La cita es en el jardín del Turia. Sobre el puente del Real, LAS PROVINCIAS ha convocado a la científica Rebecca Azulay, a Cristóbal Aguado (presidente de AVA-Asaja), al arquitecto Málek Murad y a Eva Blasco, empresaria y presidenta de EVAP y de CEV ... Valencia. Es un nublado viernes de invierno; a ratos caen algunas gotas pero a medida que avanza el paseo acaba por lucir el sol: una metáfora del objetivo de fondo de este encuentro, consistente en reunir a este cuarteto de representantes de la sociedad valenciana y sumar las aportaciones de otras voces para construir entre todas una reflexión común en torno al porvenir de nuestra tierra, forjando de paso un compromiso colectivo: tender puentes entre las distintas sensibilidades de la Comunitat Valenciana. Tiene todo el sentido por lo tanto que el diálogo arranque ahí, sobre el puente del Real, y progrese hacia el puente de la Exposición, porque equivale a un recorrido desde el pasado remoto hasta nuestra historia más reciente.
Publicidad
Una caminata abierta con una aportación inicial de Blasco, quien observa que la polarización creciente del debate público, desde la escala nacional a la valenciana, reclama un esfuerzo hacia el entendimiento que también hace suyo Aguado: «Tender puentes es trabajar por el consenso», advierte el presidente de AVA. Y Azulay apostilla: «Desde mi campo, el científico, creo que también podemos ayudar a la ciudadanía, porque no es un trabajo que hagamos solo en el laboratorio sino que la ciencia es una garantía de futuro». También Murad lleva a su terreno, el arquitectónico, esta reflexión inicial: «Si una sociedad tiene cimientos sólidos, será una sociedad mucho más rica». Y cita un concepto que reaparecerá durante la charla: la invitación a perseverar en el fortalecimiento de los valores compartidos, en contraste con un ecosistema social «agresivo y volátil». «Echo en falta algo que nos una», dice. ¿Alguna propuesta que sirva de pegamento social? «Yo creo que la ciudad puede ser un buen elemento, es un entorno de convivencia más allá de la política».
Salvador Navarro | presidente de CEV
Se rompe el hielo. La caminata toma carrerilla hacia el mar, otro símbolo de esta sociedad que se resiste a ser devorada por el enfrentamiento, mientras fluye el intercambio de opiniones. Rebecca Azulay pone un ejemplo inspirador: su propia trayectoria profesional. «En los proyectos donde trabajo», señala, «hay gente de muy diversas procedencias pero al final todos apartamos las diferencias y vamos al objetivo común, que es el avance científico». De ahí extrae una posibilidad de replicar a otro nivel esa clase de entendimiento colectivo que Blasco conduce a su propio ámbito: también en el mundo empresarial detecta un modelo de conducta que se pudiera extrapolar a otra escala más amplia. «Lo que queremos los empresarios es crear riqueza y empleo, pero haciendo una labor de creación de consenso, porque el desarrollo de un territorio es básico para el bienestar colectivo», opina. Un punto de vista compartido por Salvador Navarro, presidente de la CEV, invitado a participar en esta reflexión junto a otras personalidades de la vida valenciana: «Nuestra sociedad ha demostrado capacidad de consenso en diferentes etapas. Ese es el camino». Y añade: «Nuestra prioridad debe ser trabajar unidos».
Prosigue el paseo. Esquivamos el tránsito peatonal y el de ciclistas y corredores y llegamos a las inmediaciones del puente de Calatrava. Nos acompaña el eco de una reflexión que dejó para LAS PROVINCIAS el escritor Rafa Lahuerta, quien alertaba que a Valencia le falta perspectiva: su disposición geográfica impide disponer de atalayas desde donde observar el entorno, una apelación a mejorar la calidad social mediante «virtudes clásicas». ¿Por ejemplo? «Respetar al que no piensa como nosotros, prudencia en las formas, discreción en el día a día, sentido de la responsabilidad y mucha autocrítica». Son observaciones que hacen cavilar a nuestros invitados. «La sociedad valenciana», acepta Blasco, «es muy individualista, nos conviene una visión más colectiva. ¿Nos falta perspectiva? Es posible. Somos más cerrados de lo que pensamos y a quienes vienen de fuera les cuesta incorporarse a nuestra sociedad».
