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Comienza un año nuevo para la provincia de Valencia. Como de costumbre, la mística de pasar de un año a otro sirve en muchos casos para cumplir ciertos propósitos, cambiar los malos hábitos u ofrecer una actitud diferente ante los nuevos retos que están por llegar. Sin embargo, al final el intento de 'cambio' no deja de ser eso, mística. Muchas de las cosas que desearíamos cambiar en 2025 llevarán su tiempo, y otras muchas, con el cambio de curso, parecen no haber cambiado en absoluto. Valencia pasa de un año a otro, pero los afectados por la riada del pasado 29 de octubre continúan con las mismas carencias en lo que a recuperación se refiere. Son decenas de miles los expedientes que el Consorcio de Compensación de Seguros no han pagado todavía. Son otros tantos los afectados que todavía, a 1 de enero, no les ha llegado ninguna ayuda de las instituciones.
Pese a que ya hemos sobre pasado el 1 de enero de 2025, el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) actualizó por última vez sus datos de expedientes abiertos por la dana el pasado 23 de diciembre. A dicha fecha, justo antes de Navidad, el CCS había registrado 230.892 solicitudes de indemnización. De todas ellas, un total de 135.930 solicitudes correspondían al peritaje de vehículos, siendo este grupo el más numeroso. En cuanto a las viviendas, el Consorcio tiene registrados 75.336 peritajes, seguido de 14.062 expedientes solicitados para comercios y almacenes. Hasta la Navidad, eran 224.721 expedientes ya abiertos y en trámite por parte del CCS, por lo que restan aún 6.171 peticiones a los seguros todavía por comenzar.
Con todas estas cifras en la mano, lo ideal -por no decir necesario- para los afectados es que se les paguen las cantidades correspondientes asignadas a sus expedientes. En este sentido, son muchos los que todavía están esperando para recibir esa compensación del Consorcio. Según datos ofrecidos por el Gobierno, con el comienzo de año se han pagado 651.281.756 euros, siendo la cifra estimada total de compensaciones de 3.500 millones de euros. Si realmente las estimaciones son correctas, hasta la fecha se ha pagado ya un 19% del montante total que debería llegar a las familias afectadas para enfrentar su recuperación de carácter personal.
Si nos fijamos en el número de solicitudes ya pagadas, éstas ascienden a 42.602. Los vehículos, nuevamente, se llevan la mayoría del montante ya devuelto a los afectados, con una cantidad total de 239.622.612 euros repartidos entre 28.118 expedientes. Con estos datos, todavía quedan por resolver 107.812 peritajes relacionados con la pérdida del coche o la moto. En cuanto a las viviendas, el CCS ha pagado ya 141.183.010 euros repartidos entre 12.252 peritajes. De nuevo, faltan todavía por pagar un total de 63.084 peticiones de compensación por pérdidas en la vivienda.
Y si desde este periódico ya se publicó que el Consorcio parecía haber acelerado en sus pagos -aunque aún debe pisar mucho más a fondo con el inicio del nuevo año-, las ayudas del Gobierno de España parecen cocinarse a fuego lento. Con la última actualización de este 1 de enero, el Ejecutivo ha gastado en ayudas un total de 973.440.696,53 euros. Teniendo en cuenta que desde el gobierno central se ha movilizado el mayor presupuesto en ayudas -16.600 millones de euros- de entre todas las instituciones, hasta ahora se ha destinado el 5,9% de todo ese presupuesto.
Si nos centramos en las ayudas directas a las familias, el Gobierno ha recibido un total de 36.002 solicitudes para paliar daños personales, daños materiales en vivienda y enseres, daños en establecimientos y comunidades de propietarios, gastos de corporaciones locales y por prestaciones de bienes o servicios. De todas estas solicitudes, se han abonado 38.480.040 euros a 1.804 familias, siendo más de 35 millones en concepto de anticipo de estas ayudas y los otros 3 restantes por ayudas por fallecimiento a 41 familias. Según el Ejecutivo, se está tramitando el abono de 13.052.435 euros adicionales en anticipos de ayudas por daños en viviendas y enseres a 816 familias más. Esta cifra apenas supera el 5% alcanzado antes de que terminara el año.
