El valenciano pesará más que una carrera en el concurso que hará fijos a 2.500 interinos

Además, como está ocurriendo en otras áreas, el nivel de valenciano de los aspirantes estará muy bien considerado. Valdrá mucho más, hasta cuatro veces más, que una carrera universitaria. De esta forma, si uno de los interinos tiene el grado superior de valenciano podrá sumar 15 puntos mientras que una carrera universitaria computa únicamente cuatro puntos.

Pero no es sólo con el superior. Disponer del grado elemental suma seis puntos, dos más que estar en posesión de un grado superior en una universidad. Se da la circunstancia de que este proceso se produce en un contexto en el que cada vez tienen más importancia las lenguas extranjeras de ámbito europeo por las ayudas y la abundante legislación impulsada en Bruselas que tienen que manejar los trabajadores de la administración.

La convocatoria se asemeja a la que plantea la Conselleria de Sanidad en el proceso de consolidación de plazas donde la propuesta es primar más el dominio del valenciano que los conocimientos de forma que en el baremo la lengua autóctona cuenta tres veces más que un doctorado (15 puntos sobre cinco).

En el caso de la Conselleria de Sanidad la situación es aún más complicada por la insistencia de Compromís de implantar también el requisito lingüístico en este importante ámbito asistencial, medida que está dificultando la contratación de especialistas y la fuga de profesionales de autonomías que ya lo han incorporado, como Cataluña o Baleares.

Por otro lado, la convocatoria de esta prueba ha provocado el malestar de numerosos funcionarios que han obtenido su plaza a través de una oposición en toda regla. Ahora, con el objetivo de situar la interinidad en el 8%, la administración valenciana está sacando plazas de funcionario sin que sea necesario superar este examen.

Se podrán presentar a este concurso todos los interinos que estén trabajando en la administración desde antes de 2016. Con este procedimiento una persona que haya estado quince años sin plaza fija en alguna conselleria puede ser funcionario sin presentarse a una oposición.

El malestar procede del agravio comparativo que puede suponer para muchos trabajadores de la administración pública que han obtenido su plaza mediante una oposición -con el esfuerzo que conlleva- y ahora ven cómo se ofrece estos puestos de trabajo sin una prueba de acceso.

El baremo de la convocatoria establece que por experiencia los aspirantes sólo podrán sumar un máximo de 60 puntos. Los concursantes tendrán la posibilidad de conseguir otro 40 puntos con méritos como haber aprobado alguno de los exámenes en alguna oposición, tener carrera universitaria o dominar el valenciano. En esta línea, conocer otra lengua comunitaria aporta un máximo de cuatro puntos.

Los aspirantes podrán conseguir otros diez puntos con el capítulo de formación. En él se valoran los cursos recibidos o impartidos por los aspirantes. El máximo son 100 horas o más que se puntúa con cinco puntos.

Por otra parte, una de las indicaciones de las pruebas fijada por la Conselleria de Administración Pública es la que dicta que en caso de empate a puntos entre un hombre y una mujer se primará a la segunda sobre el primero siempre que esté infrarrepresentado el sexo femenino dentro del colectivo de personas que formen parte del cuerpo objeto de la convocatoria en la fecha de su publicación.

El proceso de reducir la interinidad de los profesionales afecta a toda la administración valenciana. Como se señala en la convocatoria, el objetivo es disminuir la ratio de la temporalidad. En el campo educativo la oferta es de 7.255 plazas.

La propuesta de la Conselleria de Educación es que los interesados puedan presentar las solicitudes entre el 21 de noviembre y el 21 de diciembre, con la idea de que ya sean funcionarios de carrera de cara al próximo curso.

La norma impulsada por el Gobierno central para acabar con la interinidad persigue evitar el abuso del profesional de estas características para cubrir plazas sin titular fijo, una práctica habitual desde hace años y que ha provocado decenas de toques de atención a través de sentencias, tanto nacionales como europeas, teniendo en cuenta que la temporalidad, a priori, debe ser puntual y no la normal general.

En esta política han influido desde recortes (durante la anterior crisis apenas se podía reponer personal jubilado, recurriendo a las bolsas de trabajo para cubrir plazas en los centros), hasta la flexibilidad que da a una administración esta figura, de la que se puede prescindir si a corto plazo desaparece la necesidad que atiende, y sin derecho a indemnización.

El proceso afecta también a la administración local. Los interinos convocaron el pasado verano protestas en el Ayuntamiento de Valencia con el objetivo de que el equipo de gobierno acceda a flexibilizar su entrada en el cuerpo de funcionarios.