La actriz Loreto Mauleón, que encarna a Ana, en la película 'La buena letra', de Celia Rico. lp

Sorolla, Concha Piquer, naranjas, el Mediterráneo... todo se condensa en una película

«Rafael Chribes tiene la lucidez del aguafiestas', dice Celia Rico, la directora que ha adaptado al cine la novela 'La buena letra' | El largometraje, que cuenta con equipo valenciano, se estrena en la capital del Turia

Carmen Velasco

Valencia

Lunes, 7 de abril 2025, 16:52

Rafael Chirbes es un tótem de la literatura. Celia Rico, la directora sevillana que ha adaptado la novela 'La buena letra', lo sabe y no ... quería fallar. Leyó sus 'Diarios' póstumos y se empapó de la obra del autor, gran cinéfilo y buen gastrónomo. El resultado llegará a las salas de cine el próximo 30 de abril. ¿Qué encontrará el espectador? «Hay un homenaje a Valencia, con la presencia de las naranjas», explica la realizadora. Se ha reflejado la posguerra en los pueblos, pero la directora sevillana buscó otro enfoque más mediterráneo. «Miramos numerosos cuadros de Sorolla porque queríamos esa luz para la película», ha afirmado durante la presentación de la película en los cines Lys de la capital del Turia.

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Los fotogramas rezuman la Valencia de la posguerra, donde no faltan las canciones de Concha Piquer, ni el merendero a orilla del mar, ni la casa con zócalo cerámico.... Lo más importante: no hay traición a la novela del autor de Tavernes de la Valldinga. «Chirbes escribía con rabia para contar la dureza de la historia de nuestro país», continúa Rico, y ella refleja en Ana, Antonio y Tomás las dificultades de vivir en la España franquista, donde «sobrevivir estaba por encima del querer», apunta la cineasta, quien rodó parte del largometraje en Valencia.

Celia Rico (segunda por la izquierda) con las actrices de 'La buena letra'. lp

'La buena letra' es una película intimista, delicada, de miradas y silencios. Los detalles, además, encierran la esencia de una época como a la niña que le controlan que no emplee la mano izquierda (porque la cuchara se coge con la derecha) o como el consumo de achicoria en las casas humildes (porque es más barato que el café). Detalles que retratan el signo de aquellos tiempos. También se refleja esa realidad en la que la mujer no se vestía con pantalones (porque en aquella época ellas sólo recurrían a la falda) y su lugar era cerca de los fogones y la máquina de coser. La bicicleta, la radio (donde suenan canciones de Concha Piquer, Carlos Gardel y Antonio Machín) y las fichas de dominó sirven para contar lo íntimo (el hambre, la derrota, los sueños truncados) de un contexto social (la fractura de la guerra civil) a través de los objetos cotidianos de una familia.

Rico como Chirbes no juzgan a los personajes de sus obras. «Chirbes tiene una capacidad enorme de indagar en el alma humana y en sus dilemas, sin darnos respuesta. Tiene la lucidez del aguafiestas», ha afirmado la directora, que ha presentado 'La buena letra' acompañada de las actrices de la película, como Loreto Mauleón, Ana Rujas, la valenciana Teresa Lozano y la niña Sofía Puerta. La vigencia de la obra de Chribes continúa viva: «Se asoma a la penumbra para iluminarnos y eso, aclarar el pensamiento, nos hace falta».

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Chirbes había dado el salto a la pequeña pantalla ('Crematorio') y al escenario ('En la orilla'), pero no a la gran pantalla. Hasta que el productor Fernando Bovaira se fijó en 'La buena letra' y dio con la mirada de Celia Rico. La película, que llegará a salas el 30 de septiembre, tiene una lectura contemporánea. «Se nos ha contado la guerra civil española desde los dos bandos pero me parecía interesante adentrarla en casa», ha explicado este lunes la directora de 'Los pequeños amores'. «Yo no conocí a mis abuelas, pero eran mujeres de la posguerra. Con la película también las homenajeo», ha continuado. Los roles femeninos de 'La buena letra' son el signo de los tiempos, esos tiempos que los movimientos sociales moldean y cambian. «Con el feminismo, hemos querido hacer explotar la idea de que una mujer tenga que poner sus deseos bajo tierra y sacrificarse por la familia y el marido. Nos preguntamos si el silencio y la bondad nos han salvado de algo y yo creo que la respuesta es no», ha argumentado la cineasta. En su largometraje, las mujeres callan, sobre todo el personaje de Ana.

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