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Ana Milán. Javier Mantrana
«La verdad, como el talento, siempre huele bien»

«La verdad, como el talento, siempre huele bien»

Ana Milán | Actriz ·

La intérprete alicantina, que ha participado en la segunda temporada de la exitosa serie de Netflix 'Paquita Salas', defiende que las nuevas plataformas televisivas sólo están llenas de talento

Lunes, 20 de agosto 2018

Violeta, así se llama el personaje al que pone cara la actriz Ana Milán (Alicante, 1973) en la segunda temporada de 'Paquita Salas', la serie producida por 'Los Javis' (Javier Ambrossi y Javier Calvo) que está arrasando y que, tal y como han anunciado, tendrá tercera entrega.

Hemos quedado en la cafetería de un céntrico hotel de Madrid. Cuando me descuido llevamos media hora conversando y todavía no ha comenzado la entrevista. En ningún momento me pregunta sobre el tiempo que tenemos para esta cita profesional, ni me propone una hora de finalización, como ella dice, el tiempo simplemente es el aquí y el ahora, «para mí lo importante es la persona de carne y hueso que tengo delante».

-Wikipedia dice que es usted actriz, presentadora, modelo, periodista y escritora.

-Wikipedia me quiere más de lo que me quiero yo, porque ni haber sacado dos libros te convierte en escritora, ni desfilar siendo adolescente en modelo, ni una titulación en periodista. Yo llevo una periodista dentro, soy una preguntona y una curiosa y esa es la base del periodismo, que te interese el ser humano y la historia que tienes delante, pero tengo que hablar seriamente con Wikipedia. Yo diría que soy actriz.

-¿Mira si lo actualizan?

-Creo que nunca he entrado en mi Wikipedia. (Se estira para coger el móvil, se detiene, me mira y ríe). Me han entrado ganas de entrar a verlo ahora mismo. Voy a entrar esta tarde (risas).

-Confiese, ¿ha buscado en Google su nombre?

-Sí, en una etapa de mi vida… Y cuando vi que había resultados de páginas del corazón, pensé «¡buf!». Hay un currículum profesional mucho más atractivo e interesante. Me sorprendió la cantidad de mentiras.

-¿Mentiras?

-No puedes salir con un íntimo amigo porque si te pilla un fotógrafo pasa a ser tu novio, aunque esa persona tenga pareja. Y hay mujeres que de repente se ven expuestas. Ahora a mis amigos los abrazo en mi casa, no se me ocurre hacerlo en la calle. Y me parece mal, porque le resta naturalidad a la vida.

-Entre cine, series, y teatro, ¿con cuál se queda?

-Con las series. Es mi hábitat natural. Es donde he pasado los últimos 17 años y me gusta la sensación de crear familia, de saber si a la chica de vestuario le ha dejado de doler la cabeza o si el niño de la señora de la limpieza se lo ha pasado bien en el campamento. Me gusta charlar con el director de manera continua y me encanta la estabilidad emocional-laboral que te da una serie. Además, siempre he tenido la suerte de estar en series de éxito, en 'Yo soy Bea' estuve mucho tiempo, también en 'Camera Café', 'Física o Química'… Todas se han ido alargando.

-¿Qué tal compaginan los términos 'mujer' e 'interpretación'?

-No he sentido nunca que estén enfrentados. A no ser que quieras preguntarme algo más concreto…

-¿Machismo?

-Sería incapaz de separar el machismo que hay en el mundo de la interpretación del de la vida. El machismo que pesa es el de la vida. Es otro techo de cristal con el que nos encontramos, seas dependienta, alta ejecutiva o actriz. ¿Puede ser que un productor nos prometa un papel a cambio de sexo? A mí no me ha sucedido nunca, mis cauces siempre han sido muy normales. Pero, basta con que compañeras se hayan encontrado con eso…

NUEVAS PLATAFORMAS

-Vayamos a las nuevas plataformas, 'Paquita Salas' es una gran muestra del éxito que tienen, ¿está ahí el futuro?

