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La defensa y las acusaciones, en el juicio por el caso Marta Calvo IVÁN ARLANDIS
Juicio caso Marta Calvo | Las sombras sobre el cuerpo de Marta Calvo

¿Qué pasó con el cuerpo de Marta Calvo?

Los investigadores de la Guardia Civil que participaron en la inspección para buscar el cadáver coinciden en que es «imposible» que la descuartizara sin dejar rastro

BELÉN HERNÁNDEZ

VALENCIA

Miércoles, 29 de junio 2022, 13:56

Jorge Ignacio P. J. se entregó el 4 de diciembre de 2019 y afirmó que desmembró el cuerpo de Marta Calvo en su domicilio en Manuel, concretamente en el cuarto de baño de la parte baja, sobre el plato de ducha. En su confesión, reconoció que guardó los nueve trozos del cuerpo en diversas bolsas de basura y que arrojó seis de ellas en los contenedores de Silla y las otras tres, en los de Alzira.

Sin embargo, la declaración de los investigadores de la Guardia Civil que participaron en la investigación para buscar el cadáver de Marta contradice la confesión que dio en su momento el acusado. Los nueve testigos que han acudido a declarar en la duodécima sesión del juicio de Marta Calvo coinciden en que «es imposible» que Jorge Ignacio la descuartizara sin dejar ningún indicio.

El misterio del descuartizamiento

«Yo me desplacé a la planta de residuos de Guadasuar y el responsable ya me dijo que era imposible que no hubiera sido detectado el cuerpo en el proceso de tratamiento de la basura», ha afirmado un agente de la Guardia Civil.

Tras conocer el funcionamiento de la planta de residuos y ver al detalle todo el procedimiento por el que pasa la basura, el agente ha declarado que salió de allí «muy seguro» de que si por allí hubieran pasado restos humanos del tamaño que indicó Jorge Ignacio, los hubieran detectado de inmediato.

El agente hizo el mismo procedimiento en la planta de Quart de Poblet. El responsable de esta planta dudó por la gran cantidad de basura que tratan en sus inmediaciones. «Manejan cien toneladas a la hora y es fácil que en el proceso de triaje no lo hubieran detectado». Después, los residuos de ambas plantas llegan al vertedero de Dos Aguas.

«Fuimos a entrevistar al responsable de la planta de Guadasuar y nos aseguró que no quedaban restos de basura del mes de noviembre en el foso», ha recalcado el agente refiriéndose a que todos los residuos habían llegado al vertedero.

El rastro de las bolsas

La investigación fue meticulosa. Cuando realizaron la inspección de la basura, los agentes pidieron la ayuda de los forenses del Instituto de Medicina Legal. «Cuando teníamos dudas de si había huesos que procedían de un animal o de un humano les mandábamos fotografías. Fueron 25 fotografías. 22 las descartaron al instante y 3 muestras se llevaron a analizar y se descartó que fueran de origen humano»

El 7 de noviembre el teléfono de Marta dejó de tener señal sobre las 12 de la mañana, como ha confirmado el testigo. Esa misma mañana, Jorge realizó tres llamadas a chicas que ofrecían sus servicios. Gracias a la geolocalización de los tres teléfonos móviles que llevaba encima el acusado y a los testimonios de los dependientes y a las cámaras de seguridad, los agentes pudieron confirmar que compró guantes, bolsas de basura y también dos sierras en una ferretería. Pero no había ni rastro de la víctima.

Vídeo. Una sesión del juicio del caso Marta Calvo.

El coche y la casa del detenido, impolutos

Los investigadores también se centraron en buscar cualquier rastro de material biológico en el coche Wolkswagen en el que Jorge dijo que había transportado las bolsas de basura con el cuerpo de la joven. «Primero pasamos con un perro que buscaba restos de ADN y después utilizamos iluminación forense para hacer recortes de las partes del vehículo donde pudiera haber material biológico», han alegado los testigos.

Otra vez, no había ninguna prueba de que el cuerpo de Marta hubiera estado en ese coche. Esta era la segunda inspección técnico ocular que se hacía del vehículo.

En una búsqueda desesperada por tratar de buscar algún indicio que confirmara la versión del acusado, los profesionales realizaron otras dos inspecciones en la vivienda de Jorge Ignacio en Manuel. Utilizaron linternas con luz forense y «las mal llamadas luces azules» que permiten visualizar la sangre de manera más clara.

Ni los perros de rastreo encontraron pruebas

Se localizaron en el baño «presuntos restos biológicos». También se utilizaron perros entrenados para encontrar rastros de ADN. Se hizo un registro desde la entrada por si había algún fluido corporal en el camino hasta el baño. «No hubo nada que nos indicara que ha habido algún fluido en ese suelo. En el plato de ducha los perros hicieron un marcaje leve y un marcaje grande en el desagüe. En cualquier escena de un descuartizamiento siempre queda algún resto, es imposible limpiarlo todo. El perro sigue recibiendo olor».

Este agente ha detallado que en su experiencia trabajando con perros adiestrados para realizar esta labor de búsqueda, encontraron rastros de material biológico de un descuartizamiento cinco años después. En este caso, no ha habido ninguna prueba concluyente que confirmara que Jorge Ignacio había dicho la verdad. Ni siquiera en la segunda inspección donde se levantó el plato de la ducha y se miró dentro de las tuberías.

Una versión que no convence a nadie

Antes de que comenzara la vista, Marisol Burón, la madre de Marta Calvo, ha afirmado ante los medios de comunicación: «Al principio pensábamos que sí que había pasado lo que dijo Jorge Ignacio. El móvil encriptado confirmaba que había estado en estas zonas en las que afirmó que estuvo. Pero yo desde el primer momento pensé que mi hija no había sido descuartizada. Vamos a desmontarlo.»

En su opinión, el acusado tiene una clara motivación para no desvelar lo que hizo con el cuerpo de la víctima. «Yo creo que nunca va a decir dónde está mi hija, porque ahí habrá más chicas. El casero ha mentido siempre, creo que sabe más».

Teorías alternativas

Al concluir la sesión, Juan Carlos Navarro, la acusación particular de varias de las víctimas que se personan en este procedimiento, también ha opinado: «La versión que da es incompatible con las pruebas que se han encontrado. Creemos que no la descuartizó». 

Sobre el paradero de Jorge Ignacio en los veintiún días que tardó en dar la cara, Navarro ha objetado que «es un experto en huidas. Dio ese paradero para justificar que en ese tiempo fue eliminando pruebas». El letrado también ha considerado que «Jorge Ignacio cuenta con la colaboración de otra persona».

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