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Nuria y Cristina ya han hecho las maletas. El empleo sigue pinchando en España, pero más vale malo conocido que vivir con duda, rechazo o crispación. Han decidido huir de un fracturado Reino Unido y regresar a nuestro país por temor a los efectos del 'brexit'. El valenciano Carlos Corbi también se larga. Lo hará en marzo y su destino será Canadá. Considera que es un lugar mejor para formar una familia. Mientras, la requenense Almu acaba de aterrizar en la 'city' para labrarse un futuro junto a su novio Marcos, también valenciano. Asisten con incertidumbre desde Londres a los cambios de la ruptura con Europa y reflexionan: «Si este país no nos quiere, también nos volveremos». Es el otro 'brexit', el de los valencianos que rompen con Reino Unido de puro hastío.
Según la oficina de estadística del Reino Unido, hay en torno a 240.000 residentes españoles en el país. Fuentes de la Generalitat Valenciana estiman que el número de valencianos en el Reino Unido ronda las 20.000 personas. La preocupación e incertidumbre es palpable entre los 'valencian british'. Durante su última visita a Reino Unido, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se reunió con algunos de ellos.
Preguntamos al delegado de la Generalitat para la Unión Europea y Relaciones Externas, Joan Calabuig, cómo están viviendo el 'brexit' los valencianos desplazados a las islas británicas. «Se trata de una población significativamente joven a la búsqueda de oportunidades laborales. Su preocupación principal es la incertidumbre que provoca todo este proceso entre las personas y familias residentes en territorio británico, particularmente en relación con sus derechos sociolaborales y de ciudadanía».
Según Calabuig, «el reciente acuerdo del Consejo Europeo con el gobierno británico es esencial para dar seguridad y estabilidad, tanto a los residentes valencianos en el Reino Unido como para los británicos que viven entre nosotros, siempre que esta tramitación en el Parlamento británico no sufra ya más contratiempos».
Pero algunos no esperan más. Tanto valencianos, como de fuera de la región. Ha calado cierto hartazgo ante los papeleos venideros, el temor a verse sin trabajo, la tensión social o, sencillamente, «los casos de xenofobia» que han conocido a través de las noticias o compañeros.
Otros muchos están estos días a la expectativa, especialmente aquellos que no cuentan con permiso de residencia o han empezado a tramitarlo. «La mayoría de quienes viven en Reino Unido han ido con la voluntad de buscar oportunidades. Se trata de una población que pretende consolidar allí su futuro a largo plazo y su deseo es permanecer», agrega Calabuig.
¿En qué medida puede afectar el 'brexit' a los profesionales, trabajadores y jubilados valencianos? El responsable autonómico confía en que «el nuevo clima de acuerdo (pendiente de las próximas decisiones) facilitará la vida personal y profesional» de los nuestros. Si entra en vigor el texto de salida acordado, «no se prevén grandes distorsiones», considera Calabuig.
Eso sí, habrá mayores controles fronterizos y será imprescindible registrarse para asegurarse los derechos como residente. Miles de valencianos ya lo han hecho. Calabuig resume así los males de la ruptura: «Es un retroceso. Las relaciones se harán más lentas y complejas, habrá más trámites aduaneros y requerimientos y los costes para las empresas crecerán».
Cristina Fernández. Cinco años en Londres. Ha regresado a Vila-real
Cristina Fernández ya ha emprendido el éxodo. Vive en Vila-real y a finales del año pasado concluyó su aventura laboral en Reino Unido. La joven, soltera y de 28 años, decidió partir a tierras británicas para labrarse un futuro tras completar en España un ciclo en Comercio Internacional e Informática. «Viajé en 2013, me fui yo sola, a la aventura», recuerda. No tardó en encontrar empleo. «Tiré curriculum para restaurantes y todo fue como la seda. En 48 horas me llamaron de un mexicano. Después fui camarera en un italiano». El mejor sueldo, el de su último trabajo: 1.300 euros al mes en una cafetería de Cambridge.
Pero con el 'brexit', ya se hartó. «Iba para unos meses y me quedé media década. Hasta me había sacado el permiso de residencia permanente, pero comencé a notar el rechazo británico a europeos». Le preocupó, en especial, «las noticias de casos de agresiones físicas en el metro a españoles». Ese clima social enturbiado «no me gustó nada y me empujó a volver, junto a otros motivos familiares».
