Los vecinos del sur de Valencia salvan La Torre a la espera del Ejército

La desesperación en La Torre llega hasta Valencia ciudad. Son muchos los vecinos de esta pedanía los que se ven obligados a cruzar el río para llegar al barrio de San Marcelino. Allí esperan encontrar ayuda, agua, comida… Muchos llevan incluso mochilas y carros de la compra. Otras, simplemente esperan a que sus familiares las recojan para ayudarlas. Es el caso de una señora mayor y su hija.

Ambas vivían en una planta baja en una calle céntrica de la pedanía. A primera hora de la mañana del jueves están sentadas en un banco de madera al cruzar el puente que conecta su pueblo con la ciudad. Van en pijama desde el martes, se han quedado sin nada. «Únicamente tenemos un bolso para meter el móvil y las cosas básicas», cuentan. Recuerdan cómo han pasado las últimas 48 horas: «Vimos que subía el agua y nos subimos al tercer piso de la finca, a casa de los vecinos, y hemos estado allí hasta ahora».

Han llegado a San Marcelino porque la policía ha tenido que sacarlas del piso: «Mi madre necesita medicamentos, un policía ha subido a por nosotras y nos han traído, a ella ha habido que cogerla en brazos», explica la mujer. Aunque lo importante es que están bien, no pueden evitar recordar su hogar: «Ha reventado la casa entera, tenemos hasta los marcos de las ventanas arrancados». «La lavadora está en medio de la cocina, no tenemos nada», añaden.

Uno de los puntos más duros del pueblo es el garaje donde se han encontrado ocho cuerpos de vecinos de La Torre. Este tiene dos sótanos, y todo quedó completamente inundado. En la calle todavía se puede divisar perfectamente la marca que dejó el agua: dos metros. Durante la mañana del jueves, los bomberos tuvieron que sacar el agua del lugar. Conforme esto ocurría, aparecían cuerpos de algunas personas.

Dentro del caos, un ejemplo de vecino que ha tenido algo más de suerte es David Sánchez. A él, la tromba de agua le sorprendió en el coche. «Por suerte vivo en un primer piso y no nos ha pasado nada», cuenta. Y añade: «No tenemos que lamentar nada más que daños materiales, por ejemplo el coche, pero afortunadamente no hemos perdido a nadie cercano». Eso sí, se muestra preocupado e inquieto, pues algunos de sus vecinos están atrapados en el garaje que se inundó completamente.

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