Energía contagiosa
CRÍTICA ·
William Christie contribuyó a esa energía vital del espectáculo con una soberbia interpretación llena de detalles y en un depurado estiloCRÍTICA ·
William Christie contribuyó a esa energía vital del espectáculo con una soberbia interpretación llena de detalles y en un depurado estiloLleno total para ver 'The Fairy Queen' a cargo de William Christie y Les Arts Florissants en el Palau de les Arts. Incluso había gente fuera intentando hacerse con una entrada en el último momento. Pero a la misma hora también se llenaba la sala ... Iturbi del Palau de la Música para escuchar la quinta de Mahler. Más de 3.000 personas estaban en un espectáculo de música clásica en vivo en Valencia. Nuestra ciudad hacía gala de su músculo y potencial en cuanto a público. Contrasta con la tendencia descendente de otras ciudades y podemos tener esperanzas de que la crisis de público tras la pandemia empiece a ser algo del pasado. Esperemos que no sea una anécdota.
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MÚSICA. 'The Fairy Queen'. Purcell. P. Francisco, G. Burashko, R. Leggete, J. Mey, I. Aksionov, R. Carreto, H. Herman-Wilson, B, Schilperoort. Compañía Käfig. Les Arts Florissans. Dirección de escena: M. Merzouki. Dirección musical: W. Christie. Palau de les Arts, 13 de enero de 2024
'The Fairy Queen' no es, propiamente, una ópera. Purcell crea una obra escénica que no tiene una continuidad dramática. Se conoce como semiópera y es un género inglés del siglo XVII. Es más bien una sucesión de escenas que, en la época, servía para escenificar mascaradas, bailes y momentos líricos que entretuviesen al público. El coreógrafo Mourad Merzouk al frente de la Compañía Käfig convierte la obra en un espectáculo de danza contemporánea absorbente y fascinante. A través del baile, la expresión del cuerpo y el sentido del ritmo escénico llenan de una energía contagiosa el teatro. El equipo de cantantes forman parte de Le Jardin des Voix, la academia de Les Arts Florissants. Es decir, son cantantes jóvenes al final de su formación. Por ello, les resulta fácil integrarse en la coreografía, de forma que en algunas ocasiones era difícil distinguir entre cantantes y bailarines. Además de cantar exquisitamente. William Christie a sus 79 contribuyó a esa energía vital del espectáculo con una soberbia interpretación llena de detalles y en un depurado estilo. Al final, como un joven más, cantó junto al resto del equipo cuando repitieron el coro ya en el turno de aplausos.
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