
El sueño valenciano
9 d'Octubre ·
La gran familia. Remite la pandemia, vuelve la fe. Doce ciudadanos riegan de ilusiones el 9 d'OctubreSecciones
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9 d'Octubre ·
La gran familia. Remite la pandemia, vuelve la fe. Doce ciudadanos riegan de ilusiones el 9 d'OctubreTeodoro Llorente tuvo un sueño sobre la región valenciana en un momento complicado y convulso. En un discurso que pronunció en Elche en 1908, ya enfermo y anciano, Llorente imaginó una Valencia fecunda, rica, que se amaba y se recuperaba poco a poco, una sociedad que se mostraba fiel a su cultura y a su historia. El escritor y poeta más importante de la Renaixença valenciana, director y fundador de LAS PROVINCIAS, expresó hace más de cien años, ese sueño valenciano que ahora está más latente que nunca; la esperanza y el trabajo por un cambio se pueden adivinar en las aspiraciones de los valencianos. Hoy, en la fiesta grande de la región, nos preguntamos: ¿Con qué sueña el pueblo valenciano? ¿Qué desea?
En la Comunitat viven más de cinco millones de personas, es la cuarta comunidad autónoma por población, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La pandemia ha hecho mella en las pérdidas y el fomento de la natalidad es escaso; los nacimientos caen año tras año desde hace una década porque, y aunque parezca el argumento de una serie de ficción, cada vez hay menos mujeres en edad fértil y se ha retrasado el momento en que son madres. Aun así, todavía hay esperanza y está depositada en los más jóvenes, como Marta Costa y Roberto Gimeno, que en plena pandemia tuvieron a la pequeña Guadalupe. «Después de tener una hija pienso más en el apoyo a las familias. Falta mucha ayuda desde la administración para poder sacar adelante a una familia, sea como sea esa familia», apunta Roberto.
«Sea como sea» porque ahora más que nunca el clásico modelo de familia tradicional ha cambiado y una muestra de ello es que, en la Comunitat, casi el 50% de los hogares están formados por parejas sin hijos y cada vez hay más unipersonales. De hecho, en 516.600 casas de la Comunitat sólo vive una persona.
La incertidumbre es la barrera para avanzar, según los expertos. «Lo primero que cabe destacar en la sociedad actual es que hay una profunda incertidumbre para tomar cualquier decisión, una incertidumbre que algunos tratan de minimizar y dicen que vamos ya hacia un escenario de más seguridad y estabilidad, en la medida en que también se está superando la pandemia», incide el decano de la Facultad de Filosofía, Letras y Humanidades de la Universidad Católica de Valencia, Ginés Marco, que además señala la importancia de recuperar la normalidad, sobre todo en las aulas.
Carmen Guindo, a sus seis años, sueña con ser bailarina. No deja de dar piruetas, volteretas y hacer poses, todo sin quitarse la mascarilla en ningún momento. Es responsable, sabe que al llegar a casa tendrá que hacer deberes y un poco de lectura. Los más pequeños han sido los que más rápido se han adaptado a la pandemia y aunque el encierro durante los meses más duros del confinamiento les marcó, han llevado la vuelta al colegio, entre gel desinfectante, mascarillas y termómetros, mucho mejor de lo que cabía esperar. «En ellos está el futuro de la sociedad, como madre y como profesora, creo que es en ellos donde tenemos que poner la mirada, los recursos y los esfuerzos, porque hay que seguir construyendo la sociedad desde la educación, el cuidado, enseñando valores; eso es lo más importante», comenta Marta Costa, madre y profesora en Valencia.
La tasa de abandono escolar temprano se situó en 2020 en el 15,5%, según datos del Ministerio de Educación. Esa tasa mide a los jóvenes que abandonaron los estudios entre los 18 y los 24 años que sólo obtuvieron el título de la ESO. Y es que en la región la tasa de escolarización es alta entre esas edades (15-16 años), aunque desciende a partir de los 17 años, si bien ha ido creciendo y cada vez son más los jóvenes que terminan la educación obligatoria, según las cifras del INE. Aquí se encuentran diferencias entre chicos y chicas, ya que son ellas las que más se gradúan y también las que más acceden y adquieren estudios superiores.
Es en ese punto donde se encuentra Clara Calabuig. A sus 16 años acaba de empezar Bachillerato, aún sin saber qué carrera elegirá, pero con las ideas claras: «Lo único que me da miedo es no saber qué estudiar, pero yo quiero tener una carrera y encontrar un trabajo para, después, comprarme una casa y formar una familia, pero es verdad que ahora la situación es complicada», reconoce. Y entra de nuevo en escena la incertidumbre, porque a los más jóvenes les inquieta especialmente su futuro. Francesc Jesús Hernández i Dobón, director del departamento de Sociología de la Universidad de Valencia, destaca que «las encuestas sociológicas son unánimes al repetir que nos preocupan en primer lugar los asuntos económicos y esto se agrava últimamente en los jóvenes». El desempleo entre los menores de 25 años aumentó en 3,53 puntos en el primer trimestre del año respecto al cierre de 2020 en la Comunitat hasta situarse en el 41%, como se publicó en la Encuesta de Población Activa (EPA). Jóvenes como Carlos Jiménez, que a sus 28 años está en el paro. «Es frustrante que alguien no pueda sentirse realizado en su trabajo porque no es para lo que ha estudiado ni su vocación», reivindica.
La falta de empleo es uno de los graves problemas de la sociedad valenciana. Los expertos la señalan como el mayor quebradero de cabeza incluso por encima de la sanidad, y los últimos datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) lo sustentan: el paro, junto con los problemas de índole económica, son los que más quitan el sueño. Sorprende también que hay un mayor grado de preocupación en la sociedad por los problemas políticos en general que por los de índole social, aunque los sociólogos lo achacan a que están relacionados.
De decisiones políticas depende la situación de colectivos como las personas inmigrantes o los dependientes. La inmigración ha permitido en este último año el crecimiento de la población en la Comunitat: representa el 14,8% del censo, y se eleva al 18% considerando a los que ya tienen la nacionalidad. En las estadísticas no aparecen quienes están en situación irregular; son invisibles en muchos aspectos. Personas como Lucy Polo, inmigrante colombiana, lanzan una red de apoyo con una asociación para quienes llegan sin nada.
Otros grandes olvidados: los mayores, con o sin pensión. En la Comunitat tenemos más de 621.000, pero son 972.650 las personas que han rebasado los 65 años. Ellas siguen soñando, aunque sus deseos no sean tan escuchados. Ginés Marco, decano de la UCV, lo tiene claro: «La sociedad vive el final de un ciclo y se abre a una nueva etapa». No se conforman, siguen peleando y aun así están satisfechos con su vida. Son optimistas a pesar de todo. La mayoría puntúa el grado de satisfacción de sus vidas con un notable o notable alto.
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Javier Bienzobas (Gráficos) y Bruno Parcero
Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
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