento no viene hacia aquí, pero mis amigos viven en esos pueblos. Los han tenido que evacuar a Segorbe y a Jérica y algunos han decidido irse a casa de familiares a Valencia», asegura María, una joven de San Agustín. Los vecinos no pueden parar de mirar hacia el incendio. En cualquier momento saben que pueden tener que salir corriendo.

Desde el punto de mando, Jose María Ángel informaba esta mañana a los alcaldes de los pueblos evacuados de cómo está la situación. Porque las llamas afectan ya a unas 3.000 hectáreas y en los trabajos de extinción, los hidroaviones cargan agua en el pantano de Arenoso y también en una balsa de riego en Molino del Plano de San Agustín, muy próximos a las llamas.

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En Segorbe decenas de personas han dormido esta noche evacuados de sus municipios. La gran mayoría son personas mayores. Vicente es de Montán. «No se nada de cómo estará mi casa, ya veremos cuando vuelva, pero seguro que hoy no será, me tendré que volver a quedar aquí», comenta. Han habilitado el polideportivo de la localidad para acoger a los evacuados, tanto en el pabellón como en el edificio multiusos, donde se han instalado camas y se les ofrece comida. «Tuve el tiempo justo de coger la ropa, vino la Guardia Civil a decirme que me tenía que marchar», indica Antonio. «Ha sido una mala noche y una mala mañana, a ver cuánto tardamos en volver a casa», señala con tristeza.

Segorbe acoge a 99 evacuados

Esta noche han dormido en el centro deportivo de Segorbe, reconvertido de forma provisional en un albergue, 99 personas de localidades como Montanejos, Montán y Arañuel. Sin embargo, durante este viernes se está intentando reubicar a la mayoría, especialmente las personas más mayores, y algunos con problemas de movilidad, en hoteles, campings y seminarios, y para esta próxima noche sólo van a dormir en el polideportivo 22 personas. Cruz Roja sirvió paella y fruta para comer a los casi cien desalojados.

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En este polideportivo están todos los evacuados de Montán, entre otras localidades. Otro de ellos es Álex. «La evacuación fue anoche, el viento había cambiado y suponía un riesgo quedarse en el pueblo. Llamó la Guardia Civil a mi casa, cogí lo básico y salí con mi coche hacia donde me dijeron, a Segorbe, y me he traído a otro vecino». De hecho, además de sus coches particulares, las personas que han tenido que abandonar sus pueblos lo han hecho también en autobuses que han puesto las instituciones.

A Santi, de Puebla de Arenoso, lo han tenido que evacuar dos veces. «Me llamaron del Ayuntamiento para decirme que me tenía que ir, había que salir porque estaba llegando el fuego, nos llevaron a Montanejos», señala. Pero allí solo pudo estar unas horas. «Luego también evacuaron Montanejos, así que nos trajeron a Segorbe a todos», explica. De Puebla son unas 50 personas, aunque de Montanejos hay muchas más. «Aquí todos hemos dormido muy mal, son catres muy incómodos y además estamos nerviosos», indica Santi. Pero esta noche lo han podido realojar en un seminario, mientras que a otras personas los llevan hasta un camping de Navajas para pasar la noche, en previsión de que la estancia se pueda alargar más días.

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También tuvo que huir de Puebla de Arenoso Alin, que está con su mujer y sus dos hijos, los únicos niños que hay en el albergue de Segorbe. «Fue muy rápido, no nos dio tiempo de coger ni ropa ni nada. Los niños la verdad es que están bien, ni lloraron ni nada al salir, tienen 13 y 6 años y la pequeña no entiende muy bien de qué va todo esto, pero nosotros estamos muy preocupados, no sabemos cómo estará nuestra casa. Cuando nos fuimos las llamas las teníamos justo detrás de casa», comenta este vecino, con un nudo en la garganta.

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