Publicidad
Nuria Lloret | catedrática de la UPV
«Los puentes se tienden con una buena base», subraya por su parte Aguado: «Desde la moderación se consigue un puente más seguro. La radicalidad lleva a la ruptura a la fractura social». Un mensaje de unidad que clona el firmado por Belén Arias, presidenta de la Asociación de Gastronomía, («Utilizar las diferencias que nos hacen más ricos para que cada provincia ande sola es una excusa: tal vez se vaya más rápido, pero unidos vamos más lejos») y que enlaza con el de Azulay: «Quienes trabajan en la Estación Espacial Internacional observando la Tierra te dicen que desde allí arriba no ven fronteras, no ven conflictos. Te das cuenta de la insignificancia de nuestro universo, te preguntas por qué no ayudarnos, por qué no trabajar todos juntos hacia un futuro mejor». Unas palabras que generan un instante de introspección del que nos rescata Málek Murad, cuando tercia para recordar el carácter «cortoplacista» de la sociedad valenciana. «Vivimos en ese cuerno de la abundancia que viene desde la época de los romanos y que forma parte de nuestra identidad y, siendo sinceros, tenemos que reconocer que es verdad, que esta es una tierra muy rica, pero también es verdad que somos demasiado complacientes». Palabras inscritas en la línea del mensaje que remite Sylvia Andrés. «Si la sociedad valenciana es capaz de centrarse en lo que le une y olvidar las diferencias», asegura la directora del Palacio de Congresos, «alcanzaremos los propósitos que nos marquemos».
César Guardeño | círculo de Defensa del Patrimonio
¿Recetas para esa enfermedad llamada disenso? Murad propone la administración de un doble fármaco: una actitud más beligerante en la mejora del mapa de infraestructuras, con la prioridad de concluir las obras del corredor mediterráneo («Mucha gente no le da la importancia que debería», se queja), y otro elemento vertebrador, otro puente entre las distintas orillas de la sociedad valenciana: acabar con la infrafinanciación que limita las posibilidades de expansión de la Comunitat. Una idea a la que se suman los otros tres contertulios. «Debemos ser más ambiciosos», es la conclusión común. «Tenemos que mirarnos a nosotros mismos con una visión crítica», prosigue Murad. «Creo que falta humildad para encarar el futuro y saber cuáles son nuestras fortalezas y nuestras carencias», insiste, mientras seguimos caminando. Al otro lado del río vigila nuestros pasos el Museo de Bellas Artes, cuyo director, Pablo González, manda este atinado mensaje para enriquecer la discusión: «Las sociedades más cultas son las más libres. No permitamos que otros inventen símbolos culturales para decirnos cómo es nuestra identidad».
Publicidad
Sylvia Andrés | directora del Palacio de Congresos
El grupo ha detenido su avance a resguardo del sol que se anima a salir. Sopla un aire molesto que no enturbia la conversación, afianzada en torno a la promesa de identificar ese eje vertebrador con que arrancamos nuestro paseo. Aguado hace ver que esta caminata se vale del espinazo formado por el antiguo cauce del Turia, de donde extrae una idea que apela expresamente al sentido de la iniciativa de LAS PROVINCIAS: «Valencia ha tendido puentes históricamente para salvar este río, que era la salida natural del agua hacia el mar, el agua que garantizaba la alimentación de quienes habitaban este territorio y fueron capaces de construir un montón de acequias, distribuir las aguas y regar los campos de la feraz huerta de Valencia. Y lo hicieron mediante el acuerdo. Eso es tender puentes. Creo que nuestra sociedad puede tomar ese ejemplo de aquellos valencianos y aplicarlo en todos los sectores de la sociedad». «Cuando hemos tendido puentes», recalca, «hemos vivido mejor. Con tolerancia. Desde el enfrentamiento o la radicalidad, difícilmente se avanza». Un elogio a la unidad que permea también las palabras con que Elvira García de Torres, profesora de Periodismo de la Universidad CEU Cardenal Herrera, se suma a nuestra conversación: «La falta de espacios para el acuerdo se traduce en una pérdida de impulso para los valencianos». Un discurso que clama en favor de la superación «de intereses partidistas».
