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'Retrato de Constantí Llombart' expuesto en el Museo de Bellas Artes. Jesús Signes
Los cuadros de Pinazo del Círculo de Bellas Artes que recibió el San Pío V son del Estado

Los cuadros de Pinazo del Círculo de Bellas Artes que recibió el San Pío V son del Estado

La pinacoteca conserva las piezas del pintor de Godella y defiende la titularidad estatal, la misma que la del museo I La Real Academia de San Carlos considera que son suyas por la disposición de 1917 de la familia del creador

Laura Garcés

Valencia

Sábado, 20 de enero 2024, 01:16

Las obras de Ignacio Pinazo que formaron parte de los fondos del extinto Círculo de Bellas Artes se pusieron al alcance de la mirada de los valencianos en marzo de 2021 tras un largo y complejo recorrido impulsado por la extinción de la entidad. Cerca de tres años después de aquel desenlace, las piezas están en el Museo de Bellas Artes San Pío V, algunas, como 'Retrato de Constantí LLombart', en exposición permanente. La resolución del adiós a la centenaria entidad despejó muchas incógnitas, pero queda un interrogante: ¿Las pinturas son patrimonio, propiedad, de los valencianos? La respuesta que obtiene LAS PROVINCIAS es negativa. Desde el museo explican que son patrimonio del Estado en tanto que esa es la titularidad de la pinacoteca adscrita al Ministerio de Cultura.

«Las obras de Pinazo procedentes del Círculo de Bellas Artes de Valencia pasan al museo a través de la Real Academia de San Carlos en virtud del documento de donación de la familia Pinazo al círculo en 1917», señalan desde el museo para añadir que el hecho de que pasen a la pinacoteca las convierte en propiedad del Estado.

El documento fechado en 1917, como ya ha informado LAS PROVINCIAS en distintas ocasiones, manifestaba la voluntad de la familia del artista de que si el Círculo desapareciera, las piezas pasarían a la Real Academia de San Carlos y de esta al museo provincial, que es el Bellas Artes.

En esta disposición apoya el museo su criterio y amparándose en el mismo escrito, la entidad de San Carlos mantiene que la propiedad es suya porque según el documento «pasarían a la academia para el Museo de Bellas Artes». Añaden, además, que si se planteara alguna cuestión «quien tendría que dirimir sería un juez», si bien también aclaran que no hay razones para tomar este camino.

En el entorno de la actividad museística valenciana recuerdan que para que estas obras, u otras, se consideraran propiedad de los valencianos, los donantes o causantes de algún testamento podrían señalar expresamente como donatario o beneficiario del legado a la Generalitat Valenciana. Esta observación lleva a la fuente consultada a recordar que hay ejemplos en los fondos del Bellas Artes que demuestran esta posibilidad: «La donación de la colección de Pere María Orts se hizo en favor de la Generalitat Valenciana».

Las declaraciones que apuntan en esta dirección dejan entrever las posturas que defienden algunos sectores al plantear las circunstancias que rodean a las reflexiones en torno a la búsqueda de modelos de gestión que concedan mayor autonomía al Museo de Bellas Artes, que según las fuentes consultadas, responde a un museo provincial de los que, como se extrae de este título, «existe uno en cada capital de provincia española», condición ésta que algunos cnsideran que juega un papel determinante a la hora de que desde el Estado se quisieran plantear nuevos modelos de gestión.

Tomar ese camino que conduciría a que las obras no sólo estuvieran depositadas en el museo y a su disposición para exposiciones, préstamos o cesiones, sino que también serían propiedad de la Generalitat y con ello patrimonio valenciano.

Los cuadros de Pinazo de la colección del extinto Círculo de Bellas Artes de Valencia por orden judicial quedaron excluidos de subasta y llegaron al San Pío V en marzo de 2021. Era una buena noticia para Valencia en tanto que no iban a abandonar el territorio de la Comunitat ni pasar a manos privadas. Las pinturas del artista de Godella quedaron al margen de la venta pública tras salir a la luz el mencionado documento de 1917 en el que se apoyó la academia para hacer valer su derecho planteando un incidente concursal que apartó las piezas del catálogo de la subasta en el que en un primer momento sí estaban incluidas.

Entre estos cuadros se encuentran pinturas como 'Jardín de la casa de Godella', 'Tres mujeres', 'Autorretrato', 'Palau de la Generalitat Valenciana', 'Sacerdote leyendo', 'Mercado de gorriones' o 'Rostros pintados en Godella'. El recorrido para la salvación de los cuadros se encontró con que el Círculo de Bellas Artes, ahogado por las deudas y acuciado por el temor a que los fondos se vendieran o separaran, realizó una donación a un particular de las obras más importantes con el compromiso de que acabaran en manos de instituciones públicas. Ese compromiso, como apuntan en el entorno de la Real Academia de San Carlos, se cumplió. El coleccionista, no residente en la Comunitat, las entregó. Eran seis obras, entre ellas una de las que se consideraban más importantes, como es el 'Retrato de Constantí Llombart', 'Retrato de Carmelo Lacal', y cuatro dibujos, uno de ellos doble.

El desencadenante de la situación que ha conducido los cuadros al Museo de Bellas Artes, la extinción del círculo, fue la consecuencia de la asfixia financiera que condujo a la entidad privada a un concurso de acreedores. En el procedimiento concursal salió a la luz que se habían extraviado obras de Pinazo, Rusiñol o Benlliure cuando se facilitó el nombre de los fondos del círculo que salían a subasta.

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