Las ayudas, al igual que antes de que antes de que acabara el año, tardan mucho en llegar. Lo mismo ocurre con la Generalitat. A 30 de diciembre, y como balance antes de acabar el año, La vicepresidenta primera, consellera de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda y portavoz, Susana Camarero, informó que el gobierno valenciano ha resuelto ayudas directas por valor de 210 millones de euros, lo que representa un 24,5 % los 854,8 millones de euros comprometidos por la Generalitat para paliar los efectos de la dana. Pese a que el porcentaje es mayor al ofrecido por el Gobierno de España, es evidente que no debe ser lo mismo movilizar varios paquetes de ayuda por valor de casi 900 millones (Generalitat) que movilizar ayudas por valor de 16.600 millones de euros (Estado).
En cuanto a las ayudas directas a familias y empresarios, el Ejecutivo valenciano ha tramitado y concedido el 50 % (102 millones de euros) de los 200 millones en ayudas directas de 6.000 euros para enseres y bienes de primera necesidad, así como el 100 % de las más de 13.000 solicitudes recibidas de las ayudas para autónomos, lo que supone el abono de 39,9 millones de euros.
Además de las ayudas económicas, los pueblos de la zona cero amanecieron este 1 de enero con todavía mucho trabajo por hacer en sus calles. En los pueblos de l'Horta Sud, durante el día de Año Nuevo, no cesaron en los trabajos de limpieza los efectivos del ejército encargados de la recuperación de calles debido a las lluvias que han dado la bienvenida al 2025. Las tareas de baldeo y achique de agua en zonas afectadas se realizaron sin descanso por los equipos de las Fuerzas Armadas para evitar males mayores durante estos dos días donde la alerta por lluvias en la zona cero ascendía al nivel amarillo. También se pudo ver vallado de seguridad y precinto de zonas como medidas de seguridad en las calles de los pueblos afectados.
Además del mantenimiento en las calles, todavía quedan también pendientes numerosos garajes por limpiar. Antes de que acabara el año se habían contabilizado casi 900 garajes afectados por la riada, habiéndose realizado su limpieza total en 542 de ellos. Antes de pasar el 31 de diciembre, según las cifras ofrecidas por el Cecopi se continuaba con las tareas de limpieza y desinfección en un total de 162 de estos sótanos. Por todo ello, llegamos al año nuevo con un total de 190 garajes que todavía no se han intervenido. Dos meses después, sigue habiendo casi 200 comunidades de vecinos y viviendas particulares que siguen con lodo en sus sótanos, con la peligrosidad que ello implica.
Los vecinos afectados tratan de recomponerse, pero la lentitud en el apoyo económico por parte de las instituciones y el CCS provocan que su recuperación particular sea mucho más lenta y costosa. Al mismo tiempo, el año nuevo tampoco devolverá la vida a las 223 personas que la riada se llevó, pero todavía se mantiene la esperanza en encontrar a los tres desaparecidos que dos meses después siguen buscando los efectivos de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil.
José María vive en una comunidad del barrio de La Torre, en un edificio de 20 pisos de altura. Su vivienda se encuentra en la planta número 15 y llevan dos meses sin ascensor. «Ya no sabemos si es cosa del Consorcio, si ponen pegas los técnicos o qué pasa, pero seguimos sin ascensor después de tanto tiempo», explica el jubilado quien afirma que, al mismo tiempo, siguen sin el garaje operativo: «Hace unos días llegaron los equipos de limpieza de la Diputación de Valencia, pero siguen con las tareas de quitar lodo y no acaba nunca».
