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Un espectador en la sala de exposiciones de la Fundación Chirivella Soriano. Jesúe Signes
El consumo cultural cambia de hábitos

El consumo cultural cambia de hábitos

El bolsillo del público se resiente: va menos al cine, lee más, retrasa la compra de entradas a espectáculos y busca exposiciones de «proximidad y seguras»

Laura Garcés

Valencia

Martes, 6 de junio 2023, 00:23

Una Fira del Llibre que salió bien, mejoró los resultados: más ventas y numerosa afluencia de público. Dansa València registró 10.000 visitantes, la mitad en espectáculos de calle. La Fundación Chirivella Soriano está viendo que el paso de espectadores por sus salas de exposiciones aumenta como consecuencia de la búsqueda de exposiciones «de proximidad y seguras», tal vez como herencia de la pandemia. Y en Les Arts, el coliseo operístico valenciano, no dudan en afirmar que observan cierta «efervescencia» en la actividad a juzgar por el seguimiento del programa por parte del público, aunque ya no se adquieren las entradas con tanta antelación como se hacía.

Todo sucede en un momento en el que las circunstancias económicas no son las mejores aliadas del bolsillo de los ciudadanos. La inflación está en boca de todos. Y ya se sabe que cuando los precios aumentan, con lo que la capacidad adquisitiva baja, de lo primero que nos quitamos es del ocio, donde la actividad cultural tiene mucho que decir. Así las cosas, ¿se comporta el público de una manera distinta a como lo ha hecho hasta ahora?

De los testimonios obtenidos por LAS PROVINCIAS en distintos sectores de la actividad cultural se extrae que sí, que la manera en la que los espectadores se acercan a la oferta cultural es distinta, si bien no en todos los sectores se manifiesta de la misma manera. Las salas de cine se mantienen dada la fidelidad de muchos, pero al mismo tiempo los empresarios de estos espacios constatan que desciende el número de veces que un espectador va a ver una película cada mes. El ciudadano reduce sus gastos, parece que sale menos Y en el mercado de las letras, como apuntan desde la librería Soriano, cada vez hay más lectores, quizás también herencia de la pandemia, aunque lo que no está tan claro es que haya aumentado la media de títulos que se leen, lo que da a entender que puede haber un recorte del gasto.

En el teatro se escucha la voz de los empresarios del Olympia para advertir que las programaciones se mantienen mostrando un doble perfil, que al final es el de siempre. Hay obras que llenan el teatro y otras con las que no se consigue. Entre las razones que lo pueden explicar hay que acudir al menor nivel adquisitivo, lo que lleva al espectador a fraccionar su gasto si quiere apostar por varias actividades. Y si se observa el ámbito de los conciertos, también aquí se retrasa la compra de entradas –ahora es mayor el temor a los imprevistos- y se consumen menos bebidas, que es una de las fuentes de negocio de estos actos, explica Fran Bordonaro desde la Sala Euterpe.

El comportamiento más estable es el que constatan las galerías de arte. En este territorio hay que tener en cuenta que cabe la posibilidad de que el público, el de quienes buscan comprar arte, está menos sometido a los vaivenes de las crisis económicas. De ahí señalen que «llevamos muchos años tranquilos». Mientras, los gestores de espacio hacen números para mantener los precios de las entradas en medio de la escalada de costes.

Espectáculo en Les Arts. Jesús Signes

Ópera: «La venta anticipada de localidades cada vez se retrasa más»

A Les Arts le va bien la temporada. Tanto que el director artístico del espacio, Jesús Iglesias. habla de una «efervescencia» cultural. Ofrece datos que avalan su apreciación cuando apunta, como ejemplo, que para la ópera 'Tristán e Isolda' se cubrió «el 86% de las ventas». Constata Jesús Iglesias otro cambio en el comportamiento del público: «La venta anticipada se retrasa hasta el último momento», tal vez como consecuencia de esperar a desembolsar el importe de la localidad a última hora por si finalmente no se puede acudir. Y se describe un nuevo perfil de espectador: «Cada vez vienen más extranjeros».

