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Ximo Puig, durante una comparecencia. EFE

El Consell prorroga otras dos semanas las restricciones en la Comunitat Valenciana: cierre de bares y horario del comercio

Puig descarta que vaya a haber una desescalada rápida en la región a partir del 1 de marzo

Francisco Ricós

Valencia

Jueves, 11 de febrero 2021

La Comunitat Valenciana se mantiene todavía en el nivel 4 de situación de máxima alarma a pesar de que los números de contagios y de hospitalizados se han suavizado desde la semana pasada, aunque todavía lejos de lo que se considera una situación no peligrosa. Por eso el Gobierno valenciano decidió ayer mantener las restricciones adoptadas hace un par de semanas y prorrogarlas hasta el 1 de marzo. Esta decisión supone mantener la hostelería valenciana con la persiana bajada, continuar con el toque de queda, el cierre perimetral, también el de las ciudades de más de 50.000 habitantes los fines de semana, que no haya reuniones sociales de más de dos personas no convivientes o mantener restringido el horario del comercio que no está considerado esencial, entre otras.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, compareció ayer solo para realizar este anuncio y pedir a los valencianos un nuevo esfuerzo de 15 días más.

El jefe del Consell se mostró sorprendido por la rapidez con que han bajado durante estas dos últimas semanas los contagios, la incidencia del virus con estas medidas encaminadas a cortar las relaciones sociales. Se ha bajado de 1459,82 casos de incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes cada 14 días, a los que se llegó el 27 de enero, a los 777 de ayer, 682 puntos de descenso, un 42%, indicó Puig. Pero es el triple del máximo considerado por la Organización Mundial de la Salud y el semáforo de peligrosidad marcado por el Ministerio de Sanidad.

Pero esta bajada de los contagios no quiere decir que se van a relajar las restricciones. «Las medidas están funcionando pero han de persistir», incidió el presidente Puig. El 1 de marzo es el siguiente capítulo. Pero por mucho que bajen los positivos, el jefe del Consell descartó que vaya a haber «una desescalada inminente». Y dijo que cuando se haga, que dependerá de la situación «y de la incidencia de las nuevas cepas del virus», se realizará con «mucha prudencia». Esa apertura pasaría por que las terrazas pudieran dar servicio y se pudiera realizar deporte sin mascarilla cuando sea en solitario.

El Consell no quiere pisarse los dedos y que una nueva ola arrolle a los valencianos como sucedió a partir de las fiestas navideñas, aunque el número de contagios previos ya apuntaba a que se iba a producir. Puig dijo que comprende la situación por la que está atravesando el sector de la hostelería, el más señalado en esta pandemia, y eludió hablar de multas a los bares que abran como protesta el próximo 16 de febrero, como parece que va a suceder en Castellón, Elda y Petrer. Hizo un llamamiento al diálogo y aunque eludió pronunciarse sobre sanciones a los bares, cafeterías y restaurantes que abran sus puertas como protesta, subrayó que «hay una legalidad que hay que cumplir».

A renglón seguido hizo mención a los 106 fallecidos registrados ayer y «al gran esfuerzo» que hay que volver a realizar estas dos próximas semanas y aseguró que «sabemos lo funciona».

Sólo en lo que llevamos de semana la Conselleria de Sanidad ha comunicado que 373 personas han perdido la vida por el Covid. La semana pasada fueron 621 los finados y entre el 25 y el 31 de enero, nada menos que 671. Cifras que el presidente Puig calificó ayer de «insoportables» durante su comparecencia en Les Corts y también anoche al anunciar la continuidad de las restricciones.

Puig incidió en que han puesto en marcha el Plan Resistir y que han pedido al Gobierno central que contribuyan a sostener el sector en un segundo plan que está convencido que va a tener que poner en marcha.

En este sentido, la representación de Compromís en el Consell propuso destinar ayudas del fondo React-EU para el pequeño comercio del sector del equipamiento personal (ropa, perfumería, joyería, ente otras) y también para las empresas que se dedican al ocio educativo, muy afectados también por las restricciones y el cierre de locales.

Por su parte, desde Confecomerç de la Comunitat Valenciana insistieron en que el pequeño comercio puede controlar perfectamente el aforo, la reducción del mismo, las restricciones que suponen la limitación del horario «no tiene repercusión sanitaria pero sí económica».

Desde esta organización de pequeños empresarios aseguraron que las restricciones puestas en marcha por la Generalitat «impactan directamente sobre la actividad económica y en consecuencia pedimos ayudas directas y urgentes para los pequeños comercios más afectados».

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