Más información
Es un punto de vista pertinente para arrojar luz sobre una necesidad que Blasco esgrime durante el paseo: identificar como el puente primordial entre la ciudadanía la defensa común de la mejora en las infraestructuras y de la financiación, «aunque al menos desde la parte empresarial hemos conseguido que se ponga en la agenda política». «Éramos muy conformistas», se lamenta. «No había por parte de la sociedad civil una reivindicación, a pesar de que son cosas de justicia, de equidad. Es preciso que independientemente de las ideologías tomemos conciencia de que esas necesidades van vinculadas al desarrollo de nuestra tierra y a nuestro bienestar». «Sí que es verdad», opina Málek, «que el valenciano debe implicarse. Implicarse en política, como lo hace en economía, ciencia o tecnología».
Publicidad
Belén Arias | presidenta de la Asociación de Gastronomía
Una reflexión que ayuda a descodificar las luminosas palabras con que Nuria Lloret, profesora de la UPV, participa en la conversación desde el campus: «El siglo XXI es el siglo del conocimiento compartido». Y cita conceptos como la inclusión y la diversidad como materia prima de la convivencia, unos valores que se mezclan con los pareceres de nuestros contertulios porque convocan la presencia de un atributo clave: la revolución digital que cruza el mundo. La visión de Valencia como hub tecnológico hace intervenir a Aguado, que esgrime la existencia previa de algo semejante en nuestro entorno: ese histórico hub tecnológico llamado la huerta, un polo de desarrollo económico y cultural que defiende con pasión. Habla de marcar prioridades desde la sociedad, de disponer de un programa que sirva como punto de encuentro «y que sea un programa amplio, que todos los sectores de la economía se impliquen más, participando y opinando». Y enarbola otra idea clave que fluirá por el conjunto de la charla: la mejora de la educación, en un sentido amplio. «Los que hemos vivido momentos más duros», reflexiona, «nos damos cuenta de que no avanzamos en algunos aspectos, sino que estamos retrocediendo».
Elvira García de Torres | profesora de Periodismo del CEU
Un punto de vista enraizado con el expresado por la benjamina del grupo, Rebecca Azulay. «Aquí estamos personas de varias disciplinas», dice, «y podemos ver que todo está relacionado». Y pone un ejemplo concreto, ligado a su experiencia profesional: un proyecto tan ambicioso, casi inabarcable para el entendimiento humano como el que consiste en lanzar un cohete al espacio, se conecta con conquistas tan prosaicas como la mejora en tecnología aplicada a sectores como el económico o el sanitario. «Todas las partes de una sociedad están unidas en el objetivo del bien común», agrega.
Publicidad
Rafa Lahuerta | escritor
Conformismo, individualismo, cierta falta de ambición… La charla ha localizado algunas de las patologías clásicas adosadas al carácter valenciano: natural que acabe surgiendo ese mal tan extendido, el tópico del 'meninfotisme'. La sola mención de la palabra provoca un suspiro en forma de sonrisa entre nuestros invitados, que lo traducen cada cual a su manera. Alega Murad que se trata de un factor que impide el auténtico progreso de la Comunitat, «que sea sostenible de verdad». Y añade: «Se puede ser tolerante a la vez que ambicioso». Una frase que cuenta con el visto bueno de Aguado («La implicación de la sociedad en la educación es esencial», reitera) y el aval de Blasco: «En vez de pensar en el individualismo, tenemos que pensar en lo colectivo, en los que vendrán después». Una opinión que replica Azulay casi en esos mismos términos, aunque aportando un interesante matiz: «En Valencia somos capaces de retener el talento pero tenemos que saber aumentarlo». «Nuestro patrimonio», aporta por su parte César Guardeño desde el Círculo en Defensa del Patrimonio, «es un punto de encuentro para reflexionar sobre lo que hemos perdido, lo que tenemos y lo que vamos a legar a generaciones futuras».