Antes del regreso a Vila-real todavía conservaba el empleo en el local de Cambridge, «pero con el 'brexit' en el horizonte ya no tenía las cosas claras, no me sentía segura». Todavía no ha encontrado trabajo en Castellón, «pero no me planteo regresar a Reino Unido», sentencia.
Nuria Sánchez. Tres años en Eastbourne. De vuelta a Valencia
Nació en Valencia hace 42 años. Diplomada en Turismo y con un ciclo de Higiene Bucodental, se fue con su pareja a Reino Unido en 2016. «La situación en España era horrible. Estábamos los dos en paro». Se instalaron en Eastbourne. «Fue muy fácil trabajar. Yo limpiaba en un hotel y él ayudaba a trasladar carros de ropa sucia. Era pesado, pero teníamos empleo y un sueldo mínimo de 1.200 euros». Pero la situación hoy «es muy distinta», lamenta. «Ya no podíamos aguantar tanta incertidumbre con el cambio. Teníamos compañeros europeos a los que les habían rechazado la carta de permanencia. En ese momento ya era auxiliar dental. Al final pensé: antes de que me eche Reino Unido, yo me largo». Volvieron hace un año. Gracias al dominio del inglés ella trabaja en una clínica dental y él, como ingeniero agrónomo. «Las empresas valoran mucho a los profesionales que nos hemos buscado la vida fuera». Según Nuria, «hay mucho inglés arrepentido de votar por el 'brexit'».
Carlos Corbi. Cinco años en Londres. Se trasladará a Canadá
Carlos Corbi lo tiene claro. «Me largo en marzo con mi pareja a Canadá». El valenciano de 34 años se formó en dirección comercial y marketing en la Universidad Europea de Valencia. A su memoria regresan los días en los que, con 29, se lanzó a la aventura británica. Se marchó a la 'city' con mucha ilusión en la mochila en busca de un futuro y una nueva vida. Destino, Londres. «Con mi primer trabajo cobraba 1.200 libras, pero los principios fueron muy difíciles. Cuando llegué, me tiré tres meses durmiendo en la moqueta de la casa de un amigo. Hoy tengo un buen empleo como manager en una empresa tecnológica», asegura.
Han pasado cinco años y Carlos está satisfecho con su progresión personal y laboral, pero no se siente feliz con el 'brexit' en el horizonte: «Las cosas han cambiado para mal y ahora Reino Unido se ha vuelto más hostil». Tanto que el año que viene pondrá un océano de por medio junto a su esposa canadiense. «No me importa empezar de cero en Toronto y tener que buscar de nuevo empleo. Aquí el rechazo a los europeos es ya demasiado palpable. Este ya no es un buen lugar para formar una familia», lamenta. «Y es una pena, porque tengo muy buenos amigos, pero la crispación política y social con la ruptura ha llegado a un punto insostenible», agrega.
Su reflexión va más allá: «Realmente aquí nadie sabe, a ciencia cierta, qué va a traer de bueno o de malo el 'brexit' y hay demasiada tensión entre los que están a favor y en contra». Personalmente, asegura, no se ha encontrado con ataques o insultos, pero para Carlos «ha sido suficiente leer en las noticias de agresiones a españoles». O escuchar los gritos de «aquí se habla inglés». Extremismos ante los que ha querido plantarse.
Literalmente, expone, «queremos huir de este proceso penoso de ruptura y división». El comercial valenciano echa la vista atrás y recuerda: «Hasta hace setenta años en Europa nos dabamos de leches. Hemos conseguido casi medio siglo de paz, de libre circulación y ahora se cargan esos grandes logros. ¿Qué sentido tiene? Me parece un auténtico acto de cobardía del gobierno británico. Por más que me duela, yo ya no quiero vivir aquí».
