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La exposición recupera 'Boulevard de París' (1890), la única obra de Sorolla en gran formato que retrata la «vida moderna» en las calles de la capital francesa. EFE
Bombazo para cerrar el Año Sorolla: Una obra inédita sobre París que ve la luz

Bombazo para cerrar el Año Sorolla: Una obra inédita sobre París que ve la luz

La exposición que clausura la efeméride en la Galería de las Colecciones Reales de Madrid recupera una pieza de gran formato del genio valenciano dada por desaparecida y sólo expuesta en 1890 | La muestra exhibe 77 cuadros, algunos que nunca han salido del Museo Sorolla, y lienzos llegados desde la Hispanic Society, el Museo d'Orsay y el Prado

Noelia Camacho

Valencia

Miércoles, 16 de octubre 2024, 13:26

Es tan obvio decir que la figura de Sorolla no se acaba nunca como que la muestra que cierra los actos del Año Sorolla, la efeméride que conmemora el centenario del maestro de la luz, debía traer consigo una sorpresa. O varias. Porque 'Sorolla. Cien años de modernidad', que este jueves se inaugura en la Galería de las Colecciones Reales de Madrid, recupera 'Boulevard de París' (1890), la única obra del pintor valenciano en gran formato que retrata la «vida moderna» en las calles de la capital francesa, solo expuesta en 1890 y desde entonces dada por desaparecida. Además, aprovechando el cierre temporal del Museo Sorolla, para su ampliación y rehabilitación, la exhibición incorpora algunas obras que rara vez han salido de la pinacoteca valencia.

El público podrá descubrir un gran cuadro cuyo hallazgo ha sorprendido porque, pese a que se conocía su existencia, nunca antes se había expuesto. 'Boulevard de París' pertenece a una colección particular de la que no se pueden ofrecer más datos y cuyo secretismo es total. Porque, según relata a LAS PROVINCIAS Blanca Pons Sorolla, bisnieta del artista y la mayor experta en la obra del genio que existe, ha sido larga la negociación con estos prestadores para que, durante unos meses, se deshagan de la obra y se exhiba así en la Galería de las Colecciones Reales. Hace un tiempo, estos coleccionistas pidieron la valoración de este lienzo por parte de Pons Sorolla. Su sorpresa llegó al descubrir que era esta obra, cuya existencia se conocía pero su paradero, no. Ella la había buscando con ahínco hasta que se le pidió su opinión sobre una obra que, además, ha sido limpiada para mostrarse ante los amantes de Sorolla porque «estaba algo sucia de hollín». Además, en la pieza aparece un autorretrato del pintor así como su amigo, el doctor Cervera, su mujer Carmen y otros allegados pertenecientes a una familia noble.

Así que ahora se expone por primera vez una pieza que se daba por desaparecida aunque su existencia estaba documentada ya en el año 1910. Se trata, según Pons Sorolla, de un cuadro de «enorme calidad y modernidad» que demuestra que el genio valenciano no tuvo miedo a abrazar otros corrientes del momento. «Es una pieza claramente naturalista y muestra, precisamente, lo que vive Sorolla en ese momento, ya que recala en París procedente de Roma. Esta pintura la termina en Madrid gracias a unos apuntes que había tomado», asegura la experta.

No ha sido fácil que estos coleccionistas particulares, cuya identidad no se ha desvelado, hayan prestado esta obra única a la exhibición en Madrid. Muchos meses de negociaciones han dado, al final, con un sí a la cesión que permite que 'Boulevard en París' vea la luz más de un siglo después de que fuera pintada (Sorolla la inició en 1889 y la terminó en 1890) y cien años más tarde de la muerte del pintor.

Además, este miércoles se han dado más claves de esta exposición, que cierra con broche de oro las celebraciones del Año Sorolla. La muestra, que se podrá ver hasta el 16 de febrero de 2025, «se ha concebido como un homenaje a su pintura, a su calidad, a su belleza y a su intacta capacidad de seducción», señalan los responsables. El comisariado de la exposición corresponde a Blanca Pons-Sorolla, bisnieta de Sorolla y máxima experta en su obra, junto a Consuelo Luca de Tena, exdirectora del Museo Sorolla, y a Enrique Varela Agüí, director actual del mismo.