-El futuro siempre está en el talento y 'Los Javis' lo tienen. El talento es como la luz, innegable, no puedes negar que es de día porque, aunque bajes las persianas, es de día. Y las nuevas plataformas también son el talento de crear una gran sala de cine donde por una cuota muy baja accedes a todo el arte y no tienes excusa para descargarte nada. ¿Tienes dinero para dos cañas? Pues tienes para ver todas las pelis y series que quieras. Y ahí no hay un solo espacio para la basura, el cotilleo, el daño y la apología de lo triste. Todo es talento. Y puedes decidir cuál vas a consumir.

-¿Pueden suponer una crisis para la televisión convencional?

-Lo supondrán, pero todavía queda. Hay toda una generación que ahora tiene 50 años, y que no se me enfaden los de 50 que yo voy de camino, que no tiene Netflix ni sabe qué es eso. Pero, evidentemente, las nuevas plataformas están cambiando la televisión, el horario de 'prime time', y la opción de verlo tantas veces como quieras y cuando te dé la gana.

- ¿Todo es talento?

Sí. Y puedo seleccionarlo, porque el que yo consumo no es el que tú consumes. A mí, por ejemplo, no me gustan las series de asesinos, tengo mucha neurona espejo y me da la impresión de que me están matando a mí. Me dan hasta contracturas.

-Pero, si sabe mejor que nadie que es sólo ficción…

-Ya, pero yo estoy ahí metida y salto y hago cosas muy raras. Pero, no puedo decir que eso no es talento, es muy bueno, pero yo no lo quiero consumir. Puedo decidir ver 'Gossip Girl', que no me pega nada, o 'The Handmaid's Tale' que me parece la mejor serie que se ha hecho nunca. No te encuentras en mitad de un programa de ¿qué es esto? Nadie se grita.

-También se evita la publicidad.

-Cuando el programa o la serie es buena, entiendo la publicidad, sirve para pagar, si estoy viendo una serie estupenda no me molestan diez minutos de publicidad.

-Las nuevas generaciones no tienen tolerancia a la espera, pasa igual con las páginas de Internet que tardan en cargar.

-Pues os vais a meter una hostia en la vida como un piano de cola. Aunque ahora que lo dices, me acabo de visualizar pensando «¡ay! No carga» y cerrando la página.

SOCIEDAD Y CULTURA

-¿Estamos viviendo un cambio en la sociedad?

-Totalmente. Ahora la gente se atreve a decir quién es, cómo es y qué quiere ser y tiene la valentía de decirle al de enfrente con mucha firmeza: «¡Y no me juzgues!» Estamos viviendo un momento decisivo para las mujeres, dándole todo el sentido a las que lucharon para que pudiéramos votar, que fue anteayer, que parece que se nos olvida. Mira, se me pone la piel de gallina.

-¿A mejor?

-Es un momento precioso porque cada uno puede ser quien quiera ser y, faltaría más, amar a quien quiera. Lleno de luz y donde la gente cada vez está más unida. Se ha generado una cosa maravillosa entre las mujeres, nos hemos hermanado.

-¿A qué se refiere?

-Yo recuerdo en la manifestación contra La Manada que había muchos carteles que ponía «yo sí te creo, hermana». ¡Qué maravilla! Que entre nosotras nos protejamos y que los sigamos queriendo mucho a ellos, porque insisto, no tengo ninguna intención de putear a un hombre por ser hombre.

-¿Y en la cultura?

-Nunca hemos tenido tanta a nuestro alcance. Con un solo clic puedes escuchar al genio que te dé la gana. Yo le digo a mi hijo algo que aprendí de mi amigo Anxo Pérez, que dedique 30 minutos a escuchar una conferencia de algo de lo que no sepa nada y eso le abrirá el mundo. Además, se está viviendo un momentazo con el cambio de Gobierno, atendiendo políticas sociales que eran necesarias, enfrentándonos a temas espinosos como la eutanasia, la brecha salarial… Y todo eso está lleno de luz. No me apetece que lo tiñan de alquitrán.

