La primera ola de calor del verano que afecta a la Comunitat Valenciana ha llevado a subir las temperaturas a máximos de la temporada. Conforme los termómetros se acercaban a los 30 grados en la ciudad de Valencia los ciudadanos han ido evitando la calle y refugiándose en dos espacios para refrescarse, centros comerciales y playas.
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El centro comercial El Saler ha sido uno de los que se ha empezado a llenar a partir del mediodía, en parte gracias al aire acondicionado. En el segundo domingo que estos espacios están abiertos la población se ha volcado para hacer compras pendientes, comer o simplemente pasar un rato a una temperatura agradable gracias al aire acondicionado.
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Arturo Cervellera
Los empleados de diferentes establecimientos admiten que los valencianos han respondido a las aperturas con una afluencia muy destacable. Y así se comprobaba con un simple paseo por sus instalaciones, donde se veían diferentes colas y un constante trasiego de personas. Quizás el sitio que más atención ha acaparado es la fuente de la entrada que se erigió con la última reforma, que permite refrescarse en un pasillo por el que el agua pasa por encima de la cabeza.
El otro punto de interés ha sido, como no podía ser de otra forma, la playa de la capital, en especial la de la Malvarrosa. Encontrar un hueco en primera fila frente al mar era misión imposible en cuanto el calor ha comenzado a apretar. Las sombrillas, los refrescos y los chapuzones han sido los protagonistas en una jornada en la que se ha visto mucho niño y adolescente, que esta semana han empezado las vacaciones de verano.
Cuando ha llegado la hora de comer los restaurantes del paseo marítimo han comenzado a llenarse tanto de valencianos como de turistas ya sea para hacerse un aperitivo o una paella. Algo que agradecen los hosteleros ya que este es el primer fin de semana con tiempo bueno y estable después de las lluvias puntuales del anterior.
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Una situación muy diferente ha ocurrido a esa hora en el centro de Valencia, que lucía prácticamente desierto. La mayoría de las pocas personas que se han atrevido a pasear estaban en torno a fuentes y bajo las ansiadas sombras, mientras que se compadecían de las personas que tenían puesto un caluroso disfraz para tratar de ganar unos pocos euros.
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