J. BATISTA
Domingo, 3 de mayo 2020, 01:21
La selectividad más extraña de la historia ya está casi perfilada. La prueba de acceso a la universidad, que no ha estado exenta de polémicas y fallidos intentos de modificación en años anteriores, empezará el 7 de julio con un reto enorme: la selección y distribución con garantías del alumnado que cursará una carrera tras el azote de una pandemia que lo ha cambiado todo.
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Esta semana se han despejado muchas dudas. Se descarta la opción de realizarla online, como sí sucede con los exámenes universitarios, se conoce con exactitud la estructura de los exámenes, mucho más flexibles, y se han desvelado los escenarios: se abandonan los campus universitarios en favor de los centros en los que han cursado sus estudios los alumnos, ya sean institutos públicos o colegios privados o concertados.
La decisión implica un esfuerzo logístico sin precedentes. Según ha podido saber LAS PROVINCIAS se prevé la habilitación de cerca de 500 escuelas de toda la Comunitat, que lógicamente tendrán que contar con suficiente profesorado para vigilar la realización de las pruebas, así como explicar el baremo de puntos y la nueva estructura.
La opción que cobra más fuerza es recurrir sólo a docentes funcionarios de los centros para poder cubrir todas estas necesidades. Es la condición que se requiere para, en una situación normal, participar como vocal en un tribunal, asumiendo tareas de organización, control y también de corrección. Para la selectividad de este curso el plazo para presentarse terminó el 28 de enero. Con las solicitudes se hace un sorteo para determinar el personal preciso en función de los tribunales creados, y los aspirantes provienen de institutos y universidades públicas. Lo que no se sabe aún es si con los presentados este año se podrá llegar a todos los centros o será necesario buscar más voluntarios.
Lo que sí está claro es que el profesorado que supervise los exámenes no pertenecerá al propio centro, tal y como informó la Conselleria de Universidades el jueves, con el objetivo de garantizar la objetividad durante su realización. También se plantea que no exista un tribunal por sede como hasta ahora, aunque sí se ve necesario que al menos un miembro esté en cada examen para resolver dudas o custodiar las pruebas ya realizadas.
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La previsión del departamento que dirige Carolina Pascual es que se presenten alrededor de 20.000 estudiantes. De ahí que el anuncio de que la selectividad se haría a principios de julio generó inquietud en los campus universitarios. Al fin y al cabo, iba a ser la concentración presencial más multitudinaria desde la irrupción de la pandemia, lo que arrojaba serias dudas para poder garantizar el distanciamiento social, no tanto en las aulas sino en los accesos, salidas o descansos.
Con la dispersión de las sedes por toda la Comunitat se evitará la masificación y también gran cantidad de desplazamientos entre municipios. Además, se tomarán estrictas medidas de seguridad sanitaria. A todos los participantes, personal y alumnos, se les tomará la temperatura antes de entrar en las instalaciones y se organizará un acceso escalonado, lo mismo que sucederá por ejemplo para ir al baño. También se repartirán mascarillas y geles de hidroalcohol y se desinfectarán las aula s a diario.
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En la vertiente académica, la comisión gestora de las pruebas de acceso a la universidad ya ha acordado la estructura de todos los exámenes siguiendo las directrices de la orden ministerial que obliga a facilitar las opciones de respuesta para los aspirantes.
Los modelos de examen están disponibles en la página web de la Conselleria de Universidades y la tónica general es que aumenta el número de ejercicios propuestos para que los estudiantes tengan más flexibilidad, facilitando la selección de aquellos relacionados con contenidos que se pudieron dar mientras las clases fueron presenciales. No quiere decir que todos se limiten a ese periodo, pues en 2º de Bachillerato sí se permite avanzar materia durante la fase de docencia a distancia.
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Por ejemplo, en el examen de Lengua Castellana y Literatura se sigue planteando un único texto, aunque habrá diez ejercicios sobre conocimiento de la lengua y educación literaria de los que habrá que elegir cinco. Los de Matemáticas tendrán seis problemas, a seleccionar tres, y en el de Historia de la Filosofía se plantearán 16 en tres bloques distintos, de las que se responderán cinco (dos del primero, uno del segundo y dos del tercero).
La decisión de trasladar los exámenes a los centros no universitarios ha sido bien acogida por la Federación Valenciana de Estudiantes (Faavem), pues considera que contribuirá a dar tranquilidad a muchos estudiantes que, con una organización normal, deberían asumir importantes desplazamientos.
«Desde un principio, antes de que se tomara la medida, defendíamos que se realizaran en los institutos, pues hay muchos alumnos que tenían que desplazarse más de 50 kilómetros para llegar a la facultad correspondiente, algo que ahora se evitará», señala Quique Martínez, presidente de la organización.
De hecho, explica que algunos alumnos les han planteado que sería positivo mantener este modelo descentralizado para próximos ejercicios. «El problema de las distancias también existía antes de esta crisis», puntualiza el estudiante.
«Es una medida correcta, teniendo en cuenta que las universidades se cerraron incluso antes de conocerse las fechas de la selectividad», añade. «El desplazamiento influye mucho en los alumnos. El cambio supone un ahorro de tiempo y no hay que olvidar que la selectividad es un periodo de nervios, por lo que es positivo que se pueda trasladar tranquilidad. No es lo mismo tardar una hora que diez minutos», continúa. En su opinión, en la decisión del Consell ha influido de manera determinante la necesidad de evitar grandes desplazamientos.
La federación también valora de forma positiva la nueva estructura de las pruebas, que ya no se basarán en la clásica organización de dos opciones de examen. «Pedíamos que se flexibilizaran los contenidos con más preguntas dentro de cada opción, que no fuera un modelo tan cerrado, y también se ha hecho», destaca Martínez, que sí considera que quizá estas medidas podrían haberse concretado antes en el tiempo para dar mayor certidumbre a los alumnos.
Por otro lado, desde la Confederación de Asociaciones de Padres de Alumnos Covapa explicaron ayer que han recibido algunas quejas de familias porque los profesores les han trasladado que, al mantenerse el calendario escolar, en las últimas semanas antes de la selectividad no habrá clases a distancia. «Consideramos que es justo, ante la situación que estamos viviendo, que hasta el mismo día del examen continúe el apoyo diario a los alumnos que se van a enfrentar a las PAU, no entendemos que se les pueda abandonar días antes», defiende la presidenta Sonia Terrero, que planteará la cuestión en la próxima reunión con la Conselleria de Educación.
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