Javier Mantrana

REDES SOCIALES

-Hay una frase mítica que dice en la serie: «tengo a Pérez-Reverte tuiteando compulsivamente contra la productora», ¿le sigue?

-No. Es un hombre que me provoca algo de amor y parte de enfado. Hace mucho tiempo que no juzgo a nadie por titulares y que sé que la cercanía con alguien siempre te va a descubrir un mundo que no puedes imaginar. Yo con Pérez-Reverte, que tiene todo mi respeto, me encantaría sentarme una tarde, de hecho, le invito a tomar un café.

-Está muy presente y siempre responde en las redes sociales

-Siempre respondo. Me hace mucha gracia esa gente que tiene 20.000 seguidores y sigue a tres. Las redes tienen que ver con compartir y con la educación. Hay gente que se me ha ido la pinza y a la semana le he escrito para pedirle perdón. Intento contestar a todo el mundo.

-Dice mucho de una persona

-Sí, ¿eh? Aquí (señalando hacia arriba refiriéndose a la gente subida) no existe. Somos mientras estamos, mientras nos quieren. Y eso de una serie tras otra, tras una peli, tras otra peli, eso es mientras estás. Si no te quieren desapareces. A mí me sale natural, no es nada forzado. La mayoría son emoticonos, no da el día para contestar mil mensajes, pero ¿contestar o marcar favorito? Claro.

- Sigue en Twitter a Pedro Sánchez, Abert Rivera, Cifuentes, muchos medios de comunicación… Nadie de Podemos.

-No ¡eh! (ríe). Yo hubiera dicho que sí, fíjate.

-Lo he estado revisando, pero se me puede haber pasado…

-Seguro que tienes más razón que yo. Podemos no me interesa demasiado. Pero, también sigo a Mariano Rajoy. Ah no, él me sigue a mí. Me sigue Pedro Sánchez, Ciudadanos… Soy absolutamente ecléctica. Me sigue Bea Talegón. (Coge el móvil y me enseña que Mariano Rajoy le sigue). ¡Mira qué maravilla! (ríe). Y el de Esquerra que es superpolémico…

-¿Gabriel Rufián?

-Sí, Rufián me sigue (ríe). Yo no. En Podemos se han ocupado demasiado de ellos mismos, me falta transparencia en ese partido. Han sucedido cosas y no se han posicionado.

-¿Como el chalé?

-Cada uno tiene todo el derecho a tener la casa que quiera. La cosa no es qué casa tiene Pablo Iglesias, la cosa es a qué tipo de casa puede acceder la población, eso es lo que verdaderamente me importa. Si los dos están currando y pueden pagar una hipoteca, adelante. Eso sí, estaría mejor que no lo criticaran, sobre todo por ellos. A mí me da absolutamente igual.

POLÍTICA

-Imagine por un momento…

-Me encanta imaginar por un momento.

-Suena el teléfono y no conoce el número, es Pedro Sánchez ofreciéndole la cartera de Cultura.

-Me descojono y le digo que qué le pasa en la cabeza. Que en esa cartera tiene que estar alguien realmente preparado tanto en cultura, como en gestión. No es un juego y probablemente Cultura, junto a Industria y Sanidad, sean las carteras más importantes. A mí José Guirao me parece maravilloso, aunque es verdad que ha escogido un plantel donde, muy bien algunos, pero me faltan representaciones más treintañeras, gente más joven. Toda su gestión en Caja Madrid y con La Casa Encendida ha sido buena. Y sobre todo es un hombre muy culto.

-¿Y Màxim Huerta?

-Se merecía, como mínimo, un voto de confianza. Lo que le pasó a Màxim nos ha pasado a muchos. Montoro se sacó una ley de la manga con carácter retroactivo. Fue muy injusto porque nos afectó a todos los que habíamos formado empresas ante notario y pagando impuestos. Parecía más un tema personal desde el 'No a la guerra' que de gestión. Yo entiendo que se vieron sin un duro y había que sacar dinero de donde fuera, pero estaría muy bien que antes de juzgar de una manera tan salvaje se supiera la verdad.

