A. RALLO
VALENCIA.
Domingo, 6 de octubre 2019, 00:45
El auto de procesamiento contra Consuelo Císcar y el hijo de Gerardo Rueda recopila todos los indicios contra la exdirectora de que realmente pagó un precio desmesurado por unas obras que no lo merecían al tratarse de copias póstumas. La instructora pone el acento en cinco especialistas y alguna documentación que revelan que la gerente conocía todas estas circunstancias y que se enriqueció de manera deliberada al descendiente del artista. La Udef, en su día, hizo un estudio de las cuentas de Rueda para averiguar si, de algún modo, parte de ese capital (tres millones de euros a los que hay que sumar casi otro millón en diferentes gastos) terminó en manos del clan Blasco. No se han hallado pruebas.
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El primer hecho significativo a criterio de la jueza es el contrato de Rueda con el Reina Sofía por el cual se establece que la obra 'El gran relieve' -la original, hecha en vida por el autor- tiene un valor de 360.000 euros. Esta escultura estuvo expuesta en el IVAM en 1996. En 2004, Rueda firma la venta de la pieza a Císcar, pero en ningún momento se aclara que no es la original -está en el Reina Sofía- sino una copia hecha en la fundición Capa. Pese a esto, se le paga el mismo dinero: los 360.000 euros.
Otro dosier de importancia es el de la Comisión de Valoración de Donaciones del IVAM. Lo firman Jaime Briuega Sierra (profesor titular de Historia en la Universidad Complutense de Madrid) y Javier Pérez Segura (profesor de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid). Para ellos, 'El gran relieve' no vale más de 36.000 euros, el diez por ciento de lo que se pagó. El mismo descuento establecen para parte del material adquirido en la segunda tanda, en 2006. Así, 'Altamira 1973', 'Mural de Construcción Rusa I 1985', 'Polar II 1979' y 'Sin Título 1970' no valen más de 57.000 euros mientras que el IVAM pagó 576.000 euros.
'Rotondo 1979', 'Bodegón de cerradura 1979' y 'Bodegón Olvidado 1983' tienen un precio de mercado de entre 4.000 y 8.000 euros, según estos especialistas. Pero Císcar abonó 113.000 por dos piezas y 85.000 por la tercera.
Josep Salvador (del Departamento de conservación de obras de arte del IVAM) también emitió un informe en el que mostraba su extrañeza por las adquisiciones. Para él, el precio de las obras sería únicamente el coste de fabricación, es decir, sin valor artístico. Respecto a la escultura 'El gran relieve' resulta muy claro: «La única información que se obtuvo es la que ofreció el Rueda Jiménez en conversación telefónica y cuando fue requerido por los técnicos del museo para que explicara la procedencia de la obra».
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Begoña Torres González (Subdirectora General de Promoción de las Bellas Artes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte) y Rosario Peiró Carrasco (Responsable del Área de Colecciones del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía) elaboraron el último informe, otra de las periciales más contundentes en la censura a la actuación de los investigados. Ni siquiera dan un precio económico de las piezas porque no son originales, únicamente interpretaciones que hace el descendiente y que no se pueden comparar con otros supuestos. Censuran que un museo pague por ese tipo de piezas. Es más, las expertas subrayan que la práctica es que esa obra directamente «no se compre o no se considere original en una institución pública».
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