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Como cada día en esta última semana, este jueves diversos afectados han declarado como testigo ante la jueza con motivo de la instrucción que investiga ... lo sucedido durante la dana del pasado 29 de octubre. La jueza escucha testimonios de víctimas y familiares en busca de posibles responsabilidades de las terribles consecuencias que provocó la riada. Entre ellas, Verónica Vicent, que vio como una niña de once años era escupida por el agua tras romperse la cuerda con la que trataba de salvarla. O Patricia Sánchez, que pensó que moriría aquel día tras quedar atrapada dentro del agua debajo de un vehículo.
Verónica Vicent se encontró a las nueve de la noche de aquel día tratando de salvar la vida a una familia que trataba de huir de su bar de Benetússer con el agua al cuello. «Durante la primera extracción se me rompió una cuerda y la niña de once años cayó al agua, que la arrastró», relataba tratando de aguantar las lágrimas, mientras añadía, «a los dos días apareció su cuerpo en Alfafar». La madre y su hermano de cuatro años sí consiguieron subir al primer piso en el que se encontraba Verónica, ayudados por otra cuerda. En el bar del que huyeron el agua alcanzó los 2,20 metros.
Del esfuerzo por tirar de ellos, Verónica sufrió lesiones en la cadera y ha sido operada recientemente. «Lo que más me duele no es el cuerpo, es tener que llevar a cuestas una vida que no pude salvar. No me quiero imaginar cómo deben estar los responsables de las otras 227», se culpaba la mujer, quien rota de dolor se comparaba con las administraciones, que no estuvieron a la altura. Acerca de por qué acudía a declarar, Verónica aseguraba: «Porque espero que sirva de aprendizaje. Espero que esto no vuelva a ocurrirle a nadie. Yo voy a pasar el resto de mi vida con esta losa y no se la deseo a nadie. Que la ciudadanía aprenda, pero que los responsables a cargo de las personas aprendan más aún».
Por su parte, Patricia Sánchez, residente en un bajo de Sedaví, recibió una llamada de su cuñada desde l'Alcudia. «Me dijo que su pueblo se estaba inundando, y como tengo una hija de dos años, me suplicó que nos fuéramos a casa de mis padres que viven en un quinto piso«, relataba. Sánchez no terminaba de entender lo que su cuñada le decía, pues en Sedaví no llovía. Justo después de colgar sonó el ES-Alert. »No entendíamos nada« afirmaba. Decidieron hacer caso y se llevaron a la niña.
Una vez con la niña a salvo, Patricia y su pareja decidieron volver a casa a por sus tres perros. «Mi pareja fue a dejar el coche en lo alto de un puente. Yo quise llegar a casa y a los 200 metros una avenida ya llevaba agua con mucha fuerza. Intenté cruzar pero me caí y acabé en lo alto de una furgoneta», se angustiaba Patricia, mientras relataba cada detalle de lo ocurrido. «Conforme subía el agua, veía coches salir despedidos y sabía que la furgoneta también se iría», trataba decir mientras lloraba.
La furgoneta se fue y chocó con varios coches, provocando que Patricia finalmente cayera al agua entre dos vehículos. «Noté como el agua me succionó debajo del coche. Yo me sujeté en los bajos para no seguir hundiéndome hacia abajo, pero tampoco conseguía salir. Ahí fue cuando pensé que estaba muerta», sentenciaba entre sollozos: «En ese momento me di cuenta que me había tocado, que la gente puede morir así de fácil».
De pronto, Patricia encontró una burbuja de aire bajo el coche: «Puse la cara, y vi luz. Conseguí salir y vi un parque, conseguí llegar allí y pasé la noche allí hasta las cuatro de la mañana». Patricia acabó con una herida en el brazo, que los días posteriores se infectó y tuvo que entrar a quirófano tras intentar drenarlo. También terminó profundamente magullada.
«Yo por mí misma no habría hablado nunca, ni en los medios ni en el juzgado. No me apetece revivirlo. Pero si esto ayuda a la gente que lo ha vivido para que declare y salgan los muchos responsables que tienen que pagar por esto. Si hubieran avisado a tiempo se habrían salvado muchas vidas. Daños materiales tal vez no, pero vidas sí».
Por otro lado, también ha estado presente durante los testimonios Gonzalo León, de Vilches abogados y letrados representantes de la Asociación Damnificados Dana Horta Sud Valencia. «Los testimonios de hoy han seguido el mismo tono que días anteriores. Han sido testimonios muy duros por tener que revivir momentos terribles. El nexo común entre todos los testimonios es que para cuando llegó la alerta estas personas ya estaban siendo víctimas de las inundaciones y ya se habrían producido fallecimientos», ha indicado el letrado.
Este viernes continuarán los testimonios, entre ellos el importante aporte de un perito cartográfico, quien pretende ilustrar a la jueza acerca de si la situación provocada por la dana «se podría haber evitado desde un punto de vista técnico e hidrológico», en palabras del abogado de los afectados. El próximo viernes, 11 de abril, será el turno de declarar de Salomé Pradas, consellera de Emergencias e Interior aquel 29 de octubre, y según los planes de emergencia, principal responsable de las actuaciones por parte del Cecopi.
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