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El clavo ardiendo al que se agarra media humanidad es la teoría de aquellos expertos que apuntan que la variante ómicron es el principio del fin de la pandemia. Muchos infectados, enfermedad leve e inmunidad de rebaño entre contagios y vacunas ... . Mientras la teoría de algunos científicos cristaliza sin datos abundantes y contundentes que la den todavía por buena - hay quien la califica de prematura y advierte de que una pandemia se controla en diez años-, las dos próximas semanas son clave para analizar si la cepa sudafricana es el camino recto hacia la esperada normalidad. España vive un tsunami de casos, ómicron arrasa y cerca del 60% de infectados y reinfectados es asintomático con capacidad de contagiar.
Hasta la aparición de la nueva variante, el patrón de comportamiento del virus ha sido muy similar. En quince días se decidía todo. La semana siguiente al contagio era clave para ver si el paciente superaba el Covid o desarrollaba la enfermedad grave, con un desenlace fatal en algunos casos. Ahora los plazos se acortan en sus primeros pasos y es cierto que, gracias a la vacunación y a la benevolencia de ómicron, los hospitales valencianos están lejos del colapso en relación a la catarata de positivos.
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El 6 de enero de 2021 había en planta de los centros de la Comunitat 2.254 personas con coronavirus, con un número de contagios diarios que rondaba los 3.000 positivos notificados cada día. Una proyección que derivó a los momentos más duros de la pandemia, ya que a finales de mes la presión hospitalaria se disparó con casi 5.000 ingresados en los hospitales valencianos, de los que más de 600 estaban en las unidades de críticos. Días en los que se notificaban más de un centenar de muertos en la Comunitat.
La proyección prevista por los expertos es que en los próximos días el número de contagios siga al alza y fuera de control hasta que vuelva la rutina tras las vacaciones. El Ministerio de Sanidad, en su último informe, reconoce que la alta capacidad de transmisión de esta variante hace imposible tener una fotografía fija de la situación. Hace tres semanas, en la Comunitat el 3,7% de los positivos detectados de coronavirus respondía a la cepa sudafricana. En la última semana analizada, del 20 al 26 de diciembre, ese porcentaje se había multiplicado por diez: el 37% de los casos en territorio valenciano respondía a ómicron. Un dato que está previsto que se dispare en el siguiente análisis que se publique, que afectará de lleno a las vacaciones navideñas, donde las cadenas de contagio han quedado absolutamente fuera de control. En la Comunitat, ahora mismo, de cada cien pruebas realizadas más de treinta son positivas. A esto hay que añadir que los test caseros que se compran en la farmacia ahora mismo no quedan registrados en ninguna estadística, por lo que un alto número de positivos están en un limbo si no llaman a su centro de salud para ratificar su estado con una PCR. La atención primaria está desbordada ante la avalancha de casos de Covid.
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Con un número de positivos muy por encima de los notificados el año pasado, las hospitalizaciones en planta, los ingresos en UCI y los fallecimientos no tienen nada que ver con los datos de principios de 2021. La clave está en la semana que viene, cuando en teoría los positivos de estos días tienen que ver cómo desarrollan la enfermedad. La estadística apunta que las hospitalizaciones y los muertos aumentarán pero en ningún caso en la relación que se estableció hace doce meses. Ayer se notificaron 35 decesos frente a los 85 de hace un año, con un panorama de contagio distinto. Una situación similar sería una masacre. España y la Comunitat miran a otros países, como a la región sudafricana de Gauteng, donde se localizó la nueva variante, donde los infectados se multiplicaron y donde se ha podido comprobar que ómicron ha sido más suave que delta y alfa.
La Comunitat entró en enero de 2021 con casi 23.000 casos activos por coronavirus y ahora supera los 85.600, un número récord. El año pasado, la curva de positivos que arrasó desde el inicio de la Navidad empezó a caer alrededor del 20 de enero. La capacidad de transmisión del virus era muy inferior a la actual, por lo que los expertos apuntan que la virulencia de ómicron tiene la parte positiva de que la curva puede empezar a caer antes a la misma velocidad que ha subido.
Hay esperanza e incertidumbre sobre qué va a pasar en las dos próximas semanas, los días clave para analizar si la vacunación realmente es efectiva contra la cepa, si la nueva variante es menos agresiva y si en realidad las teorías que apuntan que ómicron es el fin de la pandemia tienen consistencia. La otra prueba de fuego se dará en las aulas, que volverán con el cien por cien de presencialidad y donde se dará continuidad a la vacunación a los menores de 12 años, que eran hasta ahora uno de los grandes focos de contagio.
Hace justo un año, la incidencia en España era de 272 casos por cada 100.000 habitantes. Ahora es de 2.433. Enero va a ser el mes clave.
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