El Instituto Geográfico Nacional instala acelerógrafos en Xàtiva y Ontinyent para controlar los terremotos

Xàtiva y Ontinyent han sido los municipios elegidos por el Instituto Geográfico Nacional (IGN) para instalar dos de los últimos acelerógrafos en la Comunitat Valenciana. Los otros están en Valencia capital y dentro de dos semanas se pondrá otro en Crevillent, sumando así un total de 16 en toda la Comunitat.

En el caso de Xàtiva ya existía uno y lo que se pretende con el nuevo es que sea complementario, explica el director del IGN en la Comunitat Valenciana, Ángel Requena. El objetivo es conocer el grado de posible peligrosidad de los terremotos que se producen en la zona. "Nos permiten ver cómo de brusco es el terremoto y evaluar cuál es el peligro sísmico, el riesgo de daños y muertes", señala Requena.

Requena subraya la diferencia que hay entre el acelerógrafo y el sismógrafo. La primera es el lugar de ubicación. El primero se ubica en ciudades, en zonas más urbanas. El segundo en zonas los más alegadas posibles a donde pueda recoger actividad humana. "Los sismógrafos son más sensibles, detectan sismos más lejanos y más imperceptibles para el hombre y para que no se saturen deben ubicarse en lugares aislados. Los acelerógrafos tienen un grado de saturación menor y se instalan en zonas urbanas porque es donde en caso de producirse un terremoto los daños personales y materiales serían mayores", explica.

La elección de Xàtiva y Ontinyent se debe a sus antecedentes. "Tuvieron terremotos importantes. Por aquí discurren varias fallas. Toda la zona del interior de Valencia es una zona sísmica activa", subraya.

Cabe recordar que estos detectores de terremotos se unirán al nuevo sismógrafo que la Unidad de Riesgo Sísmico de la Universidad de Alicante estudia instalar en Enguera, con toda probabilidad y que contribuirá a mejorar la prevención ante la actividad sísmica.

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