Un valenciano, premiado como el mejor maestro de Primaria de España

El mejor docente de Primaria de España se llama Francesc Nogales Sancho, tiene 44 años y da clases en el colegio concertado San Enrique de Quart de Poblet desde hace 20 años. El reconocimiento que otorga Educa Abanca, a propuesta de las familias y el alumnado, le llega después de cuatro años de estar nominado.

Fran indica con modestia que «no soy el mejor porque hay grandes profesores en nuestro país». Él mismo se define como un maestro «de culo inquieto y que hace locuras». Esas locuras se traducen, por ejemplo, en el telediario de los viernes, en el que sus alumnos preparan tres noticias de ámbito social, de lo que han aprendido durante la semana, y una reseña literaria, que les permite «acercarse a la realidad y verbalizar el aprendizaje».

Otra de ellas, fue un proyecto sobre 'bullying' que ha recibido un premio o la 'lectura en los medios', en la que los alumnos publican o hablan sobre sus reseñas literarias en medios de comunicación como Radio Manises, incluso se ha publicado un libro escrito por ellos.

Sus métodos son visiblemente diferentes a la manera de enseñar tradicional y puede desarrollarlo porque «estoy en un colegio que me permite ser libre y explorar las ideas que se me ocurren, que siempre tienen una base científica». De hecho sus puntos básicos están vinculados al currículo escolar, la vida real y la implicación de las familias.

Además, «cuento con compañeros que me siguen en el viaje», añade respecto a los maestros del ciclo. Y no debe de hacerlo nada mal, porque muchos de sus exalumnos le han felicitado por el premio e incluso su experiencia con este profesor de vocación les ha servido de ejemplo para estudiar magisterio.

Y es que el docente, que da clases a tercero y cuarto de Primaria, comenta que «la primera norma que me pongo es no aburrirme en clase porque sino los niños estarían perdidos». Respecto a la pregunta de que si sus métodos funcionan, Fran, bromea: «salen con más habilidades y competencias, aunque puede que no se sepan la lista de los Reyes Godos».

Su vocación por la enseñanza apareció cuando un día, antes de examinarse del Selectivo, visitó el colegio de educación especial de su hermano y vio «como los maestros se manchaban de pintura y jugaban al fútbol con ellos. Entonces supe que yo quería ser un profesor de esos». Así, estudió pedagogía terapéutica.

Esa necesidad de experimentar también la traslada a sus alumnos en las clases donde lleva órganos internos de cordero para que puedan observar por ellos mismos cómo son, «tocando y viendo la realidad».

En cuanto a la situación de la educación en España, Francesc no tiene dudas y asegura que «goza de buena salud» pero matiza que «es hora de que empecemos a luchar sin escudo», en el sentido de que «el sucesivo cambio en las leyes educativas no puede suponer un impedimento para enseñar de forma diferente».

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