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A. Talavera
Alzira
Lunes, 6 de mayo 2024, 16:02
La prohibición de tener el móvil encendido en clase, que ha entrado en vigor este lunes en toda la Comunitat Valenciana, se ha notado a ... la salida de los institutos. A las 14:00, nada más sonar el timbre de fin de la jornada, a las puertas de un centro educativo de Alzira prácticamente la totalidad de los estudiantes realizaban la misma acción, sacar el teléfono de las mochilas y encenderlo para ver que se habían perdido durante la mañana.
Uno a uno, y conforme cruzaban el umbral del centro, para no incumplir la ley, los menores dirigían sus miradas a las pantallas. Y es que la mayoría ha cumplido con la norma de no utilizarlo durante la mañana y han sido pocos los móviles que se han requisado en este primer día de entrada en vigor de la nueva ley de Educación.
En muchos centros educativos valencianos ya existían normas sobre el uso de los teléfonos, prohibidos en las aulas pero también en la hora del patio. Sin embargo, con la nueva ley se ha aumentado el control para evitar las infracciones por parte de los menores.
«Antes algunas veces miraba el móvil cuando iba al baño pero hoy han puesto una caja encima de la mesa del profesor y cuando salíamos a los servicios debíamos dejarlo allí», explica una alumna de cuarto de la ESO del IES Murta de Alzira.
En su clase no se ha tenido que requisar ningún teléfono hoy pero ha habido otras donde los profesores han tenido que intervenir. «En mi clase sí que han quitado uno porque le ha sonado una notificación», comenta una alumna de segundo de la ESO del mismo instituto.
En otra clase de cuarto de ESO el profesor ha optado por advertir al estudiante cuando lo ha pillado mirando de reojo el teléfono en un descanso. En este instituto de Alzira ya estaba prohibido el uso de los móviles pero hasta el momento se emitían notas a los padres o en algunas ocasiones se retiraba el teléfono hasta el final del día. Ahora se ha endurecido la norma y serán los tutores o padres lo que tengan que ir a recoger el aparato requisado al propio centro escolar.
La mayoría de alumnos no han utilizado sus teléfonos durante lo que llevamos de jornada lectiva pero algunos sí han confesado que no ha cumplido con la norma de tenerlo apagado. «No lo he sacado de la mochila pero está encendido», aseguraba un estudiante de 16 años de Alzira del IES Rei en Jaume que salía a la hora del recreo junto a su padre para acudir a una visita médica.
Como él muchos otros que simplemente han quitado el sonido para no ser descubiertos pese a que esto ahora ya no está permitido. Otros estudiantes, sin embargo, han cumplido con lo establecido por la ley y hasta que no ha acabado la mañana no han encendido el teléfono o, incluso, se lo han dejado en casa.
Esta nueva ley, aplaudida por la mayoría de profesores ya que avala los protocolos que muchos centros ya habían puesto en marcha para frenar el uso de teléfonos en los colegios e institutos, ha sido más criticada por los estudiantes.
«Me parece excesivo. Está claro que en el aula no podemos mirarlo pero en el patio o en el pasillo no creo que sea para tanto», lamentan dos alumnas de segundo de ESO de Alzira.
De la misma opinión otra joven de cuarto de ESO que apunta que «está bien no tenerlo para estar más concentrados pero ahora ya no podemos hacer ejercicios y juegos con los teléfonos que sí hacíamos antes».
Para otros estudiantes este lunes ha sido uno más ya que no acostumbran a tener el móvil durante la mañana. «En mi clase no ha pasado nada raro, vamos a Segundo de Bachiller y estamos muy concentrados en clase, no necesitamos el teléfono», afirma otro joven a las puertas del instituto.
Durante el patio ha sido más evidente esta restricción ya que antes era más habitual que los jóvenes aprovecharan para echar un vistazo mientras almorzaban. En este primer día de aplicación de la ley ha habido vigilancia exhaustiva en los recreos para que nadie incumpliera la norma. «Antes tampoco se podía en el patio pero a escondidas siempre lo hacíamos, ahora imposible», subraya un menor de 14 años.
Para los padres también es una buena medida la de la prohibición de los teléfonos en las aulas. «La prohibición está muy bien, no pueden estar todo el día con el móvil. Yo le digo que no lo traiga a clase pero no me hace caso», reconoce un progenitor que acude a recoger a su hijo a otro centro educativo de la capital de la Ribera Alta.
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