-À Punt, ¿cuán necesaria cree que es una televisión pública?

-Canal 9 en su momento estuvo gestionada maravillosamente bien, igual que Telemadrid, con cuotas de pantalla muy altas. Yo no sé si la palabra es 'necesaria'. Necesario por necesario tenemos las camisetas de algodón, la leche, el pan… Pero, claro que tienen que estar y tienen que ser bien gestionadas. Necesitamos gobiernos que no roben y que quieran gestionar, porque hay muchos puestos de trabajo en juego y mucho talento. Y con los impuestos de todos, dinero hay de sobra, lo que no hay es para robar y gestionar. Hay que elegir.

-Pero, la cerraron.

-Sí y muchos amigos se quedaron sin cobrar películas, contratos firmados… Un desastre. Y eso está en el chalé de alguno. Fue un caos. Hemos pasado una etapa de mucho sinvergüenza en el poder.

- ¿La hemos pasado?

-Creo que sí.

PERSONAL

- ¿Se ha olvidado la Comunitat de Ana Milán?

-Noooo. ¿Por qué? Tengo cara de ciudadana del mundo. No sé. Nunca me he sentido olvidada, tampoco es que yo vaya de valenciana por la vida, sería absurdo, porque en cualquier caso debería ir de alicantina por la vida.

- Ha sido portada en revistas, ¿cómo lleva su relación con la prensa del corazón?

Hace mucho tiempo que no salgo, porque hace mucho que me encargué yo de ello. Mi relación es estupenda, lo que pasa es que quiero que sea nula. Entiendo las páginas de sociedad y me chiflan. Lo que me molesta es la compraventa de miserias humanas y cuando son inventadas ya me parece de necrología. No pueden ganar dinero con mi vida cuando yo les estoy pidiendo intimidad y respeto, porque soy actriz, mi trabajo comienza cuando dicen cinco y acción.

-¿Cuánto hay de usted en sus personajes? ¿Si fuese un hombre utilizaríamos los mismos adjetivos?

-Si mi personaje fuera un hombre sería un 'sex symbol'. Pero, cuando son mujeres, son unas bordes. ¿Cuánto hay de mí? A veces mucho, a veces nada. Yo tengo muy poca mala leche, me salva mucho el humor, tengo mucho. Y sobre todo tengo mucho sentido del amor, de no herir. Creo que soy fuerte como muchas de ellas, pero me separa la maldad.

-Dice que los grandes siempre son humildes.

-Siempre. La humildad es absolutamente necesaria para poder seguir observando y ver la belleza del de enfrente, si dejas de verla, te conviertes en Narciso mirándose en el lago. Puede que seas un gran actor, pero eres gilipollas.

-¿Y cree que es mala la sinceridad?

-Está sobrevalorada. Cuando tu sinceridad puede herir a alguien hay que edulcorar. Tratar de no herir al de enfrente. Me parece necesaria, pero ni a toda costa, ni a costa de todo el mundo. Es maravillosa en tanto que no arrase al otro y lo tumbe.

-Puso en twitter «esa extraña manía de rebajar a uno para poner en valía a otro»

-Leí un artículo en el que ensalzaban a alguien en detrimento de otra persona y pensé: ¿Para qué? ¿Dónde está la necesidad? La gente tiene corazón y curra muy duro. Que no te guste no significa que esté mal hecho. La gente sale de barrios muy chungos hasta llegar a una discográfica, a un casting, a un programa o a terminar su libro. Y llega alguien y desde su sitio de poder dice: «Esto es una mierda».

-¿A eso se refiere con la sinceridad?

-Sí, ¿es una mierda porque lo decretas tú, policía de la verdad? ¿Así funciona el mundo? Sin importarte el esfuerzo de una persona… Que posiblemente no tienes ni idea ni de flamenco, ni de rap, ni de trap, que yo no sé ni qué es el trap. La revolución de la elegancia, por favor.