Almudena y Marcos. Un mes juntos en Reino Unido. En Londres y a la expectativa
Almudena García, de 35 años, vive con preocupación las semanas previas al 'brexit'. La requenense titulada en Comunicación Audiovisual acaba de mudarse a Londres y reunirse con su pareja, el valenciano Marcos Centeno, profesor universitario desde hace cuatro años. «Llevaba dando tumbos en trabajos por Madrid y en septiembre me vine en busca de empleo y una relación más estable». Ambos, exponen, «deseamos un futuro aquí, pero si Reino Unido no nos quiere, nos volveremos». Ella ha volado a Londres conocedora de las dificultades del 'brexit'. En pocos días, encontró empleo en la cadena H&M. «Trabajo doblando camisas, pero quería un empleo a tiempo parcial que me permita combinarlo con clases de inglés», explica. Vive con su novio en una casa compartida con cuatro personas. Pagan 500 euros por la habitación y para ella son días de incertidumbre. «No sé qué va a pasar. Si no me dan la residencia, quizá pierda mis derechos... Ya veremos».
10 claves ante la gran ruptura
Vivo en el Reino Unido y tengo intención de seguir tras el 'brexit'. ¿Qué tengo que hacer? Ante las dudas de valencianos y otros residentes, el Ministerio de Asuntos Exteriores resume así los caminos que se abren. El gobierno explica los procedimientos en dos vías, con acuerdo (arriba) y sin él (abajo). En esencia, hay dos posibilidades, el permiso de residencia indefinido (más de cinco años en el país) o el temporal (menos de cinco).
Con acuerdo: Los ciudadanos UE deberán pedir la inscripción hasta el 30 de junio de 2021 para seguir. Es necesario haber residido antes del fin de 2020.
Sin acuerdo: Hasta el 31 de diciembre de 2020 para solicitarlo, pero con una particularidad: será necesario haber residido antes de la fecha del 'brexit'.
Con independencia de que haya o no acuerdo, los ciudadanos de la UE pueden entrar y salir de Reino Unido con DNI o pasaporte hasta 2021. Para ello, no es necesario que los residentes en Reino Unido hayan solicitado la inscripción conforme al permiso de residencia europeo.
Con acuerdo:Podrán hacerlo hasta el 31 de diciembre de 2020 igual que hasta ahora. A partir de 2021 tendrán que adaptarse al futuro sistema migratorio.
Sin acuerdo: Tras 2020 habrá que tramitar un permiso de residencia nuevo que permitirá vivir allí tres años. Después será preciso adaptarse al futuro sistema migratorio.
Una vez con residencia permanente, un ciudadano podrá ausentarse del Reino Unido hasta un máximo de cinco años sin perder su estatus.
Con acuerdo: Para los que se inscriban conforme al permiso de residencia, se seguirá aplicando el Derecho de la Unión hasta el 31 de diciembre de 2020.
Sin acuerdo: Sin acuerdo, se concederá el reconocimiento cuando éste se solicite antes de la fecha 'brexit'. Tras ese límite, se aplicará un sistema de equivalencias.
Tiene una validez de cinco años desde que se concede. Con este registro se permiten ausencias máximas de hasta dos años sin perderlo. Con acuerdo o sin él, para poder solicitar el permiso indefinido se requiere una residencia continua de cinco años o con salidas cortas.
Con acuerdo: Se mantiene para los europeos hasta que acabe 2020. Será independiente de estar o no registrado y bastará tarjeta sanitaria o pasaporte.
Sin acuerdo: Habrá que probar la residencia ordinaria en Reino Unido. Los visitantes temporales deberán asumir los gastos que generen salvo algunas excepciones.
Haya o no acuerdo, hasta el final de 2020 los europeos podrán entrar y salir tanto si son residentes o turistas. Para ello valdrá el pasaporte y el DNI.
Con acuerdo: Los residentes que empezaron su estancia en RU con menos de 67 años podrán seguir con carné de un estado europeo. Para los mayores hay límite de tres años.
Sin acuerdo: Los visitantes podrán seguir usando su carné europeo. Tras el 'brexit', y en caso de no acuerdo, hará falta la Carta Verde o certificado internacional de seguro de responsabilidad civil.
Los que están en RU o van a iniciar sus estudios tras el 'brexit' no necesitan soliciar permisos de residencia, siempre que vuelvan a su país antes de que acabe 2020. Eso sí, deberán pedir el permiso si quieren quedarse a trabajar o seguir estudiando después del mencionado plazo.
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Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
Patricia Cabezuelo | Valencia
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