Para José María y su mujer, la situación es insostenible. «Han pasado dos meses y tenemos que escoger muy concienzudamente cuándo bajamos de casa. No podemos hacernos los 15 pisos así como si nada. Este año nuevo nos vamos al Perelló a comer y disfrutar de la zona. Con el día aprovechado, uno se enfrenta de manera diferente a tener que subir de nuevo todos los pisos. Pero esto no puede seguir así», explica el hombre. Según cuenta, dos de los tres ascensores quedaron completamente destrozados el día de la riada. Sin embargo, un tercero estaba en la cuarta planta cuando llegó el agua: «Cuando los peritos lo vieron dijeron que al menos ese podía salvarse. Se podía arreglar para que bajar por lo menos a la primera planta, y así sólo subiríamos un piso andando. Pese a ello, seguimos igual y nadie arregla nada».
Dentro de tantos problemas, José María estrena por el año nuevo el coche que sustituye al que la riada se llevó. Aún estando contento con su adquisición, el jubilado afirma que el Consorcio le pagó 8.000 euros menos de los cuantificado por su vehículo. Además, tuvo que marcharse hasta Petrer para conseguir un coche nuevo: «El mismo coche que me he comprado en Petrer, aquí en Valencia me lo intentaron vender por 3.000 euros más. Entre tanta desgracia sigue habiendo gente que trata de aprovecharse de los males de los demás.
Ana y José pasean por Benetússer el día de año nuevo. Salen a caminar pese a la lluvia. Al hermano y padre de Ana el Consorcio de Compensación de Seguros ya les ha peritado el coche. Sin embargo, ella todavía no sabe nada dos meses después. «Necesito el coche para ganarme el pan de cada día. No puedo esperar a que el Consorcio me indemnice para comprarme uno nuevo. En cuanto el shock de los primeros días terminó, buscamos un coche porque lo necesito para ir a trabajar. La mayoría de Benetússer actúa como ciudad dormitorio. Los vecinos solemos trabajar en Valencia o polígonos cercanos. Como yo estará mucha gente seguro«, afirma Ana.
La mujer entiende que ante la magnitud de la catástrofe, los procesos sean lentos, y minuciosos: «Sabemos de qué pasta estamos hechos en este país y se deben analizar bien los expedientes para que la gente no se aproveche de la situación». Sin embargo, cree que la velocidad en los procesos depende de más cosas. «Las aseguradoras de mi hermano y mi padre enseguida le finiquitaron el expediente. La mía me dijo que me las arreglara directamente con el Consorcio, y así seguimos a día de hoy».
A este respecto, Ana y su marido afirman que aún así las ayudas e indemnizaciones deberían llegar más rápido. «Algunos hacemos el esfuerzo de pagar un coche nuevo porque lo necesitamos para trabajar, pero otros a lo mejor no tienen los ahorros para llevar a cabo ese gasto. Sin ayudas ni Consorcio, ¿Cómo afrontas la posibilidad de comprarte un vehículo nuevo? A la mujer, sin embargo, le consuela haber perdido sólo el coche: »No he querido ni asomarme por Paiporta porque esa gente sí lo ha perdido todo. El coche al final es un bien que se repone, otros han perdido la casa o incluso un ser querido«.
Toni, vecino de Alfafar, perdió todo lo que la panta baja de su casa y su trastero sótano contenían. Siendo un manitas, tras sacar todo el barro de su hogar los primeros días se puso manos a la obra para tratar de recuperar su vivienda. Durante el proceso, hasta tres peritos distintos le han visitado del Consorcio para realizar los informes correspondientes a la valoración de todos sus bienes perdidos. Sin embargo, en ninguna de esas visitas le han explicado como proceder: «Paciencia. Es lo único que te dicen, que tengas paciencia».
