Paco y Ernesto Tortosa, en su taller de Algemesí. Irene Marsilla

El taller que arregla gratis los coches de los voluntarios de la DANA

Dos mecánicos de Algemesí han estado realizando reparaciones estas semanas para agradecer la labor de las personas que han acudido a ayudar a su pueblo

A. Talavera

Algemesí

Lunes, 18 de noviembre 2024, 15:51

La circulación por las principales vías de Algemesí comienza a ser más fluida tras casi tres semanas colapsadas por el barro y los enseres que la DANA ha destrozado. En un taller de la Ronda de Alzira, una de las calles principales de acceso, los coches llenos de fango esperan su turno para ser reparados. Los mecánicos no dan abasto con tanto trabajo, la riada ha afectado a casi la totalidad del parque automovilístico de la ciudad, unos 10.000 vehículos.

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Sin embargo, los hermanos Tortosa han aparcado todo este trabajo hasta este mismo lunes ya que desde el día 31 de octubre que pudieron abrir las puertas de su taller se han dedicado a reparar los vehículos de los servicios de emergencias y de los voluntarios que han acudido a ayudar a Algemesí. Una labor altruista con la que han querido agradecer la dedicación de las miles de personas que han llegado a su ciudad para limpiar sus calles.

«Nosotros teníamos que estar aquí y dar un servicio a los vehículos de emergencias porque hacía mucha falta. Ya que no podíamos ir a sacar barro que menos que reparar los coches de los voluntarios que han venido, ha sido nuestra contribución», comentan con naturalidad Paco y Ernesto Tortosa.

Estos mecánicos se han negado a cobrar por este trabajo pese a la insistencia de los voluntarios. «Nos sacaban los billetes y les decíamos que lo guardaran o les volvíamos a pinchar las ruedas», recuerdan de forma simpática. Y es que los pinchazos durante estos días han sido las reparaciones más comunes debido a la gran cantidad de material que arrastra el barro que todavía está presente en parte de las calles de esta localidad de la Ribera Alta. Pero no sólo han que encargarse de los pinchazos también muchas otras averías a causa de los cientos de kilómetros que han recorrido los voluntarios hasta llegar a Algemesí.

«A un chico que venía de Badajoz con una grúa le tuvimos que reparar las ruedas y a otro que llegó en tractor desde Anna, dos horas y media de viaje, tenía el cambio de marchas destrozado. Tuvimos que arreglarlo con lo que teníamos por aquí», relatan estos hermanos que tienen muchas anécdotas de estos días, los peores vividos en su localidad.

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Entre neumáticos y llaves inglesas, este taller se ha llenado de las historias solidarias de los voluntarios. La más conmovedora que recuerda Paco es la de un grupo de policías nacionales de Galicia, fuera de servicio, que entraron a última hora de una tarde porque el elevalunas no funcionaba. Mientras estaban solucionándolo uno de ellos se fue a un rincón para hacer una video llamada. «Nos dijeron sus compañeros que estaba felicitando a su hija que cumplía un año. Nos hizo llorar a todos», relata Paco Tortosa.

El taller Tortosa Autos no sólo ha ejercido esta importante labor durante las primeras semanas tras la catástrofe, si no que también ha prestado otros servicios para los voluntarios, abriendo sus baños al público, repartiendo café a los servicios de emergencias cuando todo estaba cerrado o acudiendo para intentar reparar bombas de agua con las que sacar el agua de garajes y de los pasos subterráneos.

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«No esperábamos que viniera tanta gente pero conducir por el pueblo era un caos. Nosotros hemos hecho todo lo que hemos podido», comentan estos hermanos que lo único que esperan ahora es la vuelta a la ansiada normalidad. Una normalidad que se ve un poco más cercana con detalles como el que cuenta Paco, «hoy es el primer día que he podido venir con zapatillas y dejar las botas de agua en casa».

Irene Marsilla

«Nosotros hemos tenido suerte porque aquí apenas nos entró un poco de agua y barro, cosa de limpiar, en casa ha sido peor. Pero todo esto es lo menos que podíamos hacer. Los voluntarios han sido esenciales», comentan estos mecánicos de Algemesí que desde este lunes han comenzado a realizar reparaciones de clientes pendientes.

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Tortosa Autos lleva 61 años en activo, un negocio que abrió el padre de Ernesto y Paco y que ellos mantienen. Eran muy jóvenes cuando la pantanda del 82 asoló los pueblos vecinos de Alzira y Carcaixent y ya en ese momento comenzaron a realizar reparaciones de vehículos llenos de barro. Ahora, 42 años después, rememoran esos momentos pero en su propia localidad.

«Mi hermano iba a Carcaixent, arrancaba los coches y les quitaba el agua. Ahora con las centralitas y toda la parte eléctrica es mucho más complicado. Nada tiene que ver la instalación de ahora con la del 82», explica Paco que debido al alto coste de sustituir los componentes eléctricos muchos vehículos acabarán en el desguace.

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