Antonio Ferrandis: el maestro de escuela que ganó un Oscar de Hollywood

'Volver a empezar' (1982) recaudó 190 millones de pesetas en España. El título de José Luis Garci supuso el primer Oscar a la mejor película de habla no hispana para el cine español. Garcí tenía 39 años cuando recibió de la actriz Luise Rainer la estatuilla en el Dorothy Chandler Pavilion de Los Ángeles. El cineasta viajó a Hollywood acompañado por Encarna Paso y Antonio Ferrandis, protagonistas del filme. Todo eso sucedió el 11 de abril de 1983. En aquella época un periódico costaba 35 pesetas; 'Embrujada', de Tino Casal, era una de las canciones que más sonaba en las radios, Severiano Ballesteros ganaba por segunda vez un Master de Augusta con un total de 280 golpes y el país lo presidía Felipe González.

Ese día Antonio Ferrandis, del que hoy se cumplen 100 años de su nacimiento, ganó un Oscar. Sostener una estatuilla dorada fue uno de los hitos profesionales del actor valenciano, que forma parte del imaginario colectivo por su ser Chanquete, un papel que convirtió a Ferrandis en el hombre más popular del país durante unos años.

Ferrandis, natural de Paterna, aunó talento interpretativo, reconocimiento profesional y éxito popular. La fama por 'Verano azul' ha eclipsado el prestigio de uno de los grandes del cine y del teatro españoles. Para el gran público la trascendencia social de la serie de Antonio Mercero dejó en segundo plano sus papeles a las órdenes de Luis Buñuel ('Tristana'), Luis García-Berlanga ('El verdugo' y 'La escopeta nacional'); de Jaime de Armiñán ( 'Mi querida señorita'); y de Mario Camus ('Con el viento solano'). Ferrandis es más que Chanquete. Nominado al Goya por su papel en 'Jarrapellejos', de Antonio Giménez Rico, su nombre está vinculado a la historia del cine español por su participación en 'Sor Citroen', 'Marcelino, pan y vino', 'Memorias del general Escobar', 'Réquiem por un campesino español', etcétera.

No renegó del personaje catódico, que le granjeó el cariño de la sociedad, pero sí trató de mantener cierta distancia con el pescador jubilado que marcó a varias generaciones de niños y enamoró a millones de españoles en la pantalla de televisión.

Antonio Ferrandis, cuya carrera no estuvo especialmente vinculada a la Comunitat, se hizo actor profesional después de ejercer de maestro de escuela en su pueblo natal. «Dio clases en el que hoy es el Colegio Cervantes durante unos meses», recuerdan sus familiares. No deja de ser paradójico que Ferrandis consiguiera el Oscar en una película en la que interpreta a un profesor. En el caso del largometraje de Garci, se trata de un exiliado que regresa a su Asturias natal.

Antes del cine y la televisión, se curtió en las tablas. En Valencia debutó en el teatro Eslava con 'Militares y paisanos', según la familia de Ferrandis. El veneno del teatro empezó con la compañía de Antonio Vico y Carmen Carbonell con la que giró por España. Se instaló en Madrid y tras encadenar pequeños papeles formó parte de la compañía nacional del teatro María Guerrero, donde consiguió importantes éxitos con 'El rinoceronte', de Ionesco; 'Los verdes campos del Edén', de Antonio Gala, o 'Los caciques', de Arniches. En 1970, logró el Premio Nacional de Teatro.

Tuvo una carrera con altibajos. Combinó largas temporadas sin trabajo con proyectos de éxito. Desde principios de la década de los noventa se prodigó poco en la interpretación. Su carrera no estuvo muy vinculada al cine realizado en Valencia, aunque su última película fuera la producción valenciana 'La tarara del chapao', dirigida por Enrique Navarro.

Antonio Ferrandis fue nombrado hijo predilecto de Paterna en 1991, donde en febrero del 2000 se inauguró un teatro con su nombre. En 1993, el Gobierno valenciano le concedió la Distinción al Mérito Cultural y el Consejo de Ministros, el mismo año, la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes. En 1998 la Mostra de Valencia le rindió un merecido homenaje.

Premiado por las instituciones, admirado por la profesión y querido por el gran público, Ferrandis es un actor a reivindicar más allá de Chanquete.