
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Las consecuencias trágicas de la DANA no son la única crisis con el que se están encontrando las autoridades. La devastación provocada por el temporal ha dejado supermercados, negocios, zonas comerciales, casas y vehículos expuestos a saqueos desde este miércoles. Imágenes desoladoras y preocupantes. Son numerosos los hurtos que se están produciendo en tiendas y propiedades de zonas como La Torre, Benetússer, Paiporta, Riba-roja de Túria, Alfafar, Aldaia... La riada ha arrollado puertas de multitud de establecimientos, dejando todo tipo de productos esparcidos por las calles. En otros casos, los actos vandálicos se ha hecho notar y algunos individuos han aprovechado la situación de caos para irrumpir en locales y desvalijarlos. Ante este panorama, se han producido refuerzos en las patrullas de la Policía Nacional y la Guardia Civil, así como en la seguridad privada.
En la pedanía de La Torre, el punto más afectado de la ciudad de Valencia, se han producido hurtos en supermercados, bazares e incluso farmacias. Detrás de algunos de estos incidentes, se encuentra la desesperación de ciudadanos debido a la falta de recursos. Pero el pillaje se ha abierto paso incluso en la pista de Silla y el bypass, donde han sido forzados parte de los vehículos varados a raíz del temporal. En las carreteras del sur de la provincia, los coches abandonados han pasado a formar parte del dantesco decorado de las carreteras. En medio de la catástrofe, incluso ha habido robos en casas deshabitadas.
En zonas comerciales como la de Alfafar, se han visto afectados por los saqueos tanto tiendas como supermercados y grandes superficies de muebles y artículos deportivos. Escenas dramáticas que han obligado a incrementar la presencia de agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil desde el miércoles por la tarde. Algo que también ha ocurrido en el Bonaire, donde además se ha triplicado el número de vigilantes. Desde la conselleria de Industria han solicitado a Delegación del Gobierno que refuerce la seguridad en los polígonos industriales de Riba-roja de Túria ante la preocupación de los empresarios por los posibles robos.
Cada rincón del centro comercial Bonaire evoca destrucción. Llegar al recinto es una odisea debido a las zonas inundadas, el lodo y los coches atravesados en los accesos. Controlando la entrada de vehículos, efectivos de la Policía Nacional identifican a los conductores. Las patrullas se han intensificado.
A pesar de la vigilancia, resulta imposible evitar el trasiego de personas que se presentan con el objetivo de colarse en la zona comercial. Un chico se asoma con cuidado por una de las rejas metálicas y, tras unos instantes de duda, sale sujetando una caja repleta de colonias. Muy cerca, personas pasean analizando detenidamente los interminables escombros del suelo. Entre el barro, se esconden artículos procedentes de cualquier tienda. «Ha habido gente llevándose garrafas de aceite que había por ahí», cuenta una testigo en los alrededores de Alcampo. Otros han cargado jamones y hasta televisores. También hay viandantes que simplemente acuden por curiosidad.
En una zona 'outlet' del Bonaire, conocida como Factory, es donde más comercios han sido abiertos y saqueados, según apunta un miembro de la seguridad privada. Dos trabajadores de una tienda de coleccionables se han presentado este jueves por la mañana para comprobar las condiciones en que se encuentra su local. «No estábamos el día del incidente. Hemos venido hoy para saber el estado de la tienda y nos hemos encontrado esto», explica el empleado mientras lamenta los daños económicos: «Aquí hay mucho dinero... Es imposible sacar un cálculo. Ha sido una riada muy importante».
Carmen es directora de un hotel situado en la zona de Bonaire. «El tema de los robos no nos ha afectado directamente, pero ha estado toda la noche la Policía parando a gente que viene a robar. En nuestro parking entraron y abrieron las puertas de todos los coches supongo que buscando algo de valor. Los coches son de clientes y de personal. Lo intentan todo», cuenta la responsable. Pero hay más: «En el hotel hemos visto a alguna persona que no está alojada y le hemos preguntado y enseguida ha salido. Quizás con intención de buscar algo dentro. Es denigrante que, conforme estamos, estén ocurriendo estas cosas. Eso es no tener valores».
Cuatro empleados del hotel permanecen sin salir desde el martes. «Anoche éramos 60 personas en el hotel. Hemos estado atendiendo a los clientes. Ya no quedan. Hoy hemos reubicado a los clientes que no han podido volver a casa. Hay diez habitaciones que hemos reubicado en otro de nuestros hoteles. Quedamos nosotros, que tenemos que empezar a trabajar y a partir de cero. Hoy ya tenemos refuerzo de compañeras del servicio de limpieza que están empezando a tirar basura para ir adelantando», añade Carmen.
En el centro comercial sigue sin haber agua y luz. Eso sí, aún conservan víveres: «Hemos estado aquí dos días sin nada, buscando cargar los móviles con los coches de algún cliente que ha podido arrancarlo. Hemos mantenido la calma», explica Carmen, quien recuerda con angustia el temporal del martes: «Aquí el agua no ha llegado a un nivel muy alto porque estamos un poquito elevados. Ha habido cinco centímetros de barro en planta baja. El sótano sí que está totalmente anegado, pero no ha afectado a nadie. Cuando empezó a inundarse reubicamos a la gente y subimos todos a la primera planta. Incluso acogimos a clientes de otros hoteles que ya no podían cruzar y han dormido aquí con nosotros. Hemos dado de comer a quien hemos podido».
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