Catalá mantendrá el Consejo Local del Diseño y sumará nuevos miembros para que sea plural

Todo ello cuando nueve meses después de que se retirara de que la plaza el Ágora que costó 470.000 euros a los valencianos siga pendiente de instalarse en La Marina a la espera de que se dé el paso de constituir la nueva entidad que sustituirá al Consorcio, asunto en el que ahora trabajan el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria. Media, además, la crisis que atraviesa la Fundació del Disseny, entidad que nació al calor de la Capitalidad Mundial del Diseño que Valencia ostentó en 2022, el mismo paraguas bajo el que vio la luz el Consejo Local.

La intención del equipo de gobierno es conceder mayor «pluralidad» a este órgano cuyo número de miembros se ampìará en busca de esa condición. Cuando el Consistorio menciona este interés, de alguna manera reconoce la necesidad de que ese órgano asesor, que siempre se presentó como independiente, sea plural. El Ayuntamiento no se queda en esta consideración. Abunda en la conveniencia de «pluralidad» cuando al referir la intención que mueve su posición habla de «reconducir el proyecto para tener en cuenta las diferentes sensibilidades de todo el sector».

La creación del Consejo Local del Diseño se anunció oficialmente en julio de 2022. El entonces alcalde de la ciudad, Juan Ribó, lo anunció sin facilitar el presupuesto que le iba a destinar. A partir de ese momento los retrasos se convirtieron en los principales aliados del consejo que se constituyó en septiembre de 2022 y aún tardó en celebrar sus primeros encuentros.

No fue hasta abril de 2023 cuando llegó el primer fruto de este órgano asesor: 'La ciudad deseada'. Era el título del primer documento resultado de seis meses de trabajo con reuniones ordinarias y extraordinarias del Consejo del Diseño que llegó a recomendar al Consistorio la creación de un departamento de diseño. No era un trabajo concluyente, sino un estudio «diagnóstico» cuyo coste económico no se facilitó.

Entre las ocurrencias que planteaba se encontraba la instalación de «farolas que alumbren pero no deslumbren» o que las paradas de autobús ofrezcan información para los residentes y visitantes como si fueran marquesinas 'tourist info'. Más allá de las curiosas ocurrencias o lugares comunes, se descubrían intenciones que apartan de principios tan esenciales en la sociedad española como la libertad de los propietarios para dar uso a sus bienes en una suerte de clara tendencia intervencionista. El documento invitaba a que «los locales en venta o a la espera de ser alquilados deberían tratarse de una forma más determinada, más estética, con algún tipo de iluminación, con instalaciones efímeras o intervenciones artísticas» y se dirigía a los propietarios de terrazas, uno de los elementos más representativos del ocio en la ciudad, que «quizás hay que replantear el concepto de ocupación» de espacio público. Desde entonces el Consejo Local no había sido convocado a un encuentro. Ahora, aunque no hay fecha cerrada, se prevé que en breve tenga lugar una reunión, extremo que también ha confirmado, Xavi Calvo.

Otra cuestión en el aire a la que el Ayuntamiento ha respondido se encierra en el interrogante ¿qué va a pasar con el Ágora del Diseño? Desde el Consistorio han apuntado que la decisión del destino de esta construcción efímera cuyo destino iba a ser La Marina para convertirse en sede de actividades culturales, depende de que se constituya el Consorcio o entidad que los sustituya. El Ágora, que ocupó la plaza del Ayuntamiento desde junio de 2022 hasta que en enero de 2023 se retiró la estructura dejando hasta marzo la base de hormigón, costó a las arcas públicas 470.000 euros para convertirse en la enseña visible del gran acontecimiento de la Capitalidad Mundial.

Ahora, diez meses después de su retirada, el Ágora se encuentra almacenada en la base de La Marina. La apuesta de 400.000 euros, más otros 70.000 para su retirada, y que se presentó como un «regalo» para Valencia aguarda destino. Un «regalo» que, mientras no cambien las cosas, se está cubriendo de polvo.