Pablo González | director del Museo de Bellas Artes
Llega el capítulo de conclusiones. Antes de que cada invitado oriente sus pasos hacia las dos orillas del viejo Turia, Aguado dejará una sentencia de aire senequista: «Tenemos que mejorar nuestras virtudes y analizar nuestros defectos para ver cómo los podemos reconducir. Y siempre desde el consenso». Murad advertirá a continuación que «no hay progreso sin diálogo pero tampoco hay progreso sin acuerdo», Azulay expresará un deseo («Que veamos la importancia que tiene estar unidos, para nosotros y también para las generaciones que vienen») y Blasco retomará de inmediato la parte esencial de su discurso («No tenemos que convertir todos los debates en debates políticos») para valerse luego del poderoso mensaje que envía el mismo jardín del Turia como ejemplo del horizonte hacia donde dirigir futuras caminatas colectivas entre los valencianos: «Fue un proyecto muy polarizado y hoy es algo que nadie cuestiona, que se ha convertido en consenso. Sigamos en esa línea de pensar en grandes proyectos que mejoren la vida de todos y dejemos de mirar parcelas limitadas porque no creceremos como sociedad».
Noticia Patrocinada
Cristóbal Aguado | Presidente de AVA
El más veterano de los invitados a esta experiencia promovida por LAS PROVINCIAS vive a caballo de su domicilio en Picassent y la sede de AVA-Asaja en el centro de Valencia. A lo largo del debate insistirá en una idea fuerza: la educación como motor de la salud social. También defiende emplear el ejemplo del agua y su canalización para nutrir la rica huerta valenciana como símbolo inspirador para nuestro presente.
- «Los puentes se tienden sobre una buena base. Desde la moderación se consigue un puente más seguro»
- «La radicalidad lleva a la fractura social. Desde el enfrentamiento, difícilmente se avanza»
- «Los que hemos vivido momentos más duros nos damos cuenta de que no avanzamos en algunos aspectos, sino que estamos retrocediendo»
Más temas
Alberto Martínez de la Calle
Juan Sanchis
Eva Blasco | Empresaria
Una inquietud dominante surge en cada una de sus intervenciones durante el encuentro sobre el jardín del Turia: acercar las preocupaciones de la empresa a la conversación colectiva de la Comunitat y mejorar la calidad del debate político. Blasco, que preside la asociación que reúne a las empresarias valencianas, se enorgullece de que el debate político incorpore algunas demandas de su sector, como la defensa de mejora de la financiación. También apela a tomar ejemplo de cómo el viejo cauce del río se reconvirtió en un espacio para el disfrute compartido por la ciudadanía: «Sigamos en esa línea de pensar en grandes proyectos que mejoren la vida de todos y dejemos de mirar parcelas limitadas porque no creceremos como sociedad».
Publicidad
- «A quienes vienen de fuera les cuesta incorporarse a nuestra sociedad, somos más cerrados de lo que pensamos»
Málek Murad | Arquitecto
Para cualquier paseante asiduo a recorrer el corazón de Valencia, la presencia del arquitecto Málek Murad (a pie o en moto, vehículo con que acude a esta cita) es una presencia familiar. Solo su cabeza camina más deprisa, en proporción directa con el alto grado de lucidez que distingue su discurso: una férra invitación a despejar todo complejo para que la Comunitat empiece por tender puentes hacia sí misma y elimine la tentación al 'meninfotisme', vicio que a su juicio impide el progreso de la Comunitat. Vicepresidente del Colegio de Arquitectos de Valencia, también añade: «Se puede ser tolerante a la vez que ambicioso».
- «Si una sociedad tiene cimientos sólidos, será una sociedad mucho más rica»
- «El valenciano debe implicarse. Implicarse en política, como lo hace en economía, ciencia o tecnología»
Más sobre 'Tendemos puentes'
Isabel Domingo
Laura Garcés
Rebecca Azulay | Científica
El oficio de Rebecca Azulay es envidiable: pasarse el día mirando las estrellas. Se trata de la tarea propia de su ocupación (mejor dicho, pasión) científica, que combina con su trabajo como profesora de Matemáticas. Este curso imparte docencia en un instituto de Moncada, labor que simultanea con su participación en el equipo de la Universitat de València que se encarga de radiografiar el espacio y cazar agujeros negros. Un avance gigantesco que ella asume con una refrescante naturalidad, la misma que empleará durante el encuentro para convencer a los otros tres invitados sobre las lecciones que depara la ciencia: «Desde arriba no se ven las diferencias. Todas la partes de una sociedad están unidas en el objetivo del bien común».
Publicidad
- «Debemos ver la importancia que tiene estar unidos para nosotros y para las futuras generaciones»
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.