![Los últimos franciscanos de Pego se marchan](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202205/02/media/cortadas/170009768--1968x1310.jpg)
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R. GONZÁLEZ
Lunes, 2 de mayo 2022, 00:54
Una página de la historia de Pego se cierra con la marcha de los tres últimos franciscanos que quedan en el Convent de la Sagrada Familia. Un adiós que pondrá fin a casi cuatro siglos de presencia de la orden religiosa que ha dejado huella. La «crisis vocacional» ha provocado que cada vez queden menos frailes y que la consigna sea reubicarlos para reforzar otros conventos. Esta vez le ha tocado a cinco localidades, entre ellas a este municipio de la Marina Alta, que sigue la estela de lo que ocurrió hace casi un lustro en Benissa.
El padre Ángel y los frailes Ismael y Rubén deberán trasladarse en pocas semanas a sus nuevos destinos. La noticia del cierre les pilló por sorpresa, aunque ya la han asimilado. La itinerancia forma parte de la vida de los franciscanos. «Se nos educa para no echar raíces, para no apegarnos a las personas y los lugares», explica el padre guardián del convento.
Sin embargo, no van a olvidar el tiempo vivido en Pego porque, como destaca Rubén, «nos llevamos el cariño del pueblo». Una estima ganada gracias a la implicación en la vida del municipio
El primer cambio fue duro, según reconocen, pero los siguientes los asumen mejor. El padre Ángel tiene 68 años y ha pasado dos etapas en Pego, que suman dos décadas. Es consciente de que hay demasiados conventos en España para tan pocos frailes en un tiempo en el que «los valores religiosos no se cotizan» y en el que los edificios en los que están no responden a la realidad actual y cuestan de mantener.
Pero sabe que la impronta que dejan importante porque los franciscanos han sido muy dinámicos, pusieron en marcha una emisora de radio, entrenaron un equipo de fútbol y crearon la coral.
En el caso del padre guardián, se ha hecho de querer en la catequesis. «Tengo muy buenas experiencias y recuerdos con los niños». Cuando los pequeños se han enterado de su próxima marcha le han preguntado por qué se va.
También es muy creativo y montó las fiestas del barrio con el convento como elemento aglutinador de los vecinos, tanto de los feligreses como de los que no acuden a misa. «Llevamos cinco años con ellas y ahora les va a tocar a los vecinos tomar el relevo y organizarlas», ha comentado, pues él se va a Vila-real.
El hermano Ismael, de 82 años, tiene como nuevo destino Cocentaina. Es el que más tiempo ha pasado en Pego de los tres. Ha estado destinado en dos ocasiones y entre ambas alcanzan los 45 años.
Ha mantenido una cordial relación con los medios de comunicación. Cuentan con una estación meteorológica y desde la televisión, las radios y los periódicos se ponían en contacto para preguntar por los registros de pluviometría. Recuerda que «Enrique tomaba los datos y yo procuraba estar siempre al tanto porque nos llamaban para preguntar y yo era quien cogía el teléfono y se los daba».
El más joven y quien menos tiempo lleva en la localidad es Rubén, un trienio. Pronto le tocará irse a Murcia. Durante esta corta estancia ha notado el cariño «tanto de creyentes como de no creyentes». Además destaca la implicación de los franciscanos en la educación a través del colegio Sant Antoni.
Con la marcha de los tres el Convent de la Sagrada Família quedará vacío. Será el Obispado el que decida si permanece como parroquia, como iglesia de culto o si acaba destinado a usos sociales.
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Martin Ruiz Egaña y Javier Bienzobas (gráficos)
David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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