-¿Revolución de la elegancia?

-Ser impecables en las palabras y poder decir la verdad teniendo en cuenta al otro. Tratarnos bien, ser cordiales, educados, simpáticos, que se nos ha olvidado. España parece los Balcanes ya, estamos «amargaos». Qué tal si nos quitamos los complejos y nos atrevemos a decir «fulanita de tal es maravillosa». ¿A que parece que me falta un trozo de la frase?

-Dijo en una entrevista que la pregunta que se haría si hubiese ejercido de periodista sería: «Ana, teniendo todo lo que tienes ¿eres feliz?»

(Se produce un largo silencio y sonríe) Pues sí lo soy. De hecho, creo que todos somos más felices de lo que pensamos. (Piensa y vuelve a sonreír). Sí lo soy. Con momentos en los que no me doy cuenta, también te digo. Me parece una muy buena pregunta.

-¿Somos más de lo que creemos?

-La gente se machaca mucho mirando las redes sociales y el problema es que el filtro 'Valencia' lo pone todo dorado. Incluso a mí, que conozco ese mundo desde dentro, me provoca cierta ansiedad. Parece que la gente vive entre cruceros, amaneceres en Malibú, atardeceres en Palm Beach, tiendas de Dolce&Gabbana y restaurantes vegeto-unicornios. Todo eso es mentira. Tiene fogonazos de verdad, pero es como el pelo de los anuncios, que son extensiones. Eso no es la felicidad.

-¿Hemos creado un falso escaparate?

-Sí. Lo que pasa es que la verdad, como el talento, siempre huele bien. Es importante que los jóvenes sepan que todo eso es mentira, que tienen un pelo precioso, aunque no sea el de los anuncios de champú.

-¿Estamos obsesionados con las fotos de lo que comemos?

-Eso caerá de manera natural, el ser humano siempre va a acabar buscando el calor y cuando pasemos todos por una clínica de desintoxicación y se nos caigan los móviles de las manos… Mi botón favorito es el de avión. Lo pongo tanto rato. He aprendido a no contestar WhatsApp de manera inmediata, mi prioridad siempre va a ser la persona de carne y hueso que tengo delante. El móvil debe estar a mi servicio, para llamar, mandar mensajes y para contestarlos cuando pueda. Y esto también pasará, en los ochenta fue la heroína y aquí estamos.

FAMILIA

-Usted que es madre sabe que ahora los niños si no tienen el móvil se aburren.

-Ellos no lo tienen tan fácil como nosotros, están bombardeados a estímulos y no tienen la calle para ellos. Yo llegaba, soltaba la mochila en la puerta de mi casa, mi madre me arreaba un bocadillo de salchichón, me bajaba y subía hecha unos zorros a las nueve y media de la noche.

-¿Y su hijo?

-Mi hijo nunca ha tenido Play, pero le dejé construirse una cabaña en un árbol. La gente me decía: «Estás loca, ¿y se clava un clavo?» Y yo contestaba: «¿Tú conoces a alguien que haya crecido con un clavo dentro?» Pues se lo sacarán, le darán un punto y le pondrán la antitetánica. ¡No sabes qué cabaña se construyó! Le pusimos escalera, cabían dos y merendaban ahí. Si él decía: «¿Me puedo construir?» Sí. «¿Me compras una Play?» No. No quiero que mates gente en una pantalla. Me da asco sólo de pensarlo.

-¿Es culpa de los padres?

-Como padres estamos haciendo lo que podemos y yo abogo mucho por abandonar culpa y pecado. Tenemos derecho a ser una mierda de padres, porque no sabemos cómo va. Esa educación judeocristiana que se golpea el pecho mientras admite «por mi culpa, por mi culpa y por mi gran culpa», pues, mire, será la suya. Yo me levanto intentando ser muy buena persona cada día y hay veces que me puedes pillar con el día mal. En el mundo hay mucha más gente fantástica que gente que ha intentado joderte la vida.

