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J. A. Marrahí / A. Santos
Jueves, 28 de abril 2022, 20:19
«Colaborar con establecimientos de restauración para promover la dieta mediterránea como modelo de alimentación cardiosaludable sin incluir en ella el consumo de alcohol». Es ... la idea inicial del Ministerio de Sanidad planteada este jueves 27 de abril como parte de su estrategia de salud cardiovascular y que ha desatado intensas críticas entre productores valencianos.
Finalmente, algunas comunidades autónomas se han opuesto y han pedido al Gobierno que elimine esta última referencia al alcohol en sus recomendaciones, pero las reacciones no se han hecho esperar. Expertos valencianos en productos como el vino o la cerveza, los más consumidos en menús, califican la sola idea de «despropósito» o «falta de un asesoramiento adecuado».
Una de las personas que mejor conoce el vino y su importancia para la agricultura valenciana es José Luis Robredo Hernández. Es el responsable de la sectorial del vino en la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), productor de uva para vino en Requena y vicepresidente de la denominación de origen Utiel-Requena. «Para nosotros el jueves saltaron todas las alarmas», resume y es que este Gobierno «comete un despropósito detrás de otro».
Para Hernández, estas propuestas suponen «un contrasentido», hasta el punto de cuestionarse: «No sé qué asesoramientos tienen». El vino, reivindica, «es saludable, es un producto histórico de la dieta mediterránea con propiedades cardiovasculares». Además, «los tintos tienen un producto anticancerígeno».
Hernández hizo un repaso a la historia: «Ya antiguamente, en épocas de penuria económica y hambre, el vino se ha recomendado como complemento a una escasa alimentación». Obviamente, sin moderación, advierte, «hasta el agua puede ser perjudicial».
El sector respira tras la marcha atrás de Sanidad en su recomendación. «Menos mal… Pero estos amagos tan fuera de lugar y fuera de contexto perjudican siempre al sector. Pedimos por favor que las cosas se planteen con lucidez y sensatez». Y más «en una época de crisis para el sector del vino, saliendo de una pandemia y con una guerra que acaba generando incertidumbre en las exportaciones». El agricultor «no sabe hasta dónde va a poder aguantar».
De igual manera opina David Palacios Algarra, presidente de la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV). «El vino forma parte de la dieta mediterránea. Nosotros siempre hemos defendido su consumo moderado y responsable». Y este tipo de consumo «tiene plena cabida y resulta complementario con la protección de la salud». Para Palacios, el Gobierno y el resto de administraciones «deberían velar por evitar que se produzcan equívocos», pues «se puede dañar al sector» y generar «interpretaciones erróneas de la ciudadanía sobre un producto como el vino y su vínculo con la dieta mediterránea».
Para la economía valenciana apartar el vino de los menús de bares y restaurantes podría suponer un considerable daño a los productores de uva y a las bodegas. Cristobal Aguado, presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) ve así la cuestión: «Es verdaderamente preocupante ver la ligereza con que algunos políticos y organismos del estado plantean decisiones sin meditar o consensuar y no valorando las consecuencias». Para Aguado, «atreverse a decir que el vino no está en la dieta mediterránea es un insulto».
Fernando Móner es el presidente de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (AVACU). Y ve así el asunto: «Sanidad tiene la obligación de hacer recomendaciones, pero yo no sé si en este caso lo más conveniente es recomendar a los hosteleros que quiten algo de un menú». Para Móner, lo más acertado sería «intentar formar a los consumidores de lo que es mejor para cada tipo de consumidor o en qué cantidad y frecuencia hemos de tomar esos productos en base a una evidencia científica».
Al final, «es el consumidor quien debe tomar sus propias decisiones en base a esa información y a otros parámetros». Detrás de una botella de vino o de cerveza «hay muchos intereses sociales y económicos que también se tienen que valorar, pues no es lo mismo un alcohol de alta graduación que los de baja graduación». Y añade un punto más: «Si empezamos quitando vino y cerveza, a lo mejor antes hay que quitar también otros productos más perjudiciales«.
Silvia Huerta es la delegada de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en Valencia. «Es complicado aún saber el alcance de la medida», matiza. «Por el momento se habla de recomendaciones para una alimentación saludable y no de prohibiciones». Desde la OCU «siempre hemos fomentado los hábitos de vida saludable». Pero señala Huerta otras cuestiones más allá del alcohol: «Una alimentación saludable conllevaría también limitar los fritos, las cantidades de grasa, de sal, los postres ricos en azúcar, las bebidas refrescantes…». Y, por supuesto, «fomentar la actividad física».
¿Cómo acoge la calle la idea de apartar cerveza o vino de los menús? Entre los hosteleros valencianos, la opinión es homogénea: consideran que los menús que ofrecen ya son equilibrados y saludables. Mientras sujetaba la carta, el trabajador de un bar de Blasco Ibáñez consideraba importante «dar atención al nivel de salud» y que por ello, desde que abrió el local, se ofrecen «platos caseros y variados». «Todos los días hay ensalada de primero y de segundo carne o pescado a la plancha o al horno. Además estas son las opciones que más se piden entre semana», ha expresado el camarero. «Lo que no podemos hacer como empresa es prohibir a alguien beber alcohol. Esa decisión reside en los clientes», ha explicado
Un grupo de mujeres que tomaba un café en la terraza de este mismo establecimiento se oponían rotundamente a la recomendación del Ministerio de Salud, ya que consideraban que «tienen el suficiente sentido común para saber lo que tienen que comer». «Cada uno que tome las decisiones que quiera, todos entendemos lo que nos conviene y lo que no», ha defendido.
Desde el bar El Pino, la respuesta fue similar: «Se trata de un atentado contra la libertad». El trabajador, Toni Burjance, ha asegurado que el «origen del problema es el exceso» y que tomar «una cerveza al día no hace daño a nadie». Asimismo, ha considerado que la comida mediterránea que ofrecen en su establecimiento y en general en España es muy buena. «Hay variedad y los productos son buenos y locales. Otra cosa son los alimentos envasados», ha afirmado.
Por otra parte, el gerente de otro bar ha destacado que el consumo de alcohol durante el mediodía no es alarmante. «Mira a todas las personas que están aquí, los únicos que están tomando cervezas son turistas», ha señalado Juan Carlos Martínez. Insiste en que en su menú hay bastantes opciones saludables e incluso vegetarianas.
En este mismo local, una joven que acostumbra a comer ahí debido a su trabajo ha relatado que «entre semana no acostumbra a beber alcohol ya que la inhibe un poco» y que considera «importante tener una dieta equilibrada. «Intento evitar los fritos o las grasas saturadas. Es importante cuidarse», ha expuesto.
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