C. VELASCO
VALENCIA.
Viernes, 4 de octubre 2019, 01:17
Una escalera lleva hasta el cielo de San Nicolás. Es una construcción muy estrecha y zigzagueante de caracol que permite el acceso al techo de la Capilla de la Comunión. Nunca se ha podido entrar a este habitáculo. Hasta hoy. El edificio, conocido popularmente como la 'capilla sixtina' de Valencia, permitirá que un viernes al mes los visitantes entren en el recinto que desde ya es la zona accesible más alta de San Nicolás dado que al campanario y al rosetón no se puede subir. Será hoy cuando los más curiosos, no más de 15 personas, puedan recorrer este habitáculo porque este viernes es el primer día de las visitas.
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La cúpula de San Nicolás está al alcance de vecinos y turistas. «El espacio se ha consolidado y se ha habilitado para que los visitantes puedan recorrerlo. En una de las paredes se ve un grafito donde se representa el cuerpo humano. Estos dibujos, al parecer, son obra de Joaquín Pérez, el pintor que trabajó en los lienzos de la Capilla de la Comunión», explica el guía José Antonio Gómez. La existencia de estas figuras humanas evidencia que «en algún momento de la historia se impartió clase de anatomía» en el habitáculo, según Menta Valencia, empresa encargada de las visitas culturales en la parroquia de San Nicolás.
El acceso a las bóvedas de la Capilla de la Comunión forma parte de la visita premium, que incluye el Aula Capitular, la antigua fachada gótica y los frescos de la nave central. El precio de la visita, que se reserva por teléfono, son 15 euros.
Desde San Nicolás se pretende mantener vigente el atractivo del edificio tanto para el vecino de Valencia como para los turistas. Se aspira a ser reclamo de las visitas con recorridos culturales extras.
La parroquia de San Nicolás recobró su esplendor tras una restauración de tres años y un coste de 4,7 millones de euros. La rehabilitación fue desarrollada por el arquitecto Carlos Campos y la catedrática e investigadora de la Universitat Politècnica de València, Pilar Roig, bajo el mecenazgo de la Fundación Hortensia Herrero.
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Los frescos realizados por Dionís Vidal bajo las indicaciones del maestro Antonio Palomino -autor de la cúpula principal de la Basílica de la Virgen de los Desamparados- tienen un tamaño de 1.900 metros cuadrados, el doble de la extensión de la obra vaticana.
El tratado 'El museo pictórico y escala óptica' del propio Palomino, en el que describe la idea para la pintura de la Iglesia y que ofrecerá a su discípulo Dionís Vidal sirvió para marcar las claves temáticas y cromáticas de lo que iba apareciendo en el impresionante mural. El láser y la biolimpieza con bacterias, una técnica inocua que no daña el medio ambiente, han servido para eliminar suciedades difíciles de quitar de la superficie pictórica. Pero además, la manera en la que se han sustituido algunas partes de la obra de Vidal que habían desaparecido se ha hecho bajo la premisa de no realizar falsificaciones históricas.
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El origen de San Nicolás se remonta a una iglesia gótica levantada en el siglo XIII y que formaba parte de las denominadas primeras doce parroquias cristianas de la ciudad de Valencia. El primitivo edificio fue reformado a iniciativa de la familia Borja en estilo gótico entre 1419 y 1455. La iglesia constituye un claro ejemplo de transformación, pues conserva visualmente a estructura gótica pero está totalmente revestida con una profusa decoración gótica añadida en el siglo XVII.
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