-¿Existen los padres perfectos?

-No puedes ser una madre perfecta, lo único que le puedes dar es amor y libertad, para que vuele, para que se equivoque, para que encuentre su camino… Hay padres con una 'megaultraprotección' que acaban haciendo niños inválidos frente a la vida. Si viene la vecina a reñir a mi hijo yo me doy un punto en la boca, porque es la tribu la que educa, como me educaron a mí. El mundo te educa, tú tienes que formar parte del mundo y si molestas a alguien, que es más mayor que tú, tiene derecho a decírtelo.

CINE Y LITERATURA

-Volvamos a usted, ¿qué le llevó a escribir 'Sexo en Milán' y 'Voy a llamar a las cosas por tu nombre'?

-Fueron una necesidad absolutamente vital. 'Sexo en Milán' lo escribí desde la ilusión y el segundo porque desde el caos está muy bien generar algo bello.

-¿Son «consejos vendo que para mí no tengo»?

-No. Hay pocos consejos, sobre todo en el último. En el primero hay algo de fantasía, siempre decía que no era un libro, que era un sorbete de entre platos. Pero, el segundo tiene pocos consejos y muchos desgarros, otra cosa es que uno se vea reconocido, eso sí. Yo doy pocos consejos.

- ¿Por qué no hay en el cine español un movimiento #MeToo?

-Porque no somos Estados Unidos. Nuestra industria es infinitamente más pequeña, ni se manejan las mismas cifras, ni existen actrices que puedan aportar tres millones de dólares para contratar abogados y combatir. Mientras ellos tienen 2.000 productores, nosotros tenemos 20. ¿Por qué ellos pueden hacer 'Friends' y que cada uno cobre un millón por capítulo? Porque lo va a ver el planeta entero. Estados Unidos es Estados Unidos, España es España. No tenemos la misma manera de hacer las cosas, en unas cosas para bien y en otras para muy mal.

-Pero, ¿cree que ha existido el mismo problema?

-Sí, en el mundo entero. En los últimos meses, por ejemplo, estamos viendo denuncias de violaciones en India de las que no teníamos ni idea hace dos años y no es que hayan empezado a violar ahora, es que se están poniendo encima de la mesa y se están gestionando de otra manera. Y estamos diciendo: «Ah, pues resulta que en India no solo hay ashrams maravillosos donde ir a meditar y aprender yoga». Es que allí con nueve años te violan y la policía no te defiende. En Estados Unidos se pone todo antes encima de la mesa, pero, poco a poco. Lo estamos haciendo bien.

PARA TERMINAR

- ¿Se interesa por la política?

-No interesarse por la política es no interesarse por tu propia vida, porque después tus hijos estudian en colegios con un determinado presupuesto que depende de quién esté gobernando. A la vista está, la desastrosa política de Rajoy que parece que estaba deseando un país de analfabetos. La política es lo que rige nuestra inversión en I+D, lo que rige la cultura, la industria, los impuestos, el robo excesivo como las plusvalías y las herencias.

-Explíquese

-Es alucinante, tu padre lo pagó, y ahora usted me va a dar un 30% ¿con base en qué? La política rige tu vida y da igual que quieras vivir la fantasía de ser un anarquista. Para eso tienes que comprarte un terreno en Nueva Zelanda, ocultarte, irte muy rápido y no volver a tener contacto humano. A mí hay una cosa que me aterra mucho y es la gente que decide ser de un partido político sin escuchar a los demás. Esto no es el fútbol. La gente verdaderamente inteligente tiene la capacidad de cambiar de partido dependiendo de cómo actúen. El partido al que voto no es fijo en mi vida, no le debo lealtades tóxicas a ningún partido. Porque son lealtades tóxicas, cuidadito con ellas. Estar ahí afiliado como si te vinculara algo, como si te fueran a cuidar a ti específicamente… ¡No hombre, no!

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