El Ayuntamiento cambia de criterio y retirará hoy la lona del sarcófago de Blasco Ibáñez

Tal y como adelantó LAS PROVINCIAS el pasado martes, la concejalía de cementerios había decidido ocultar la pieza con una tela de vinilo microperforado que impedía la visión del monumento funerario. La colocó el pasado viernes y la razón era «para evitar daños» en la pieza ante la afluencia de gente durante estos días.

Sin embargo, y como recogió este periódico, la Fundación Blasco Ibáñez pidió su retirada y la instalación de una vitrina protectora y transparente que permitiera la observación por parte de los visitantes. «No es lógico que se tape en el momento en el que más se tendría que ver. No es momento de ocultarlo», dijeron a este diario.

Por esa razón y, «tras escuchar todas las partes», aseguraron fuentes del Ayuntamiento, se ha optado por eliminar la lona que tapaba el sarcófago –y en cuya tela se reproducía la obra de Mariano Benlliure– y se volverá a colocar una cinta que limite el acceso a la gente para que no pueda tocar el cenotafio.

El pasado viernes, los responsables municipales cubrieron con una estructura semitransparente la pieza de 400 kilos que apenas llevaba desde abril en exhibición en el cementerio. Las previsiones eran mantener esta lona hasta el martes que viene, justo cuando el camposanto ya hubiera celebrado la fiesta de Todos los Santos.

Sin embargo, y a partir de hoy mismo, esa estructura se eliminará para volver al diseño inicial que se decidió cuando el sarcófago recaló en el cementerio después de llevar años concretamente desde 2017 en el Museo de Bellas Artes de Valencia.

Cabe destacar que no siempre se había salvaguardado con tanto recelo el cenotafio que Mariano Benlliure diseñó en tributo a Blasco Ibáñez en 1933. Cuando se conservó en el San Pío V no estaba resguardado en un almacén sino en un patio al aire libre del museo.

La lona que se puso «para evitar posibles daños» impedía a los visitantes apreciar cómo en esta obra, que no fue concebida para albergar los restos mortales del escritor y periodista sino para rendirle tributo, tiene un diseño que sitúa al escritor en lo alto del cenotafio, para poder admirarlo desde arriba. Como decoración, en el sarcófago, se dibujaron hasta 18 personajes de algunas de sus novelas icónicas como 'Sangre y arena', 'Entre naranjos' y 'Arroz y tartana', entre otras. Además, en un lateral está situado el emblema de su editorial, Prometeo, y en el otro un escudo de la ciudad de Valencia.

El sarcófago de Vicente Blasco Ibáñez es el monumento funerario que encargó construir el Ayuntamiento de Valencia en 1933 cuando llegaron los restos mortales del literato a la ciudad. El Consistorio encargó un mausoleo al entonces arquitecto municipal Javier Goerlich y un sarcófago al escultor Mariano Benlliure. En 1935, el escultor creó el cenotafio, pero el estallido de la Guerra Civil paralizó el resto del proyecto en honor al autor. Además, desde 1940, el sarcófago se conservó en el Museo de Bellas Artes hasta que en 1998 se trasladó al Centro del Carmen. Allí se mantuvo hasta 2017, cuando fue a parar otra vez al San Pío V.