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daniel guindo
Viernes, 23 de abril 2021
«Vengo con ilusión y con mucha fe de poder juntarme con mis nietos sin riesgo de contagio. Confío en los que han hecho las vacunas, no tengo ningún miedo». Mari Santos García, vecina de Chera de 69 años de edad, fue ayer una de las primeras valencianas en recibir una de las 14.600 dosis de Janssen que, apenas 24 horas antes, habían llegado a la Comunitat. Mari Santos, al igual que otros 184 vecinos de Requena y de localidades cercanas, había sido citada para acudir al recinto ferial del municipio, centro en el que el personal sanitario del departamento comenzó a administrar las monodosis de la firma anglo-sueca, la primera vacuna de las recepcionadas por España que no requiere un segundo pinchazo –en total, la Conselleria de Sanidad espera inmunizar esta semana a cerca de 5.000 valencianos–.
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La esperanza por alcanzar la ansiada inmunidad frente al coronavirus movía prácticamente a todos los mayores que se personaron en las instalaciones. «Al principio me daba un poco de miedo, porque se oyen tantas cosas... pero tenía ganas de ponérmela para no coger nada. Tengo hijos y nietos, y ganas de volver a la normalidad», resumía María Cárcel, de 70 años y residente en Requena, instantes después de recibir el pinchazo y mientras aguardaba en la zona de espera los pertinentes 15 minutos (30 en el caso de alérgicos) para descartar cualquier tipo de reacción adversa.
Eusebia Martínez, también residente en el municipio, a sus 70 años se mostraba pletórica. «No he notado nada y me encuentro bien. Es estupendo que me haya tocado Janssen porque era la vacuna que yo quería, he tenido suerte». Eusebia resaltó las ganas que tiene de poder viajar a Cartagena a ver a su familia «y juntarme con los amigos, que hace tiempo que no vemos a nadie» por lo que la vacuna supone para ella un punto de inflexión de la pandemia.
Este optimismo se hizo patente a lo largo de la jornada. Rafael Ochando, director médico de Atención Primaria del departamento de salud de Requena, explicó que se había optado por citar a los beneficiarios en el recinto ferial para evitar que se interfiriera en el trabajo diario del centro de salud y dado que se trata de un espacio ubicado junto a una amplia zona de aparcamiento –aunque algunos de los citados acudieron andando–. Además, estas instalaciones ya estaban preparadas para la vacunación masiva, puesto que acogieron la inoculación del personal docente y de personas de entre 60 y 65 años con los viales de AstraZeneca. «Ha tenido una muy buena acogida, curiosamente llevamos ya cinco personas que dicen que han sido citadas, pero no están en la lista», indicó. «Confiamos en su palabra y las vamos a vacunar, espero que no falten dosis».
Los mecanismos, por tanto, ya estaban interiorizados por el personal que atendía el recinto. Un agente la Policía Local controlaba el acceso a las instalaciones y trataba de espaciar la entrada al interior, donde se había previsto un recorrido para que los beneficiarios hicieran cola antes de pasar por los mostradores en los que se registraban sus datos. Después, acudían a otro punto en el que el personal sanitario los distribuía en unas pequeñas salas para la vacunación, en las que les trasladaban toda la información y aclaraban cualquier duda que pudiera surgir (qué síntomas son habituales y cuáles requieren consulta con un facultativo era una de las cuestiones más repetidas). Tras ello, pasaban a la zona de descanso en la que permanecían, como mínimo, un cuarto de hora como medida de precaución. Una vez transcurrido ese tiempo, podían abandonar el recinto por una puerta distinta.
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En esta línea, Lourdes Navarro, subdirectora de Enfermería del hospital de Requena, describió que «la gente está encantada de venir a vacunarse, incluso llamaban al centro de salud para ver cuándo les iba a tocar». Navarro reconoció que, tras la paralización de AstraZeneca, sí se detectaron reparos en parte de la población. «La gente venía con miedo, pero se les explicaba que todas las vacunas son buenas y se iban muy contentos», agregó, para subrayar que «también les explicamos que tienen que seguir adoptando las medidas de precaución». En el caso de Janssen, el mayor grado de inmunización se da a partir del décimo día tras recibir la dosis.
Gonzalo Carrillo ejemplificó ese rechazo a AstraZeneca. «Si me hubiese tocado me lo habría pensado, aunque creo que me habría vacunado igual. Aunque mucho mejor con Janssen. A mi mujer le pusieron ayer –por el jueves– la de AstraZeneca y está con dolores de cabeza», comentó. A sus 69 años, este vecino de San Antonio señaló que «lo que más ilusión me hace es poder ir a ver a mi hija a Galicia y a mi familia a Córdoba».
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Concha Piqueras, por su parte, valoró que Janssen únicamente requiera un pinchazo («mejor, así no tengo que volver a venir») y resaltó que «no duele nada, esperaba algo más. Me encuentro muy bien».
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