B. G.
Ontinyent
Miércoles, 16 de noviembre 2022, 14:12
La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a cinco años de prisión por un delito de abuso sexual con acceso carnal a un celador del Hospital de Ontinyent que sometió a tocamientos en sus partes íntimas y a otros actos de tipo sexual a una paciente, menor de edad, mientras estaba anestesiada tras una operación.
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La Sala le impone además el pago de una indemnización de 6.200 euros por los daños morales y los perjuicios personales que sufrió la víctima a consecuencia de los hechos.
Asimismo, el condenado no podrá ejercer como sanitario durante el tiempo que dure la condena y queda inhabilitado para cualquier profesión u oficio, retribuido o no, que conlleve contacto con menores de edad por un tiempo superior a cinco años al de la duración de la pena de prisión.
En sus fundamentos de derecho, el tribunal expone que "el atentado a la indemnidad sexual de la mujer fue muy intenso, pues se llegó a la penetración de miembros. Además, no cabe sino valorar negativamente las circunstancias de tiempo y lugar, en un hospital, por parte de un celador de la sanidad pública al que es confiado el cuerpo de una mujer saliendo de una anestesia e incapaz de mostrar oposición a su baja acción".
La Audiencia rebaja la pena solicitada tanto por el Ministerio Fiscal y la acusación particular, que pedían 10 años de prisión por estos hechos. Además, la acusación pedía 15 años de inhabilitación absoluta para ejercer como sanitario y 15 años de inhabilitación especial para ejercer cualquier profesión y oficio, remunerado o no, relacionado con menores.
Por su parte, la defensa del acusado solicitó un año y seis meses de prisión. El ahora condenado reconoció que hubo tocamientos, aunque negó la penetración, declaración contradictoria con la testigo, la enfermera que le atendía.
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Según el relato de hechos probados de la resolución, que no es firme y se puede recurrir ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJCV, los abusos ocurrieron el 17 de mayo de 2021 cuando la víctima, que tenía 16 años en el momento de los hechos, se encontraba en la fase de reanimación tras haber sido sometida a una intervención quirúrgica.
Durante el proceso, la enfermera que la atendía levantó parte de la sábana de la cama para hacer una comprobación y descubrió que el procesado, celador sanitario, había introducido la mano en la braga quirúrgica de la paciente.
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La enfermera puso los hechos en conocimiento del centro sanitario. La menor sufrió perforación del himen, debido a que el acusado le introdujo varios dedos en la vagina, lesión de la que tardó cuatro días en curar.
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