Inés París: «'Olvido', película ambientada en la riada de 1957, es necesaria»

–En los primeros visionados de 'Olvido', ¿qué sensaciones despierta?

–Hemos hecho una película muy interesante, muy distinta a lo habitual y, sobre todo, muy necesaria. Hablamos de algo de lo que aún no se ha hablado, recuperando parte de la memoria histórica de Valencia. Hemos contado con un equipo muy profesional y con una enorme sorpresa: María Caballero, la protagonista, ha hecho un papel increíble y va a despertar una gran admiración.

–La película no es del género de catástrofes, pero sí recrea una, la riada de 1957 que sufrió Valencia. En este sentido, ¿cuál ha sido el principal desafío?

–La película transcurre unos días después de la riada, durante la conocida como 'Batalla contra el barro'. El principal reto era recrear ese universo, no traicionarlo y crear un contexto que los valencianos reconozcan. Pero, sobre todo, el reto estaba en recrear un 'thriller', una intriga interesante y entretenida. Eso estaba en el guion y creo que lo conseguimos trasladar al rodaje.

–¿Al cine español le cuesta indagar en la historia reciente del país para situar ficciones en sucesos y acontecimientos?

–Nuestro cine hace un poco de todo y se está trabajando de nuevo en historias que configuran nuestra sociedad y que la gente joven descubre cuando va al cine, a la vez que otra gente puede disfrutar reviviendo hechos importantes de sus vidas. Creo que es un fenómeno magnífico, ya que el cine tiene una capacidad evocadora enorme, así como para construir identidades.

-Últimamente los medios de comunicación hablamos del auge de las directoras, que triunfan en festivales internacionales, como Carla Simón y 'Alcarràs'. ¿Esta visibilidad se corresponde con la presencia real de la mujer en el cine?

–Las mujeres del cine español se han ganado su puesto con mucho trabajo, talento y organización. De lo que se habla menos y ha sido decisivo ha sido la existencia de CIMA (Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales). La creamos entre 13 directoras y tras más de 15 años de existencia, hemos cambiado la realidad del cine español, consiguiendo que las mujeres también sean autoras importantes en nuestro país.

-No es habitual que una mujer ruede un 'thriller' y 'Olvido' lo es. ¿Por qué detrás de un thriller suele haber la mayoría de las veces directores?

–Es verdad que es un género que tradicionalmente se ha atribuido a la dirección de hombres, pero creo que es una realidad que hemos superado. En todo el mundo las cosas han cambiado. Y también en los propios personajes. Hemos dejado atrás a los policías y vaqueros, con thrillers protagonizados por mujeres, con historias creadas por mujeres y recreando universos como el periodismo, la investigación y la policía donde la mujer también tiene un lugar preferente. Y así es en 'Olvido'.

-¿Cuáles son tus referentes femeninos?

–Tengo muchos referentes cinematográficos y literarios, no solamente femeninos. Pensando en mujeres, la primera es Liliana Cavani. Cuando la conocí a ella y a su obra, de adolescente, pensé que quería ser como ella. Y Jane Campion, pues cada una de sus películas y series me gusta más que la anterior.

-En su experiencia, ¿el mundo del cine es machista?

–El cine y la cultura siguen siendo enormemente machistas, reflejo de nuestra sociedad. El cine es un sector muy difícil de legislar para cobatirlo, porque hay mecanismos supuestamente objetivos que en realidad ocultan mecanismos de discriminación hacia las mujeres. Afortunadamente, las mujeres y algunos de nuestros compañeros lo estamos cambiando, con el convencimiento de que no podemos desaprovechar el increíble talento de tantas creadoras.

-A veces se establece una dicotomía entre salas y plataformas, pero resulta constatable que las salas están perdiendo la batalla del espectador. ¿Aún se está a tiempo de evitar el cierre de salas?

–Claro que pueden convivir. Las plataformas tienen una cosa muy buena, que es que aficionan al público a las grandes historias, así que sirven como arrastre para llevarlo a las salas de cine. Hemos vivido un cambio de modelo y de hábito de consumo, pero las salas se adaptan y necesitan apoyo desde todos los ámbitos.