Espectadores adquieren entradas en una sala de cine. Alfredo Aguilar

Cine: «El espectador ha pasado de ver tres a dos películas al mes»

El camino de recuperación de las salas de cine es «muy lento», advierte Antonio Martí, propietario de los cines Mn4. En su análisis del comportamiento de las salas observa «un público fiel, el que ocupa la horquilla de edad entre los 20 años y los 50». Pero, pese a que son leales a la pantalla grande, la media de ocasiones en la que un espectador se sienta en la butaca de un cine ha pasado de «tres a dos veces al mes». Es un hecho cíclico cuando no constante, que en un sector como este se observa que «cuando baja el poder adquisitivo, el ocio es un lujo». En esas circunstancias las salas lanzan ofertas continuamente.

Libros: «Crecen los lectores que buscan el libro como objeto»

Viven las librerías un momento dulce. Es el mensaje de Chelo Soriano, propietaria de la Librería Soriano, cuando cita que la Fira fue muy bien, efecto que contempla como excepcional. Aun así apunta que de un tiempo a esta parte «se compran más libros y además con mayor agrado». El comportamiento del público está cambiando al pasar de adquirir uno u otro título por obligación a buscar ejemplares con mirada lúdica, además de atraer los volúmenes como objetos. «Importa más la calidad de la edición, el continente» y han «aumentado los lectores, pero no tanto la media de títulos que se leen».

Público en el patio de butacas en el Teatro Olympia. Irene Marsilla

Teatro: «Las obras de humor son las que mayor demanda tienen»

¿Y en los teatros qué pasa, cómo se está comportando el público cuando su bolsillo se está adelgazando? Desde el Teatro Olympia responde el empresario Enrique Fayos para señalar que se observa que la gente tiene menos dinero, de ahí que apunte que no es posible hablar de una recuperación del teatro con carácter general, ya que «las obras que funcionan, funcionan muy bien, pero hay otras que no». De los comentarios que ofrece el empresario Enrique Fayos se desprende que la demanda del público, la que marca el éxito, conduce a que «las obras de humor son las que mejor resultado dan».

Galerías de arte: «Llevamos años tranquilos, nuestro cliente es estable»

Cuando a la galerista Rosa Santos se le pregunta por cómo afectan las actuales circunstancias económicas a esta actividad del ámbito de la cultura, la respuesta es clara. «En nuestro sector llevamos muchos años con todo muy tranquilo». El del arte es un mercado «muy estable», cuenta con un público cuya capacidad adquisitiva no está tan sujeta a los vaivenes que sufren la potencial clientela de otros ámbitos. Al mismo tiempo que apunta en esta dirección, Rosa Santos también advierte que Valencia nunca se ha caracterizado por la presencia de muchos coleccionistas de arte contemporáneo.

Exposiciones: «Los visitantes buscan ocio en el ámbito local»

Las visitas a las exposiciones de la Fundación Chirivella Soriano aumentan. Los cuatro euros que hay que pagar no son obstáculo. Todo apunta a un cambio de comportamiento que lleva a que cada vez con mayor frecuencia, «se busca cultura en el ámbito local». El público persigue «proximidad y un ocio seguro». En la medida en que los gestores han observado mayor entrada han visto también que los espectadores cada vez «son público menos especializado. El arte se ha democratizado», lo que comporta un esfuerzo por introducir variaciones en el programa y ello sin que el precio de la entrada haya cambiado.

Conciertos: «El precio de las entradas no ha crecido como el IPC»

La incertidumbre se ha asentado en el territorio de las salas de conciertos. No saber qué va a ocurrir hasta las vísperas de la cita es ya una constante en un sector de la actividad cultural en el que «notamos que las entradas no se compran hasta el último momento, un cambio de comportamiento en la venta anticipada», advierte Fran Bordonado, propietario de la sala Euterpe de Alicante. A esta conducta que ha sumido a los empresarios en el pozo del «a ver qué pasa», se añade que el precio de las entradas no ha «aumentado tanto como el IPC». Así no se pueden resarcir de costes como el generado «por el aumento de precio de la energía».

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