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I. DOMINGO
VALENCIA.
Viernes, 20 de septiembre 2019, 00:38
Las obras del tercer carril de la V-21 llevan camino de convertirse en un capítulo inacabado a pesar de haber comenzado en octubre de hace un año, con los primeros trabajos en la mediana de la carretera, ya que los terrenos eran propiedad del Ministerio de Fomento.
El pasado agosto, solventado el problema con las expropiaciones en la huerta, la obra se extendió a todos los tramos. Fue entonces cuando resurgieron las protestas sobre el proyecto por la afección sobre la huerta a pesar de que el ministerio la redujo un 33%. Esa queja se hacía visible el martes por la noche, cuando vecinos y activistas acampaban junto al Forn de la Barraca, una alquería de comienzos del siglo XX que tiene que ser derribada.
Los operarios tuvieron que desistir y abandonar el lugar pero ayer, sobre las 07.00 horas, la Guardia Civil desalojaba a los acampados y permitía el acceso de la empresa de derribos, que lograba abrir un agujero en la pared del mural de Diego Mir.
Sin embargo, los asistentes (alrededor de medio centenar) se mantuvieron en la zona e impidieron la salida de un camión, por lo que los operarios decidieron abandonar los trabajos, que continúan en la zona próxima a Port Saplaya. La intención, según los concentrados, es seguir junto al Forn de la Barraca para evidenciar su «protesta simbólica» contra el proyecto.
Mientras, el alcalde, Joan Ribó, reiteró a Fomento que reconsidere la actuación y recordó que los atascos se producen a la entrada a Valencia pero no en la salida, por lo que la ampliación en este punto «no tiene ningún sentido».
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