![Toque de queda en Valencia | «El toque de queda me afecta según la acera por la que camine»](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202107/15/media/cortadas/162451946--1248x804.jpg)
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D. LÓPEZ/N.CAPAPE
Jueves, 15 de julio 2021
La llegada del toque de queda ha sembrado la confusión en algunos municipios de la Comunitat con una característica común: la tenue frontera que tienen sus términos. Es el caso de Moncada y Alfara del Patriarca, dos municipios de l'Horta Nord ... cuyos límites están en un calle que comparten. En apenas unos metros se pasa de tener restricción de la movilidad nocturna a no tenerla.
En Moncada, sí hay toque de queda. En la vecina Alfara, no. La población moncadense se ha visto afectada por el límite. Y muchos residentes viven una singular situación. Cómo el galimatías de Miguel Ángel Camarena, dueño del restaurante Chigal: una de las puertas del municipio da a Moncada (con toque de queda); la otra da a Alfara, sin restricción.. «Por la puerta que da Moncada no puede entrar ni salir nadie, aunque estemos enfrente. Aquí tenemos Policía Local de ambos ayuntamientos que están pendientes», añadió el hostelero. Entre los vecinos que habitan entre ambos localidades la medida se diluye. Encarna Díaz, vecina de Alfara del Patriarca, afirmaba: «Vivo en la frontera entre ambos pueblos, incluso en el teléfono me pone que estoy en uno u otro indistintamente. Todo depende del lado de la acera».
Otros de los municipios que se encuentran en esta inusual situación son Sedaví y Alfafar. Dos localidades limítrofes con una borrosa frontera que presentan diferentes restricciones horarias. En el caso de Sedaví, con toque de queda a la una de la noche.
A pesar de que muchos de los vecinos no perciben un control riguroso de las medidas, la población ya ha mutado sus hábitos. Como Vicente Baixauli, un vecino sedaviense de 82 años que ha tenido que cambiar su rutina diaria: «En lugar de salir, mi mujer y yo nos sentamos en la puerta de mi casa y hablamos con los vecinos del barrio». Entre la población más joven, el sentimiento es diferente. «Que te digan a la hora que tienes que volver es incómodo. Si tengo que estar a la una en casa da pereza salir», contaba Claudia, una joven de 19 años de Sedaví.
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