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Terrazas con clientes sin mascarilla durante el día de ayer.

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Terrazas con clientes sin mascarilla durante el día de ayer. D. Torres

Terrazas de Valencia sin mascarilla

La mayoría de los clientes de bares y restaurantes incumple la medida de lucir protección cuando no se está consumiendo

Martes, 21 de julio 2020, 00:25

Cada vez es más difícil encontrar un ciudadano que no lleve mascarilla por alguna de las calles de los municipios de la Comunitat Valenciana. La resolución aprobada por el Consell el pasado fin de semana que incluye nuevas medidas para frenar el avance del coronavirus hace obligatoria una práctica que ya estaba extendida entre la población y ha generado una mayor concienciación del uso de esta protección en la vía pública, donde hasta hace pocos días solo era obligatoria si no se mantenía la distancia de seguridad, así como en comercios. Pero la situación cambia cuando uno se dirige a las terrazas de bares y restaurantes, donde aunque el uso es más generalizado que la semana pasada aún se observa como muchos clientes se la quitan nada más llegar pese a no estar consumiendo ningún tipo de comida o bebida.

En zonas como el centro de Valencia o la avenida Blasco Ibáñez de la capital durante el día de ayer lo más habitual era ver a ciudadanos que no cumplían la nueva norma cuando estaban alrededor de una mesa. La práctica suele ser la misma, las personas portan la mascarilla puesta mientras se dirigen a un establecimiento pero cuando llegan al local donde han quedado con amigos o familiares se la quitan nada más sentarse y se la guardan en el bolsillo, bolso, bolso o incluso la atan en el brazo. Algo que puede ser peligroso ya que en muchas ocasiones es difícil mantener la distancia de seguridad en los establecimientos. Y es que, tal y como admitía Ana Barceló, consellera de Sanidad, «el hecho de sentarnos en una mesa en una terraza no quiere decir que debamos desprotegernos».

A preguntas de este diario, clientes del entorno de la plaza Xúquer señalaron que creían que en los bares y restaurantes la mascarilla no era obligatoria, otros consideraron «que la normativa no estaba clara del todo» y unos pocos se erigían como un ejemplo para el resto porque sí que la lucían mientras esperaban la llegada de la bebida. Un grupo de jóvenes alrededor de una mesa con las bebidas terminadas se tapaba el rostro aunque admitían que esto es algo que han empezado a hacer los últimos días y que a muchas personas de su entorno les cuesta cumplir la medida en todo momento. Junto a ellos, dos mujeres subrayaban orgullosas que por su edad avanzada esta es una práctica que ya realizaban y que les parece perfecto que se pueda extender al resto de la población porque «aunque no se puede volver a parar el país la salud es lo primero».

Un propietario señaló que su uso aún es limitado entre la población y que aunque el personal «la lleva en todo momento tal y como marca la ley» este fin de semana han tenido que repetir una infinidad de veces que era necesario mantenerla puesta. La mayoría de hosteleros consultados coinciden en que la semana pasada era difícil ver a gente que se dejara la mascarilla puesta en la terraza pero ahora ya se observan varios clientes que hasta que no tienen el plato de comida delante no se la retiran. «Poco a poco la gente se va mentalizando y eso es bueno para nosotros porque al final si yo llevo la mascarilla pero un cliente con la enfermedad no puedo infectarme y trasmitir el virus a mi entorno», recalcó un camarero.

Desde la Federación Empresarial de Hostelería Valenciana (FEHV) ya han admitido que piensan que esta medida, aunque no les beneficia, se puede asumir «para no ir hacia atrás». Los integrantes de la entidad tienen claro que prefieren restricciones así que un nuevo confinamiento que lleve a un cierre de locales que insisten en que no podría asumir un sector que ya ha quedado muy tocado por la pandemia.

Por su parte, la patronal hotelera Hosbec incidió en que aunque «no es una medida que fomente el turismo y el consumo en locales» es una iniciativa esperada que ya estaba aprobada tanto en otras autonomías como en países de nuestro entorno aunque pidieron «unos días de transición» para que los clientes se puedan adaptar. Para Hosbec, lo positivo es que aún «la gran mayoría de la actividad turística se puede desarrollar con normalidad» y aplaudieron que, a diferencia de otros territorios como Andalucía, en la Comunitat Valenciana no sea obligatoria la mascarilla en las playas. «En estos espacios no se ha detectado ningún brote», sentenciaron.

«Es una causa común»

Ximo Puig, presidente de la Generalitat, valoró ayer por primera vez la nueva medida impulsada desde el Consell y aseguró que se adapta al actual contexto y que es parte de «una causa común» de todos los valencianos.

«Hemos ido acondicionando las decisiones de acuerdo con los expertos y el equilibrio de mantener la salud pública y reactivar la economía», remarcó el jefe del Consell, que insistió en que la generalización de la mascarilla «es necesaria». «Nos estamos jugando mucho y la prudencia y la corresponsabilidad es fundamental ya no solo con el uso de mascarilla sino también para mantener la distancia de seguridad, ventilar los espacios y tener higiene«, destacó Puig. El presidente de la Generalitat apuntó que »la prevención es necesaria« y recordó que, hasta ahora, todos los brotes de coronavirus de la Comunitat en los que se ha conseguido la trazabilidad, que son »la inmensa mayoría«, provienen de otras zonas de España, Por ello, consideró necesario »no bajar la guardia« porque »el virus está ahí y nos puede contagiar«.

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