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El abanico, herramienta para luchar contra el calor. Irene Marsilla
Noches insoportables: una de cada tres son tropicales

Noches insoportables: una de cada tres son tropicales

Valencia vive la madrugada más cálida del verano, el tercero más caluroso de toda la historia y sin registrar viento de poniente

Manuel García

Valencia

Miércoles, 28 de agosto 2024

Una sensación de agobio que no te abandona, como aquel mítico desodorante del anuncio. La frase 'el más verano más cálido desde…' puede parecer reiterativa e incluso cansina en ocasiones pero las cifras no engañan y las plusmarcas se baten con bastante facilidad. Los datos que ofrece la Agencia Española de Meteorología para la Comunitat Valenciana no engañan y desaniman a quienes el calor les supone todo un Via Crucis. Y lo que parece que aún queda por delante.

La expresión 'noche tropical', que podría llevar a cualquier persona a un universo paradisiaco, queda ahora como pesadilla a la hora de intentar dormir. El año 2024 se está convirtiendo en todo un desafío para dormir del tirón y no despertarse sudado. Los municipios del interior son la anhelada excepción para muchos, pero en la costa y, sobre todo en el prelitoral, la cosa se complica cuando cae la noche.

Y es que la estadística ofrecida desde Aemet ofrece una conclusión: una de cada tres noches de todo este año, incluyendo los habitualmente apacibles en este sentido meses de enero y febrero, han sido tropicales. La última noche registrada, la del martes al miércoles, ha sido la enésima muestra de que el termómetro se resiste a bajar de 20 grados, la frontera que marca la noche tropical. En la provincia de Valencia, en un total de 74 madrugadas de los casi 250 días que llevamos de año, no se ha superado por debajo esta frontera del calor. En Alicante las cifras son similares, con 71 noches, mientras que en Castellón han sido 69, cantidad también bastante considerable.

Y es que el calor no sólo se sufre durante el día, porque, como es tema de conversación común cada mañana al levantarse, «se está durmiendo regular».

La estadística de noches tropicales, donde el mercurio no baja de los 20 grados centígrados, continúa aumentando sin parar. Hay que retrotraerse en el calendario casi dos meses para encontrar una noche que no se ajuste a este calificativo a priori atractivo pero que no lo es a la hora de conciliar el sueño.

Y es que en los tres observatorios de las capitales de provincia de la Comunitat, desde el pasado 3 de julio todas las noches han tenido una mínima mayor o igual a 20 grados (noches tropicales). La última noche que bajó de 20 fue el 2 de julio, con 19,7 en Alicante, 19,6 en Valencia y 19,2 en Castellón. Y todavía quedan unas cuantas noches más, advierten desde Aemet.

De este modo, la noche de este martes a miércoles ha sido la más cálida del verano en algunos puntos, donde se ha pasado de la noche tropical a la noche tórrida, la número 62 de esta década, de la que apenas llevamos la mitad recorrida. En concreto, tanto en la ciudad de Valencia como en el aeropuerto de Manises se han superado los 25 grados de mínima durante la madrugada, límite para considerar una noche tropical o tórrida.

Los problemas para dormir no son ni mucho menos anecdóticos, ya que pueden agravar problemas de salud ya existentes o crear nuevos. Las personas con recursos escasos y que no tienen la opción de contar con aire acondicionado en sus casas son más vulnerables a la hora de padecer problemas de salud que pueden señalar a todo el mundo al no poder dormir un sueño de calidad.

Un verano de récord

Y por lo que respecta, en general, al verano que está a tres semanas de finalizar, las perspectivas también son de previsión de récord.

Según ha detallado este organismo que se encarga de esta cuestión que tanto preocupa a muchos, a falta de pocos días para que concluye el mes vacacional por excelencia, el bimestre julio-agosto de este año 2024 es el tercero más cálido desde, al menos, casi tres cuartos de siglo, en concreto desde el año 1950.

Y esta situación se produce, según puntualiza Aemet, sin que haya habido ni un solo día de poniente que llegue a la costa a lo largo de este verano. Lo cual no es obstáculo para que el verano de 2024 vaya a quedar en el podio de los más calurosos, posición de honor que, desgraciadamente para todos los que no soportan bien las altas temperaturas, podría abandonar, sin embargo, en próximos periodos estivales.

Las mismas fuentes han explicado que en la zona costera no ha habido ningún día en que se haya sentido este viento a veces tan desagradable de soportar que viene del oeste. «Aunque se pueda pensar lo contrario, no es muy habitual que haya días de poniente en verano cerca de la costa. Puede haber uno o dos cada verano», han agregado las mismas fuentes.

En el otro extremo, y en la memoria no tan lejana, según recuerdan desde Aemet, queda la histórica 'ponentà' del 10 de agosto del pasado año 2023, con temperaturas de 47 grados en Sumacàrcer, 45 en Xàtiva y unos no tan habituales 46,8 grados en la costa.

Las quejas no serán por las altas temperaturas cerca del mar. En la ciudad de Valencia, a modo de ejemplo, la máxima de todo este verano de 2024 no ha llegado ni a los 35 grados. En concreto, la máxima registrada fue el pasado 30 de julio con 34,8 grados. A pocos kilómetros, en el aeropuerto de Manises la temperatura más alta se dio el 20 de julio con 36,7 grados.

Precisamente ese 20 de julio, sábado, ha quedado en la memoria de vecinos de ciudades como Xàtiva, donde se alcanzaron los 44 grados y donde la única solución fue quedarse encerrado en casa o visitar una piscina privada o pública para paliar un poco el bochorno.

Pero a cambio de no padecer el viento de poniente cerca del mar, las sensaciones no son ni mucho menos buenas ni agradables: La alta humedad (de alrededor del 80%) hace que 30 grados, una temperatura a priori soportable se convierta en casi un infierno, sudando todo el día y con una sensación pegajosa a veces insoportable.

Esta alta humedad que se registra ha provocado que también aumente la temperatura del mar. Cuando se está alcanzando el final del verano, ya se intenta vaticinar cómo va a ser el otoño por lo que respecta a las lluvias. Y de momento, según explican desde Aemet, no se puede avanzar nada de manera fehaciente, ya que no existe una correlación entre la temperatura del mar y las lluvias torrenciales de los meses de septiembre y octubre fundamentalmente. Un ejemplo de esto se dio en 2023. A un verano fuerte le siguió un periodo octubre-noviembre muy seco, por lo que no existe una consecuencia causa-efecto entre calor del verano y las lluvias posteriores. De este modo, insisten desde Aemet, pueden darse lluvias importantes o no con independencia de que el verano haya sido más o menos caluroso.

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