Al no haber recibido la indemnización del Consorcio de Compensación de Seguros ni tampoco ninguna ayuda de las instituciones, Toni se enfrenta a la reforma de su casa sin poder afrontar el gasto total de su recuperación completa: «Sin ayudas no puedo afrontar toda la reforma, toca priorizar. Por eso de momento estamos con la cocina a tope. Lo demás, pues ya veremos cómo lo hacemos si no llega el dinero». El vecino invita a LAS PROVINCIAS a visitar su casa por dentro, y la situación es dramática. El agua caló tanto en los muros de la vivienda, que a día de hoy el muro de separación de obra es lo único que se interpone entre nuestro protagonista y sus vecinos. «Hemos tenido que tirar todo el yeso, ladrillo y materiales calados durante la inundación. El agua llegó hasta tres metros de altura», afirma.
Por otro lado, durante la visita al sótano, Toni se lamenta de todo lo que desapareció con la venida del agua. «En esta esquina tenía mi colección de cervezas. Tenía en mi propiedad tres tiradores diferentes uno regalado por mi difunta madre y que no voy a poder recuperar. También tenía toda la colección de botellas de distintas cervezas del mundo, a lo que no va a dar valor el Consorcio y por lo que no me darán nada», lamenta el hombre, quien añade, «además, en este otro lado tenía todo mi equipo de herramientas de primer nivel. Se ha salvado una radial y poco más. Gracias a los voluntarios y solidaridad de la gente me han donado ciertos materiales para salir adelante, pero la cosa de momento está muy difícil.»
Toni, resignado, siempre llega a la misma conclusión: «Vivimos hacinados en el piso de arriba porque en el salón no se puede estar. Me encantaría avanzar más rápido para tener mi casa recuperada cuanto antes, pero sin las ayudas uno no puede hacer frente a todo lo que tengo por delante. La cristalera trasera, por ejemplo. Está que 'mírame y no me toques', así que debo cambiarla. Para eso me piden más de 1.500 euros. Es una cifra que yo no puedo afrontar si quiero volver a tener una cocina. O llegan las ayudas, o aquí nos estancamos».
En Cheste las navidades de la familia de Ernesto Martínez están siendo «una montaña rusa de emociones. Te reunes con la familia, estás con ellos y por ellos, pero por otro lado tienes la sensación todo el rato de preguntarte dónde está». Su sobrina, Elizabeth Gil, continúa desaparecida tras más de dos meses. Junto a ella son dos personas más las que todavía no se conoce su paradero. Pese a ello, su tío Ernesto no pierde la esperanza: «Estoy convencido que si encuentran su coche ella seguirá dentro. La única posibilidad para no encontrarla es que acabara en el mar, pero yo creo que está en el barranco».
Respecto a cómo se encuentran al no dar con ella, Ernesto es claro «Debe aparecer. Principalmente por ella. Elizabeth se merece descansar en paz. Tener un sitio donde poder ir a ofrecerle flores, llorarla, y que la familia podamos pasar el luto. Cuando la encontremos tendrá por fin un lugar donde descanse tranquila». Además, Ernesto asegura que una de las cosas que más le duele, es la «falta de tacto de las instituciones. Hasta ahora no nos ha llamado nadie del gobierno valenciano para preguntarnos si necesitamos algo o si quiera para pedir perdón. Nada. El alcalde de Cheste, en cambio, sí nos pregunta mucho y nos ofreció un psicólogo gratuitamente para afrontar la situación. Llegará el día para buscar responsabilidades de lo ocurrido».
«Por otro lado, no puedo estar más agradecido a las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil, porque siguen trabajando sin descanso, revisando palmo a palmo cada sector del barranco para que aparezcan las personas que faltan. El día que hablé con LAS PROVINCIAS por primera vez, hace pocas semanas, yo mismo pude ver la labor que hacen, todavía sacando coches tras tanto tiempo. Estoy convencido que un día el coche que salga será el de mi sobrina, y ella estará dentro con el cinturón puesto y el móvil en la mano», sentencia Ernesto.
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