La exposición, organizada por Patrimonio Nacional y Light Art Exhibitions en colaboración con el Museo Sorolla y la Fundación Museo Sorolla, reúne 77 obras significativas de todas sus etapas y de los principales temas que abarca su producción y presenta algunas obras pocas veces o nunca vistas en España.

La muestra se podrá ver hasta el 16 de febrero de 2025. EP
Imagen principal - La muestra se podrá ver hasta el 16 de febrero de 2025.
Imagen secundaria 1 - La muestra se podrá ver hasta el 16 de febrero de 2025.
Imagen secundaria 2 - La muestra se podrá ver hasta el 16 de febrero de 2025.

En concreto, la muestra cuenta con 'Boulevard de París' y 'La Giralda, Sevilla' (1908), dos obras que no se exponían, como se ha dicho, desde la muerte del pintor. También se podrá ver por primera vez en España los cuadros: 'Retrato de la tiple mexicana Esperanza Iris' (1920), 'Arco y puerta de Santa María, Burgos' (1910), 'Niños bañándose' o 'Sol de la tarde, Valencia' (1909) y 'Barcas en Jávea' (1905). Por último destacar tres obras que nunca antes han sido expuestas en Madrid: 'Sierra Nevada desde el cementerio, Granada' (1909), 'Antes del baño. Valencia' (1909) y 'Lucrecia Arana' (1920).

Las piezas proceden de las instituciones que atesoran las mejores colecciones sobre el pintor: el Museo Sorolla y la Fundación Museo Sorolla, la Hispanic Society of America, el Museo del Prado o el Museo de Bellas Artes de Asturias; de grandes museos como el Musée d'Orsay y de otros museos y colecciones públicos y privados, tanto de España como de Estados Unidos o México.

También se podrá ver por primera vez en España los cuadros: 'Retrato de la tiple mexicana Esperanza Iris' (1920), 'Arco y puerta de Santa María, Burgos' (1910), 'Niños bañándose' o 'Sol de la tarde, Valencia' (1909) y 'Barcas en Jávea' (1905)

En este sentido, este recorrido que cierra el centenario del genial artista valenciano se divide en cinco apartados: 'Rumbo al éxito', 'El mar, siempre nuevo', 'Sentir el retrato', 'Visión de España' y 'Del paisaje al jardín'.

Así es 'Cien años de modernidad'

Desde sus inicios, Joaquín Sorolla entendió que el éxito en exposiciones y salones era la clave para vivir de su arte. Con una base académica sólida y una excepcional habilidad para la pintura, se propuso conquistar todos los premios posibles. Sus obras, tanto las que retrataban la vida cotidiana como las que denunciaban injusticias sociales, le brindaron un sólido prestigio en el mundo del arte, refrendado por numerosas medallas. Su mirada única sobre el costumbrismo también cautivó al público, catapultándolo a la fama. En la sección 'Rumbo al éxito', compuesta por ocho piezas, se puede ver 'Boulevard de París' (1890), la única obra de Sorolla en gran formato que retrata la «vida moderna» en las calles de París. La inició en esta ciudad en 1889 y la terminó en Madrid con los apuntes tomados ese año y en su estancia de 1885. Reproduce la concurrida terraza de un café, donde se reconoce al propio Sorolla que se autorretrata a la izquierda. Combina hábilmente la luz natural del atardecer con la artificial que surge a través de la gran cristalera. Un cuadro descrito por el artista como «ya francamente naturalista y al cual procuré llevar la sensación de vida que yo veía».

