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J. A. MARRAHÍ / E. RODRÍGUEZ / Á. SERRANO / J. BATISTA / N. CAMACHO / M. RODRÍGUEZ / C. RUBIO | FOTOGRAFÍAS: D. TORRES / I. MARSILLA / M. PUJADAS / S. TZOVARAS / J. SIGNES / I. ARLANDIS
Domingo, 2 de mayo 2021, 00:12
No importa la edad, dedicación o condición social. La pandemia ha congelado un sinfín de planes personales y profesionales que ahora, cuando al fin se atisba algo de esperanza, empiezan ya a desperezarse tras más de un año de miedo e incertidumbre. Países como Israel se quitan la mascarilla y la vacunación tiende a acelerarse en España con la llegada de las monodosis de Janssen. Los valencianos ya vislumbran la posibilidad de ver materializados los sueños atrapados entre cautelas, restricciones o parón económico.
La lista es interminable: abrazar a un nieto, volver a reunirse con los mayores, lanzar el proyecto empresarial soñado, estudiar en Europa, contraer matrimonio, celebrar la graduación o la mayoría de edad a lo grande sin que sea una fiesta ilegal, salir de la región o de España.
La vacunación masiva abrirá la puerta a ese mar de propósitos, en especial el de los reencuentros familiares que aún son de especial riesgo para las personas mayores. Según Sanidad, en la Comunitat, y hasta el jueves 22 de abril, habían recibido pauta completa de inmunización un 83% de las personas de 80 años o más, un 3% de los septuagenarios y poco más de un 4% de los comprendidos entre 60 y 69. Pero el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha insistido: «En junio estarán vacunados todos los mayores».
En el plano de la movilidad, la Comunitat sigue cerrada. La incógnita es qué sucederá a partir del 9 de mayo, cuando decaiga el estado de alarma. Volver a viajar es uno de los planes más anhelados. Salir al extranjero sigue sujeto a importantes limitaciones: test previos, las cuarentenas o una larga lista de países donde aún no es posible, con una caída histórica en el número de vuelos con salida o destino en la región.
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Según cifras de AENA, la Comunitat recibió en Semana Santa, 304 vuelos internacionales en Manises y El Altet. Son sólo un 10% de los que llegaron en 2019, antes del estallido de la pandemia. Como mostraba el viernes la plataforma de viajes Kayak, sólo hay 43 países del mundo sin restricciones.
Otros planes anclados están relacionados con la restauración. La Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores (AECOC) aporta estas terribles cifras; los niveles de consumo en el sector siguen un 12% por debajo de los registrados antes del Covid. En enero el descenso llegó a situarse en un 40%. Y actualmente hay un 7% de establecimientos inactivos.
Raquel Montesinos es directora de la Asociación Valenciana de Jóvenes Empresarios: «Hay en la recámara proyectos relacionados con eventos, turismo u hostelería. También con la higiene ante el virus. Nos hemos dado cuenta de la importancia de la desinfección o la ventilación y en el futuro veremos iniciativas nuevas en estos frentes». Cita el ejemplo de una nueva marca de cervezas artesanales, un proyecto de limpieza para hoteles o el de ninots de Falla para regalo con material ecológico. Otros muchos planes pospandemia consisten, simplemente, en celebrar: un cumpleaños con una gran fiesta, una boda, una graduación... Según el INE, los matrimonios en la Comunitat cayeron a la mitad en el primer semestre del año pasado. Hubo poco más de 3.500 bodas, la cifra más baja en este periodo desde que hay registros. La contención augura un aluvión de enlaces aplazados para cuando la pandemia remita y aumenten los invitados permitidos.
Desde mañana, la Comunitat abre la mano ligeramente en este punto: en las ceremonias religiosas o civiles y el posterior convite se fija el límite en un 50% de la capacidad de los recintos.
Vibrar, saltar y bailar en un concierto es otro ingrediente en el caldero de ilusiones futuras. Bien lo sabe José Manuel Casañ, al frente de Seguridad Social, con disco y gira en un horizonte de mejoría de la pandemia. Encarna la realidad de los artistas musicales. Para ellos los directos son fuente esencial de ingresos y ahora sobreviven a duras penas con actuaciones muy limitadas en aforo. Muchos ofrecen a sus fans la posibilidad de apoyarles con donativos en redes sociales.
Desde mañana el aforo en las salas de cine, teatro o conciertos salta del límite del 50 al 75% de su capacidad. Y en los eventos multitudinarios se ha fijado un máximo de 2.000 personas para festivales y conciertos.
En lo deportivo, las esperanzas de atletas de élite valencianos están fijadas en la aplazada cita olímpica de Tokio. Y en niveles más bajos, en que revivan con normalidad todas las competiciones escolares. Es la ilusión de Hugo, un niño valenciano de 11 años que lleva año y medio sin poder hacer lo que más le gusta: «Marcar goles para La Salle Paterna» en su categoría de alevín. «Mi mayor ilusión es que vuelvan los partidos», clama.
Los universitarios también ven acercarse ya el día de materializar inquietudes encadenadas. Y no sólo las aún imposibles fiestas o paellas. En clave estudiantil, miles de alumnos esperan a que termine la crisis para saber, de verdad, lo que es la vida real del universitario en los campus: jornadas completas y no semipresenciales, unas relaciones sociales completas o actividades lúdicas o complementarias sin restricciones.
En cursos previos, la pandemia se ha llevado por delante actos de graduación, fiestas y viajes de fin de curso y buena parte de la acción participativa de las Ampas ante las limitaciones.
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Javier Bienzobas (Gráficos) y Bruno Parcero
Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
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