Una prueba del exoesqueleto en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. LP

Volver a andar gracias a la IA

Un investigador valenciano desarrolla un exoesqueleto inteligente que convierte el pensamiento en movimientos

Pablo Alcaraz

Valencia

Domingo, 6 de octubre 2024, 01:32

La inteligencia artificial ha superado cotas que hasta hace bien poco parecían impensables, inimaginables para la mente humana. Pero el uso de esta tecnología en el ámbito sanitario es un reto todavía por explorar que presenta un abanico con infinidad de posibilidades. Paso a ... paso, la IA ha llegado a un punto en el que sus logros pueden llegar a categorizarse de milagros, pese a que aún quede un largo camino por recorrer. Para todos aquellos escépticos de los algoritmos, el revolucionario exoesqueleto inteligente desarrollado por el ingeniero informático, doctor en Telerobótica y catedrático ilicitano José María Azorín y su equipo es una muestra de ello.

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«Nuestro objetivo es ser capaces de ayudar a que personas con limitaciones motoras puedan volver a caminar sin la necesidad de utilizar cirugía invasiva», relata Azorín sobre el cometido del Brain-Machine Interface Systems Lab de la Universidad Miguel Hernández de Elche, grupo de investigación del que es director. La manera en la que han conseguido mejorar los tratamientos de personas que han sufrido accidentes cerebrovasculares o lesiones medulares ha consistido en superar los modelos de exoesqueletos tradicionales, tarea para nada fácil y sobre la que han estado trabajando más de 15 años. Para ello, Azorín y su equipo han sido capaces de desarrollar unas interfaces cerebro-máquina que se encargan de captar la actividad cerebral humana para, mediante el empleo de sistemas de inteligencia artificial, es decir, sus pensamientos, para decodificarlos y convertirlos en movimiento.

La implementación de la IA dentro del campo de la neurorehabilitación ha sido el elemento diferencial que ha llevado a este grupo investigador valenciano a la vanguardia por su alto grado de innovación. De hecho, la relevancia del proyecto ha sido tal que ha logrado atraer otros dos planes investigadores financiados por el Ministerio de Ciencia relacionados con estos avances en neurociencia.

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Otro de los pilares fundamentales del proyecto de exoesqueleto inteligentes consiste en la estrecha colaboración con los hospitales dado que, según comenta este investigador que también colabora con la Escuela Valenciana de Postgrado y Red de Investigación en Inteligencia Artificial (ValgrAI), «son los que pueden utilizar esta tecnología con sus pacientes». En este sentido, Azorín resalta sus ensayos en algunos de los clínicos españoles de referencia como el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, el Instituto Guttmann de Barcelona, el Hospital de Los Madroños de Madrid o, en clave valenciana, sus sesiones en La Fe de Valencia o el General de Alicante.

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El exoesqueleto con IA desarrollado por este grupo de investigadores de la UMH no sólo es aplicable a pacientes crónicos que sufren alguna patología que les impide andar, sino que también resulta de gran ayuda para la rehabilitación de lesiones con afección a extremidades como brazos o piernas. «Esta tecnología puede ayudar a recuperar las funcionalidades o contribuir a hacerlo de manera más rápida a los pacientes que estén inmersos en un proceso de recuperación», asegura Azorín.

La opinión de este experto de los modelos de exoesqueletos existentes hasta la fecha es que son como «robots controlados con botones o joysticks que se acoplan a las extremidades naturales humanas». Azorín se refiere a que con la revolucionaria tecnología desarrollada por su equipo se dejan de lado este tipo de prácticas para centrarse en nuevo parámetros de análisis para su funcionamiento: «Darle a un botón para moverse no es lo que el ser humano hace de forma natural, la persona debe hacer la tarea mental de manera voluntaria».

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Tecnología 'low-cost'

De cara al futuro, y consciente del alto coste de recursos tanto económicos como de personal especializado y clínico que supondría implementar esta tecnología dentro del Sistema Nacional de Salud, Azorín desvela que ya están trabajando en el desarrollo de una tecnología de bajo coste basada en el uso de un casco con electrodos para configurar sistemas de recopilación de señales fotográficas económicos de un coste aproximado a los mil euros.

Actualmente, según comenta este investigador, el coste de un exoesqueleto puede rondar los 60.000 euros, cifra a la que cabría sumar el importe de poner en funcionamiento el equipo de registro de señales cerebrales, dispositivo que se aproxima a los 30.000 euros.

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A su vez, desde el laboratorio universitario ilicitano han iniciado el desarrollo de exoesqueletos enfocados a articulaciones o partes del cuerpo específicas en lugar de para todo el cuerpo: «Estamos trabajamos abaratando la tecnología con la esperanza de que esto pueda ser transferido en un corto periodo de tiempo a los hospitales».

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