Las 77 pinturas repasan cien años de modernidad en la obra del genio valenciano. EFE

En 'El mar, siempre nuevo', formada por 26 obras, se pueden apreciar obras tan icónicas como 'La bata rosa', considerada por Sorolla como «de lo mejor que he hecho en mi vida»; 'Paseo a la orilla del mar' o 'Chicos en la playa'. n sus escenas de mar desarrolló una poética personal, valiéndose de todos los recursos de la modernidad puestos al servicio de su ideario plástico. El artista asignó un repertorio de códigos simbólicos a cada espacio geográfico del litoral español plasmado en sus lienzos. Mientras las playas de Valencia fueron escenario de la representación naturalista de un clasicismo ancestral, las transparentes aguas de Jávea fueron laboratorio de experimentaciones compositivas y de color. En el Cantábrico mostró la faceta más social con el despliegue de un repertorio de personajes vestidos a la moda que se exhiben para ser vistos y admirados.

Esta gran exposición «se ha concebido como un homenaje a su pintura, a su calidad, a su belleza y a su intacta capacidad de seducción», según los responsables del proyecto

En el tercer apartado, 'Sentir el retrato', articulado por 20 obras, podemos ver un autorretrato de Sorolla de 1909; retratos de personajes y familias ilustres como 'La señora de Ira Nelson Morris y sus hijos'; el retrato realizado al fotógrafo Antonio García en su laboratorio; 'La familia Benlliure Arana'; Santiago Ramón y Cajal o José Echegaray. Protagonista de esta sección es la familia de Sorolla, en especial su esposa y musa Clotilde, con cuadros tan relevantes como Madre, Clotilde con traje de noche y Joaquín Sorolla García sentado, entre otros.

'Visión de España' muestra un momento cumbre en la obra del valenciano. En 1910, cuando Sorolla se encontraba en la cima de su carrera, recibió de Archer M. Huntington el encargo más importante de su vida: una serie de catorce paneles para la decoración de la biblioteca de la Hispanic Society of America, que hoy se conoce como Visión de España. Ajustándose a los intereses de Huntington y llevado por su impulso regeneracionista, Sorolla plasmó una representación de la vida y las costumbres de España, la esencia de cada una de sus regiones, en los 210 metros cuadrados de que dispuso, con el propósito de que el pueblo americano las comprendiera. Las dos regiones más ampliamente representadas fueron Castilla y Andalucía.

De 1912 a 1919 viajó por toda la Península pintando estudios de «tipos» de gran formato, cuatro de estas obras se pueden ver en la exposición. En ellas mostraba sus indumentarias tradicionales y la luz de cada lugar, tal y como se refleja en 'Tipos de Lagartera' y 'Tipos de Salamanca'. En aquellas regiones cuyos trajes no ofrecían una riqueza tan acentuada, incluyó fondos en los que el paisaje cobra mayor importancia, como vemos en 'Tipos manchegos' y 'Tipos del Roncal'.

La exhibición se divide en cinco apartados: 'Rumbo al éxito', 'El mar, siempre nuevo', 'Sentir el retrato', 'Visión de España' y 'Del paisaje al jardín'

La exhibición se cierra con 'Del paisaje al jardín'. Como describen los responsables del proyecto, junto a sus visiones del mar, Sorolla pintó numerosos paisajes. Primero, por su propio valor, y después, a partir del encargo de la Visión de España, como fondos de sus grandes panoramas humanos. Le atraen los escenarios grandiosos, como el de Guadarrama o la Sierra Nevada granadina, pero en espacios más recogidos busca el movimiento en los ríos, los reflejos del agua, las sombras movedizas y los encuadres audaces: la continua variación de la luz bajo el movimiento del sol era, para él, la clave de la vida del paisaje. Desde 1906, Sorolla experimentó con las luces tamizadas entre el follaje de los jardines, donde empezaría a situar algunos retratos. La Alhambra de Granada y el Alcázar de Sevilla le sedujeron con su mezcla de arquitectura, vegetación y agua. A partir de 1911 empezó a diseñar y plantar su propio jardín, y a pintarlo desde 1916: aquel fue su pedazo íntimo de naturaleza y su edén en sus últimos años.

En esta sección que cierra la exposición, compuesta por 19 lienzos, encontramos obras tan representativas del pintor como 'La siesta', 'Clotilde en el jardín', 'Jardín de la casa Sorolla', 'La catedral de Burgos' y 'Jardines del Alcázar de Sevilla. Estudio de sombras', entre otras.

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