![La familia de Ana Castelló regresa a su casa en busca de retomar la normalidad.](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/201909/15/media/cortadas/riada-kBvD--624x385@Las%20Provincias.jpg)
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M. GARCÍA /J .A. MARRAHI
Ontinyent.
Domingo, 15 de septiembre 2019, 00:41
«Con mis 82 años he vivido cuatro riadas, incluida la del 82. Ninguna ha sido como ésta». En los ojos de Ana Castelló, vecina del barrio de la Canterería de Ontinyent, el más afectado por el desbordamiento del río Clariano el pasado jueves, aún hay cansancio y algo de temor. Junto a su hija y su yerno tratan de ir recuperando la normalidad y van y vienen con bolsas con ropa y otros enseres.
La anciana ocupaba una vivienda en una parte más baja del barrio, la que resultó más afectada. Los daños, a falta de cuantificarse, «serán muchos. Veremos si impulsan la declaración de zona catastrófica», comenta Jorge Espejo, yerno de la mujer.
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La familia al completo recuerda que el río «hace cuatro días estaba totalmente seco» y consideran que volverá a estarlo en breve. Cuando se les pregunta una solución, Espejo considera que en otras zonas, como en la ciudad de Valencia, «se han llevado adelante otros proyectos de canalización más importantes. ¿Aquí no se puede hacer algo parecido?». No es muy optimista sobre el proceso de limpieza de la zona: «Creo que quitarán lo más llamativo y volverá a quedar una capa de arena».
Pero éste no es el único temor que tienen los vecinos del histórico barrio donde se acumulaban los alfareros, de ahí su nombre. Espejo muestra lo que le da «incluso más miedo que el Clariano». En la parte posterior de las casas del barrio hay una montaña, pegada a todas ellas, que, con el paso del tiempo y con tormentas como lo de estos días, podría ir derrumbándose sobre sus domicilios. Este hombre no dudó en invitar al alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, y al subdelegado del Gobierno, Roberto González Cachorro, a que conocieran una situación oculta y mucho menos evidente que la amenaza del río: «Han visto cómo está la situación y se han comprometido a actuar a partir del lunes. Es una zona que está muy descuidada y que poco a poco puede ir cayendo sobre nuestras casas».
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En su memoria aún queda lo ocurrido en las primeras horas del 12 de septiembre de 2019, un día que quedará en la historia más negra de la ciudad: «Los truenos nos despertaron y pudimos salir. Esa fue nuestra salvación».
Mientras por las calles de la barriada aún quedan una bicicleta y un carrito de bebé como muestra de la celeridad con que todo se produjo, esta familia confía en que las ayudas lleguen con rapidez y el barrio, que iba a ser el epicentro de la festa del camí dels Carros, que se prolonga durante dos fines de semana, recupere la normalidad, «aunque creemos que tardaremos en recuperarnos de esto», apuntaba otra vecina que afirmaba haberlo perdido todo tras el desbordamiento.
Los problemas en la ciudad de Ontinyent no se limitan sólo al barrio de la Canterería. Existen otras contingencias que se deberán ir resolviendo poco a poco: los colectores fueron arrastrados por la fuerza del temporal y la ciudad está vertiendo directamente al río. Además, en la jornada de ayer se derrumbó parte de una vivienda en la calle Sant Antoni aunque sin producirse daños personales.
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