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Salón de la planta baja de Elca, la casa del poeta Francisco Brines en Oliva. Iván Arlandis

La casa del poeta Brines, tres años cerrada

La apertura al público de Elca sufre varios retrasos mientras la fundación busca financiación

Laura Garcés

Valencia

Sábado, 3 de agosto 2024, 00:26

Decir Elca es decir poesía. Fue el paisaje creativo de uno de los grandes, de los más grandes. La casa del Cervantes valenciano Francisco Brines en Oliva espera el día que sus puertas se abran a la entrada de estudiosos y visitantes. Han pasado tres ... años sin novedad. La catalogación de los libros, más de 15.000 volúmenes, acaba de empezar, la fundación carece de director y ni siquiera los jardines se pueden visitar. ¿Se ha prestado suficiente atención a Francisco Brines? ¿La Fundación Brines dispone de la financiación necesaria para cumplir con sus fines?

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Tras la muerte del poeta en mayo de 2021, la entidad que vela por la memoria del autor, anunció el deseo–infructuoso de momento–, de poner a disposición de los estudiosos y del público los lugares que han dado a la historia de la poesía versos tan grandes como los que cantan a la primavera desde Elca: «...Ya todo es paz: la yedra / desborda en el tejado / con rumor de jardín: / jazmines, alas. Suben, / por el azul del cielo, / las ramas del ciprés...».

Poner Elca a disposición del público era el proyecto clave, el que mayor visibilidad podía conceder para mantener viva la memoria del autor de 'Las Brasas''. Pese a ello, los retrasos se han instalado en sus estancias hasta convertirse en una constante en el contexto de una fundación que no disfruta de la mejor salud económica. Ha llegado a buscar apoyo para financiarse, tanto en las instituciones públicas, como en el mecenazgo. Y no parece que la situación haya mejorado. Tampoco se vislumbra que pronto vaya a abrirse Elca.

Naranjales, jazmines y buganvillas

En estos momentos ni siquiera las visitas a los jardines –en un entorno de naranjales, jazmines y buganvillas– es posible. «Se está realizando ahora el plan director de rehabilitación, que incluye los jardines», señalan desde la fundación. La afirmación abre una ventana a la esperanza que pronto se cierra: «El plan estará para septiembre y en cuanto se pueda, empezamos». Septiembre está a la vuelta de la esquina, pero ya se sabe que los procedimientos administrativos que acompañan a cualquier intervención sobre un elemento patrimonial, que además cuenta con la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC), son largos, circunstancia que puede imprimir una nueva prórroga en el lienzo del proyecto.

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El camino para convertir Elca en espacio visitable encerraba como primer paso el inventario de los bienes, además de que se tenía que hacer la catalogación de la biblioteca del autor, un fondo de miles de libros, y de las obras de arte que habitan el bello caserón. Estas circunstancias eran escollos a salvar desde el primer momento. Pronto llegó otro. Se observó que disponer de los medios necesarios para garantizar la seguridad en el incomparable paraje literario es determinante.

Anuncio tras anuncio y retraso tras retraso. Este ha sido el ritmo que ha marcado los acontecimientos. Ahora se ha emprendido la catalogación de los libros, un proyecto para el que en un principio el Ministerio de Cultura se mostró dispuesto a colaborar, pero finalmente se descolgó de la propuesta sembrando un nuevo motivo para volver a empezar.

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El mes pasado se dieron los primeros pasos de este proceso que será largo y para el que se ha contratado a la profesional Gloria Vallet. La catalogación de los más de 15.000 volúmenes se realizará en distintas fases, que a juzgar por la información de la página digital de la fundación, vendrán determinadas por contar «con recursos suficientes». La Diputación de Valencia ha ofrecido apoyo financiero y el director del Instituto Cervantes. Luis García Montero, se ha ofrecido para ayudar ante cualquier duda. También lo ha hecho la directora cultural de la institución.

Uno de los «principales fines es conseguir que esta biblioteca sea considerada Biblioteca Privada de Interés Público: Una Biblioteca Privada de interés Público», destaca la fundación. Dado que el proyecto se acometerá en distintas fases en función de las posibilidades de financiación, una vez más la historia que acompaña a Elca desde que en mayo de 2021 falleciera su morador, la espera vuelve a ser invitada principal de la casa.

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Nada de lo acontecido, y sobre todo de lo pendiente de acontecer, sorprende dadas las circunstancias que rodean a la fundación. En diciembre de 2023, como informó LAS PROVINCIAS, la entidad inició una nueva etapa tras el cambio en la dirección. Entonces, la presidenta de la entidad, Mariona Brines, confirmaba a este periódico que estrenaban etapa con una inquietud: «La financiación». Esa preocupación absorbía toda actividad o propuesta hasta el punto de que decidieron no abordar la designación de director, en tanto que nombrar este cargo también quedaba a expensas de esa principal inquietud actual que es encontrar la viabilidad para «mantener la casa». Y la fundación sigue sin director.

Contaban con subvenciones en el ámbito de la literatura, pero no son para el cuidado del paisaje. «La casa, los campos, los riegos, todo cuesta mucho de mantener», señalaba Mariona Brines en aquella ocasión a la pronto siguió el anuncio de búsqueda de mecenas. Sin director, pendientes de un plan director que abra Elca y con una catalogación que requiere muchos recursos. Así están las cosas donde «Ya todo es flor: las rosas / aroman el camino. / Y allí pasea el aire, / se estaciona la luz, / y roza mi mirada / la luz, la flor, el aire. Elca...». Así están las cosas en el escenario literario del único Premio Cervantes valenciano, el poeta Francisco Brines.

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