Fue pionero con la soldadura del hierro para la escultura y de los primeros artistas que disfrutó de una beca en Roma. El valenciano Nassio Bayarri, cuya obra forma parte del día a día de los valencianos por su amplia presencia en las calles de la ciudad del Turia, abrió caminos en el arte contemporáneo desde que inició su trayectoria en 1953 saliendo de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos con Premio Extraordinario de Fin de Carrera. La suya es una trayectoria jalonada de reconocimientos entre los que destacan la Medalla de Oro del Mérito Artístico que concede la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politècnica de València o la distinción de la Generalitat al Mérito Cultural.
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Los premios llegan porque hay una obra que los avala, o mejor dicho quizás, que los impulsa. De sus manos han nacido piezas que se han expuesto en Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Países Bajos, Inglaterra, Suiza, Bélgica, así como en numerosas ciudades españolas. Y su trabajo forma parte de grandes colecciones tanto privadas como institucionales de distintos lugares.
Pero para hablar de Nassio, o mejor dicho de sus esculturas, no es necesario viajar muy lejos. Basta pasearse por las calles de Valencia para descubrir que están sembradas del arte que ha salido de su taller, que la obra del artista se ha fundido con la vida de los valencianos. La escultura del poeta de Gandía que preside la avenida Ausiàs March, la cruz de término de la Avenida de las Cortes Valencianas, el monumento a la afición dedicado al Valencia CF, el busto de Blasco Ibáñez de la plaza dels Porxets, o el del pintor Segrelles en la plaza del mismo nombre, junto con el panel cerámico de la plaza del Ayuntamiento, 19, son algunos ejemplos de «el arte urbano de Nassio», como lo bautizó el arquitecto Javier Domínguez en la obra que dedicó al escultor en 2016.
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Conocer el trabajo de Nassio pasa necesariamente por el 'cosmoísmo'. Y en esa faceta se detiene también el trabajo de Domínguez cuando habla de 'Los Cósmicos del campus de Vera', propuesta que Nassio impulsó junto con el entonces rector de la UPV Justo Nieto el Campus Escultórico de Vera, una propuesta con la que «aspiran a configurar un auténtico campus didáctico», como apunta Domínguez.
Hablar del recorrido de Nassio Bayarri exige mucho más espacio del que disponemos. Pero no se puede olvidar su gran aportación al arte con la participación en el Grupo Parpalló o en el impulso del Museo de Vilafamés, e incluso una etapa en la que presidió el Círculo de Bellas Artes, entidad extinguida y cuya desaparición el escultor lamenta.
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