Borja Escudero gana en Villena una reñida final del circuito valenciano de novilladas
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El alicantino competía con Kevin Alcolado y Chicharro en un festejo que duró más de tres horasTOROS ·
El alicantino competía con Kevin Alcolado y Chicharro en un festejo que duró más de tres horasJorge Casals
Domingo, 6 de octubre 2024, 16:58
El alicantino Borja Escudero fue el ganador del primer circuito de novilladas de la Comunitat Valenciana, organizado por la Fundación Toro de Lidia y ... con el patrocinio de la Generalitat Valenciana. Una final que se vivió en la reabierta plaza de toros de Villena con un ambiente magnífico. El coso cubierto a punto estuvo de llenarse como ya ocurriese en la corrida de toros del pasado 7 de septiembre que supuso la reapertura tras cinco años.
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No se aburrió nadie a lo largo de las tres horas y cuarto de festejo. Los tres novilleros, conscientes de lo que se jugaban, salieron sin reservas a darlo todo. Una final muy reñida donde se palpó la competencia, cada uno con sus armas.
El festejo estaba reñido. Todo apuntaba a Kevin Alcolado como ganador, pues sacó oficio y valor para imponerse al temperamental primero y luego tuvo la paciencia y los recursos de tornar las lanzas cañas. La balanza podía decantarse también por Chicharro por su aplomo y oficio. Pero finalmente el menos favorito, Borja Escudero, hijo del que también fuera novillero Ramón Escudero, se llevó el certamen. Un premio que recogió de manos de la secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar, el director de la Fundación Toro de Lidia, Borja Cardelús y el empresario de la plaza, Nacho Lloret.
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El segundo de la matinal, primero de lidia ordinaria, llevaba el hierro de Victoriano del Río, escaso de trapío (nada que ver con los novillos lidiados durante el certamen). Borja Escudero meció el capote con buenas maneras. Se desmonteró el alicantino Álvaro Oliver tras dos pares comprometidos. Fue noble el de Victoriano, que embistió algo rebrincado y sin humillar por la falta de fuerza. Pidió delicadeza. Borja Escudero tardó en acoplarse. Sin reunión ni ritmo al principio, acabó con dos series postreras más acompasadas y de mayor naturalidad. Ahí afloró su concepto más barroco. Mató de pinchazo y estocada caída. Oreja con fuerte petición de la segunda.
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Ovacionado de salida el quinto. De buenas hechuras, muy bajo. Salió aplomado ya, con poco celo. Fue cogido en banderillas sin consecuencias el banderillero Ismael Mora. El de Montealto, aunque bajo de raza, tuvo bondad y permitió estar a gusto y sin fatigas a Borja Escudero. La frialdad del novillo se contagió al tendido. Lo mejor de Borja, un sabroso inicio con ayudados a dos manos y la estocada. Paseó una oreja que le otorgaba el derecho de salir a hombros.
El tercero, feo de cara, tampoco mejoró la presentación. Salió con brío y le dio Chicharro los buenos días con largas en el tercio. Hubo quietud en el quite por tafalleras. Buen tercio de banderillas de Juan Carlos Rey y Jesús Robledo 'Tito', que saludaron. Abrió la faena en la boca de riego, de rodillas. Ni un gesto de dolor (tampoco lo tuvo en Madrid) por la cornada fresca de Arnedo. Salió dispuesto Chicharro a no dejar escapar este certamen. Tuvo el novillo aspereza, que limó el novillero con ese concepto de planta asentada, muleta adelantada y trazo mandón. Aplomo, convencimiento y claridad de ideas, muy por encima del novillo. Buen epílogo por bernadinas antes de dejar un espadazo, que le valió las dos orejas.
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Cuajado y bien conformado el sexto, de Montealto. Bien la cuadrilla de Chicharro, con Juan Carlos Rey en la braga, y Raúl Ruiz y Tito en banderillas, que saludaron. Tuvo calidad y buen estilo el novillo, con el poder justo, pero humilló y tomó el engaño con templanza. La difícil facilidad de un novillero tan puesto como Chicharro tuvo poco eco en los tendidos. Siempre enganchó adelante y dibujó los muletazos con despaciosidad. Hubo superioridad pero faltó ese chispazo necesario para encender los ánimos. No estuvo acertado con la espada y fue ovacionado.
El cuarto, primero con el hierro de Montealto, fue otra cosa en trapío, mejorando considerablemente la presentación de los dos primeros. Muy abanto y manseando en los primeros tercios, ofreció buen nivel la cuadrilla, tanto Daniel Palencia en la brega como Cristian Expósito y Jorge Pardo en banderillas, que saludaron. Kevin Alcolado salió espoleado. Ninguno de los tres se quiso quedar atrás. Temperamental el novillo, lo sometió con mano baja y autoridad. Lo metió en el canasto el alicantino, tarea nada fácil. Se venía de largo y al galope el de Montealto, con transmisión. Muy enrazado, exigía firmeza y no perdonaba dudas. De hecho no le perdonó cuando lo vio en el suelo tras tropezar en la suerte suprema. Muy centrado y valiente Alcolado, que siempre le pudo al novillo. Lo llevó largo en series de mucha intensidad. La pena es que la espada se le fuera a los blandos, aun así paseó una oreja con fuerte petición se la segunda.
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Alto y abrochado de pitones el burraco que cerraba plaza, de Victoriano del Río, protestado por blandear de los cuartos traseros. Las protestas las cambió por aplausos Kevin Alcolado cuando inició la faena de muleta. Aguantó el de Victoriano y sacó todo su fondo, embistiendo siempre por abajo colocando la cara con calidad. No quería brusquedades el animal, así que el alicantino lo toreó pausado y con los vuelos, pulseando la embestida. El toreo clásico lo aderezó con pirotecnia que conectó con el público. En papel de novillero. Mató de pinchazo hondo y estocada algo atravesada, que requirió del descabello. Se le concedió una oreja.
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