Una densa capa de polvo cubre las zonas comerciales de Alfafar y Sedaví, en las que los restos de la DANA parecen haberse perpetuado ... por dar prioridad a las poblaciones. Todavía quedan coches volcados aquí y allá, mientras soldados del Ejército regulan el paso de vehículos. Estos últimos días, parecía ser el escenario de la distópica 'Mad Max', con una bruma de polvo que se condensa cuando pasa un vehículo de grandes dimensiones, y que obliga a los pocos transeúntes a llevar mascarilla. «No se puede respirar, es lo que nos faltaba», decía Luisa, una vecina de Sedaví.
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El polvo ha aparecido en el momento en que el fango se ha ido secando en algunas calles, y ha obligado incluso a que la vicepresidenta del Consell, Susana Camarero, aconsejara «encarecidamente» a los vecinos de los pueblos afectados por el paso de la DANA el uso de la mascarilla por la existencia de polvo en sus pensión, especialmente en la población más vulnerable como niños, embarazadas, mayores o personas con enfermedades.
Camarero concretó ayer que científicos del CSIC y de la Conselleria de Sanidad están analizando el polvo que hay en estos municipios, aunque se desconoce cuáles son los niveles que ha alcanzado este polvo en l'Horta Sud porque, como confirma José Manuel Felisi, coordinador de Valencia per l'Aire y promotor de Mesura, no hay ninguna estación que mida la calidad del aire en esa zona, aunque sí lo hay en Valencia y localidades cercanas.
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Felisi explica que los límites diarios de exposición que marca la Organización Mundial de la Salud en sus Guías de Calidad del Aire Global en cuanto al PM10, el parámetro que mide partículas en suspensión gruesas, como es el polvo, es de 45 µg/m³. Según los datos de la estación más próxima a la zona afectada, ubicada en Silla, ayer se alcanzaron los 68 µg/m³ en algunos momentos del día, sobre todo por el paso de maquinaria pesada. En la ciudad de Valencia la calidad del aire también había empeorado de la misma manera. Los límites «no deberían, según la OMS, superarse más de tres o cuatro veces al año porque son valores muy elevados», advierte Felisi.
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Las consecuencias de este polvo en el ambiente afectan sobre todo a personas que sufran algún tipo de enfermedad respiratoria, como asma o alergias, que pueden agravarse por el empeoramiento en la calidad del aire. «El impacto no es tan serio como en el caso del PM2,5, que mide partículas más pequeñas, como la que generan los motores de combustión, pero hay que tomar precauciones», asegura.
La Conselleria de Sanidad también ha avisado a través de SMS a los móviles de la recomendación de llevar mascarilla, no sólo por el polvo en sus pensión, sino también en el caso de que se esté en contacto con el barro provocado por la DANA. «Cualquier persona que vaya a manipular el barro tiene que estar protegido con manga larga, pantalón, botas, mascarillas, guantes e incluso, si es posible, con gafas».
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